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Los puntos negros en la historia de las primarias socialistas

No son ni tantos los candidatos elegidos de forma «neutral» ni tan ajenos a la «designación interesada» los procesos utilizados: el «dedazo» a Rubalcaba es como el de Chaves a Griñán y Borrell fue el único candidato a presidente que salió de las elecciones internas de las que presume el PSOE

Día 31/05/2011 - 11.24h

El PSOE presume siempre que tiene ocasión de que sus candidatos resultan designados, frente a la estrategia que se impone en casa del rival, sin «dedazos». El proceso electoral de las primarias es de lo que se sienten más orgullosos socialistas como José Luis Rodríguez Zapatero que las ha vindicado solemnemente, con un punto de devoción, incluso. Cuando el pasado mes de octubre, en una entrevista concedida al diario «El País», la ministra de Defensa, Carme Chacón, dijo tajante aquello de «Zapatero nunca dará un "dedazo" como el que dio Aznar con Rajoy», pareció una más de esas veces en las que los socialistas creen a pies juntillas que «prima la democracia interna» en sus huestes. Lo que la «niña» del dirigente leonés no adivinaba es que la tortilla iba a dar la vuelta en apenas medio año y sería «convencida» para que rebajase sus aspiraciones y se quedase en el camino de la carrera sucesoria del propio Zapatero.

La historia de las primarias socialistas, desde que recuperasen esta fórmula de la Segunda República en el año 1997, cuando Felipe González había impuesto a Joaquín Almunia como secretario general, es el relato de continuos desencuentros, broncas y denuncias de «pucherazo». Sectores del PSOE, de la vieja y nueva guardia, no han tenido remilgos en alguna ocasión en apuntar que no compensa el «desgaste interno y de exposición pública de las guerras de familias» dentro de las filas socialistas al que se ve sometida la formación en cada proceso de primarias. Estas voces se han hecho notar con fuerza los últimos días por estar embarcados en la sucesión de Zapatero justo después de la trágica derrota cosechada el 22-M.

Además, a la postre, no son ni tantos los candidatos elegidos de forma «neutral», al menos en apariencia, que han salido de estos procesos, ni tan diferentes al «nepotismo» o la «designación interesada» los procedimientos utilizados para escoger a un político a la hora de que se presente por una circunscripción o una alcaldía concretas.

Apariencias adulteradas

A las primarias en Ferraz se les presupone un envoltorio de limpieza e idoneidad que algunas veces se han encargado de desmontar sus propios dirigentes. Varios de esos falsos mitos instalados en torno a este procedimiento en los últimos tres lustros son los siguientes:

1. LAS PRIMARIAS QUE ZAPATERO NO TUVO NI QUISO PARA MADRID. El presidente del Gobierno intentó por todos los medios que no hubiese primarias el pasado otoño en el seno del PSM:

El defensor inquebrantable del proceso de primarias como el mejor mecanismo existente para renovar «caras», que no necesariamente «programas» -disyuntiva a la que apela Felipe González- en los últimos años ha sido el presidente Zapatero, que no salió designado frente a José Bono en unas primarias, sino en el XXXV Congreso Federal del PSOE donde ganó por nueve votos y «saltó» la sorpresa. «A priori» la otra candidatura despertaba más simpatías dentro del congreso orgánico, entre otros, de Alfredo Pérez Rubalcaba.

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Zapatero y Bono, en el congreso de 2000

Pero el más denodado paladín de este procedimiento no quería el pasado otoño que su candidata predilecta para combatir a Esperanza Aguirre la Presidencia de la Comunidad de Madrid pasase por él. De hecho, se las vio y se las deseó para tratar de hacerle torcer el gesto a Tomás Gómez, el que era y es secretario general del Partido Socialista en Madrid (PSM) y que tuvo que rebelarse contra el jefe del Ejecutivo para poder medirse a su ministra de Sanidad, luego del 3 de octubre y de perder frente al parleño, de Exteriores.

