
La Hermandad de los Emigrantes
de Huelva durante su camino hacia la aldea del Rocío. La carreta del Simpecado reluce en
la tarde noche mientras se intuye el fervoroso deseo de llegar, por fin, junto a la Blanca
Paloma
Hacer el Camino, para el rociero, no es sólo una frase o una
expresión tópica, esuna forma de vivir el acercamiento, paso a paso, a pie, en carretas,
a caballo, en todo tipo de vehículos, hacia la Virgen del Rocío. Desde Sevilla, Huelva,
Cádiz, desde cualquier parte de España o del mundo, llegan rocieros, peregrinos, para
hacer el Camino, que es jolgorio, fiesta, alegría, cante, baile, pero también devoción,
grande e intensa, llena de pasión.
Aunque todos los caminos conducirán en Pentecostés al Rocío, básicamente
el recorrido puede hacerse por:
Camino de Sanlúcar que,
atravesando Doñana, une la desembocadura del Guadalquivir, desde Bajo de Guía, con la
aldea. Es un bello camino para los amantes de la naturaleza y tiene el atractivo de ver
cruzar el estuario Simpecados, carretas, monturas, en barcazas.
Camino de Moguer, por el que
los peregrinos de Huelva llegan al Rocío.
Camino de los Llanos, desde
Almonte, siendo el más antiguo de ellos.
Camino
sevillano, con lugares como Gelo,
Marlo, el Quema, Villamanrique de la Condesa, la Raya Real, Palacio y el Ajolí, puerta a
la aldea. Son hitos del camino llenos de tradición, de evocaciones, de recuerdos y
esperanzas, de intensidad.
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