Inglaterra se presentaba al Mundial Brasil 2014 con un apetito aparentemente insaciable. El equipo estaba ávido de triunfos tras 48 años (Mundial de 1966) de fracasos constantes. Si bien es cierto que había quedado encasillada en un grupo extremadamente complejo, por nombres se presentaba como un firme candidato a conseguir el pase a los octavos de competición. Nada más lejos de la realidad.
Fue incapaz de alzarse con la victoria en alguno de los tres partidos que disputó en el torneo. Cayó derrotada frente a Italia (2-1), un resultado que volvió a repetir en su enfrentamiento contra Uruguay, y acabó despidiéndose de la competición ofreciendo una imagen paupérrima cargada de impotencia en el encuentro ante Costa Rica (0-0). Esta vez, los ingleses no fueron capaces ni de salvar su honor.
Sin embargo, aún queda un ápice de esperanza en este equipo, porque esta derrota se antoja diferente a las anteriores. El equipo inglés es muy joven y algunos de sus jugadores han sorprendido por sus capacidades físicas y técnicas. Ejemplo de ello son Sterling, Welbeck o Sturridge.