La subcampeona de Europa en el año 2012 llegaba al Mundial de Brasil con un estilo caracterizado por la elaboración, instaurado por el entrenador Prandelli desde su llegada a la tetracampeona en el año 2010. Sin embargo, esta selección italiana que desprende un aroma a fútbol atractivo no ha conseguido los resultados que habitualmente se le presupone a un conjunto que por historia está habituado a competir hasta el último aliento.
Tras un debut notable ante Inglaterra, que se saldó con la victoria por 2-1 para la «azzurra» en un partido eléctrico, el equipo liderado por el eterno Pirlo, que dejará la selección, cayó derrotado frente a Costa Rica y Uruguay, en ambos casos por 0-1, e hizo las maletas con dirección a Europa. Allí no quedaba nada más por hacer. Días después, el fracaso se llevó por delante la cabeza de Prandelli, que presentó su dimisión. Sin él, Italia quizá regrese a sus orígenes. Al fin y al cabo, uno no puede ser infiel a sus principios más primarios. Y los de Italia ya sabemos cuáles son.