2-. EL SONADO «DEDAZO» ANDALUZ. El relevo de Manuel Chaves en la Junta de Andalucía, cuando fue nombrado vicepresidente tercero por Zapatero, no se produjo a través de primarias:

Tras conocer que Rubalcaba sería el «heredero» de Zapatero en el PSOE, Javier Arenas, presidente del PP andaluz, recordaba este fin de semana que «Griñán heredó a Chaves, como Rubalcaba hereda a Zapatero». Y, en efecto, José Antonio Griñán tampoco se enfrentó a otro socialista andaluz a la hora de recoger el testigo. Chaves pidió el apoyo total a Griñán en su despedida como secretario general del PSOE andaluz y, en ese acto, integró como único punto del orden del día el de convocar un congreso extraordinario para elegir a Griñán como la persona que dominaría después de él el partido regional desde la Secretaría General. Corría el mes de febrero de 2010 y entonces, nadie puso el grito en el cielo por tal nombramiento, salvo los que vieron (y siguen viendo) la herencia de casos de corrupción, «enchufismo» en los cargos de la Junta y una tasa elevadísima de paro en la Comunidad sureña.

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Chaves y Griñán

Chaves y Griñán arrastraban meses de críticas ante el problema de bicefalia existente entre los dos cargos, y entonces Chaves aseguró (palabras que quedan para el recuerdo de los que denostan tantas veces los señalamientos a dedo), que no tenía ninguna duda de que la «apuesta» que había hecho por Griñán como su sucesor en el Ejecutivo autonómico era la «adecuada». Ratificó entonces su «apoyo incondicional» para el congreso que iba a celebrarse los días 12 y 13 de marzo de 2010 en Sevilla para votar a Griñán como secretario general del socialismo andaluz. Orientación, una vez más, de las nominaciones y sin primarias.

3-. MIGUEL SEBASTIÁN NUNCA SE «SOMETIÓ» A UNAS PRIMARIAS. El asesor y amigo de Zapatero fue nombrado por el presidente para que se enfrentase a Ruiz-Gallardón en 2007 y perdió:

Otro de los garantes del proceso de elección interna que fijan los estatutos socialistas, salvo en caso de que las «circunstancias políticas o la situación del partido no lo aconsejen», ha sido Miguel Sebastián, ministro de Industria, Turismo y Comercio nombrado por Zapatero después de que no pudiese hacerle sombra al popular Alberto Ruiz-Gallardón en su competición por la Alcaldía de Madrid. Sebastián dijo recientemente que las primarias para la sucesión de Zapatero como cabeza de cartel para las generales de 2012 eran necesarias para alejar a Ferraz del espantajo de Génova y acercarla más a Sol (por la democracia participativa y real que exigen desde el 15 de mayo los «indignados»). Pero quien habla es alguien al que muchos presuponen haber pasado por un proceso de primarias, cuando nunca fue así.

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En 2007, Sebastián perdió frente a Gallardón

Desde 2003, cuando pasó a integrar el exclusivo equipo de asesores económicos del secretario general del PSOE, su nombre repiqueteó como un más que probable ministro de Economía tras la victoria socialista en las generales de 2004 o gobernador del Banco de España en sustitución de Jaime Caruana. Pero Zapatero decidió mantenerlo dentro de su círculo de confianza y le nombró director de la Oficina Económica del Presidente. No obstante, el 25 de octubre de 2006, el leonés volvió a escogerlo como candidato del PSOE a la alcaldía de Madrid en las municipales de 2007.

El 31 de mayo de 2007, y tras no conseguir una mejora en los resultados electorales para su partido (138.000 votos y tres concejales menos que Trinidad Jiménez en los comicios precedentes de 2003), anunció que ni siquiera recogería su acta de concejal. Inmerso en sus labores como profesor de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), desapareció de la «res pública» hasta el 12 de abril de 2008, cuando regresó al club de las carteras asignadas por el presidente del Gobierno.

4-. BORRELL, EL ÚNICO CANDIDATO A LAS GENERALES SALIDO DE UNAS PRIMARIAS. Fue una experiencia de bicefalia infructuosa, como casi todas, pero el leridano es el único candidato a unas elecciones generales que resultó escogido en unas primarias, en estética, imparciales:

Sin maniobras opacas, más allá del manifiesto respaldo a Joaquín Almunia de la mayor parte del PSOE, Josep Borrell salió escogido el 24 de abril de 1998 como candidato a las generales del año 2000 por un 55% de los votos frenteal Almunia que había dejado Felipe González como su legatario y con el que tuvo que convivir siendo éste el secretario general de la formación. La fórmula de coexistencia Zapatero-Rubalcaba que se dará ahora -con toda probabilidad, a falta de que concluya el calendario de presentación de avales por otros posibles aspirantes- hasta las generales de 2012 es la misma que existió entonces en un entente Almunia-Borrell que salió muy mal parado.

