Después de... la natación
Sergio López: del bronce en Seúl al salón de la fama
Logró la segunda medalla olímpica de la natación española, una gesta. Una vez retirado, tuvo que irse fuera para enseñar lo que sabe. Hoy es el entrenador jefe de la universidad de Virginia Tech. En EE UU es leyenda.
Un español leyenda del ping pong
![Sergio López, en 1988 con su medlla en Seúl; y ahora, en su universidad de Virginia](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/deportes/2023/10/30/sergislopez-RYYbWJhH6Kdgs9zJKpD4nBN-1200x840@abc.jpg)
Si los deseos de Sergio López Miró, 55 años, se hubiesen cumplido hoy no tendría acento inglés cuando habla castellano: «Yo siempre quise trabajar en España, pero tras dejar de competir me di cuenta de que si quería ser entrenador aquí no lo iba a conseguir».
Fue un nadador distinguido, bronce en Seúl 88 en 200 braza, cuarto en Barcelona 92. La segunda medalla de la natación española, la primera forjada aquí. «David López-Zubero se había criado en Estados Unidos, había esa idea de que en España no podíamos ser medallistas. Para mí fue muy interesante el paso de los años 70 y 80 en el deporte español, y más cuando nos dieron los Juegos, que cambió mucho la manera de pensar«, explica.
Mucho pero no lo suficiente. La vida de Sergio López Miró lo demuestra. «A los 17 años hice la selectividad y quería estudiar INEF, pero las pruebas físicas coincidían con el Campeonato del Mundo en Madrid. Fui a pedir que me las retrasaran y me dijeron que no, que o estudiaba o competía«. Hoy es el entrenador jefe del equipo de natación de Virginia Tech, una enorme universidad que se dedica, como todas, a ayudar a sus alumnos para que estudien y compitan a la vez.
Una vez rechazado en INEF logró una beca de la Universidad de Indiana. Cuando llegó ya estaba entre los mejores, era el año 1987. Aprendió un inglés que hasta ese momento no había estudiado y ganó el bronce en Seúl. «La gente me pregunta qué sentí y no me acuerdo de muchas cosas. Recuerdo que ahorré para que mi madre, que tenía dos o tres trabajos, viniese a Seúl y cuando toqué la pared lo primero que hice fue buscarla en las gradas. Después de eso no recuerdo mucho porque entre la medalla, la prensa, los reyes… pierdes un poco el control de ti mismo», rememora.
Fiesta prohibida
A la vuelta, todo había cambiado: «Tenía que quedarme un mes en Barcelona pero adelanté el billete porque si iba a la misma discoteca en la que había estado seis meses antes la gente me decía 'qué haces aquí, medallista olímpico, de fiesta…».
Al retirarse, después de haber visto el percal en España, su primer paso fue entrenar en un High School. «Me dieron ese trabajo sin tener experiencia, sólo por lo que sabían de mí como nadador y como entrenador voluntario. En Estados Unidos si ven que tienes talento y trabajas te van a dar la oportunidad».
En ese instituto formó deportistas que después fueron estrellas. «Joseph Schooling entrenó conmigo desde los 13 a los 19. Era compañero de Caleb Dressel o Ryan Murphy, teníamos un grupo de cuatro nadadores y entre ellos han ganado 16 o 17 medallas olímpicas«. El sistema premia a los entrenadores de formación. »Por Murphy me entran entre 7 y 10 mil euros cada año por sus resultados, sin yo entrenarle desde hace años«, cuenta. El modelo español no puede estar más lejos, y López Miró lo sabe porque ha dirigido también a muchos españoles. »Me tendrían que dar dinero por los nadadores del plan ADO, pero la federación puso una cláusula para no pagar a los técnicos que están fuera de España«.
Su trabajo con Schooling, el único oro olímpico de la historia de Singapur, le llevó a un periplo por el país asiático. «Una de las cosas que me atrajo fue crear un centro de alto rendimiento en un país con muchos recursos. Además, mi hija estaba muy interesada en el lado académico, ella quería ir a una gran universidad y en Singapur, que tiene los mejores institutos del mundo», explica. Años después, ella se graduó 'suma cum laude' en Princeton.
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Y él fue elegido en el salón de la fama de entrenadores este mes de septiembre: «Es un honor muy grande. No me han elegido por llevar nadadores de 45 países distintos o por haber sido seleccionador junior de EEUU, sino por la influencia que he tenido en otros técnicos».
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