Ahora, como entonces, si algún militante socialista osa desafiar al candidato bendecido por el partido y señalado por Zapatero, podría correr la misma suerte que Borrell en 1999, la de sucumbir ante una estructura controlada por su contrincante. Borrell dimitió el 14 de mayor de 1999 después de repetidos encontronazos con Almunia y tras el escándalo de fraude fiscal que salpicó a Ernesto de Aguiar y José María Huguet, dos antiguos colaboradores cuyos cuando era secretario de Estado de Hacienda. En las urnas del año 2000, en las que Almunia fue el candidato expeditivo y a las que el PSOE concurrió después de haber sellado un pacto con Izquierda Unida, el PP de Aznar consiguió una aplastante mayoría absoluta. La bicefalia acabó en fracaso y Almunia terminó renunciando al cargo.

5-. LOS «SINSABORES» DE LAS PRIMARIAS. Hay un «maleficio» sarcástico que rodea las primarias en el Partido Socialista acerca de que todo candidato que apoya el aparato (en referencia a la estructura de Ferraz) se estrella en unas primarias:

Los puntos negros en la historia de las primarias socialistas
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Jordi Hereu frente a Montserrat Tura

Y la verdad es que el «apriorismo» no falla, si nos atenemos a los últimos casos de primarias que se han producido en el mapa nacional. A saber: Tomás Gómez frente a Trinidad Jiménez para la Comunidad de Madrid, el pasado 3 de octubre. Ganó el «díscolo». Jordi Hereu frente a Montserrat Tura para la Alcaldía de Barcelona, el pasado 20 de febrero. Venció por solo 815 votos el candidato no oficial, al que la dirección del PSC había instado a marcharse para dejar paso a la exconsejera. Ambos allanaron el camino a las victorias claras de Esperanza Aguirre (PP) y Xavier Trias (CiU), respectivamente.

En otras primarias en el seno socialista a las que venimos asistiendo, la viceportavoz parlamentaria del Grupo Socialista en la Asamblea de Murcia, Begoña García Retegui, ganó a su opositor, el alcalde de Calasparra Jesús Navarro, pero obtuvo la mayor derrota electoral de un aspirante en Murcia el pasado 22 de mayo frente al popular Ramón Luis Valcárcel, que coleccionó nada menos que seis de cada diez papeletas depositadas por los ciudadanos de la región.

Similares derrotas a las que también recapitularon el salido de unas primarias para la Alcaldía de Valencia, el diputado socialista en el Congreso Joan Calabuig (que venció a Manuel Mata) o Jorge Alarte, candidato del PSPV que disputó la Presidencia valenciana a Francisco Camps. En el caso de Alarte, las primarias no llegaron a gestarse como tal porque su rival, Antoni Asunción, otrora ministro del Interior de Felipe González, no llegó a conseguir los 3.200 avales necesarios. Se quedó a 200, aunque su lucha por demostrar «el pucherazo» al que se vio sometido para que ganase el otro aspirante aún continúa en los tribunales. Asunción sigue asegurando que existía la posibilidad de que sus compañeros podrían haber falsificado o manipulado los avales para descartar su opción, ya que la comisión de garantías de su partido le anuló 320 avales alegando «diversas irregularidades».

«La justicia, la verdad y la democracia acaban siempre poniendo a todo el mundo en su sitio», dijo su máximo rival, Jorge Alarte. Aunque a él las urnas le devolvieron a la oposición que venía ejerciendo frente a Camps en la Comunidad levantina.

Y es que el proceso de primarias no ha resultado muy fructífero para las aspiraciones del PSOE que se diga. Quizás por ello Zapatero no quiso jugársela esta vez y Rubalcaba será, con toda probabilidad, el «amigo íntimo» que le perpetúe.

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