El Corredor del Henares disfruta de nuevos vecinos cada año, en un notable y constante flujo demográfico motivado por la larga lista de ventajas de la zona. Su óptima ubicación y sus buenas comunicaciones son claves: gran parte del éxito económico de las localidades de la zona reside en la estratégica situación del Corredor, generando una fuente de empleo que atrae cada año a cientos y cientos de personas.
Las localidades ubicadas en el Corredor del Henares, y no sólo las más grandes y populosas, cuentan con densas concentraciones de tejido productivo, con una relevante presencia industrial y logística que parece que se seguirá fortaleciendo en los próximos años. Y cuanto más empleo, más vecinos: una simple regla de tres.
El crecimiento poblacional, en todo caso, tiene los días contados, al menos en algunas de las localidades más representativas del Corredor: San Fernando de Henares, Coslada y la emblemática Alcalá cerrarán en sus nuevos Planes Generales de Ordenación Urbana (PGOU) sus respectivos suelos urbanizables.
El crecimiento continúa
El terreno para seguir construyendo, al menos en algunas localidades, es cada vez más escaso. Mientras, otras muchas, normalmente más pequeñas, apuestan fuerte por su desarrollo industrial y residencial. El final del crecimiento de unas marca el inicio del impulso de otras. Los vecinos, según se desprende de esta tendencia, continuarán llegando al Corredor. De momento, además, los precios de las viviendas continúan siendo más económicas que en otras zonas de la Comunidad de Madrid, aunque el porcentaje medio de crecimiento en el entorno del Henares supera, incluso, la media nacional.
La apertura de nuevas e importantes infraestructuras (especialmente MetroEste) y la puesta en marcha de los últimos crecimientos residenciales en algunas de las localidades más significativas parece que motivará que sigan alzándose los precios de las casas, aunque las cifras siguen sin estar por las nubes, al menos respecto a otras zonas de la región madrileña.
Los vecinos del Corredor, con todo, disfrutan de muchas más ventajas en la zona que un trabajo casi seguro y una vivienda a un precio más accesible: las notables comunicaciones garantizan una buena movilidad, y las propias localidades ofrecen cada vez más opciones y ofertas de ocio y cultura: festivales, certámenes, competiciones deportivas, talleres, actuaciones, exposiciones, charlas, congresos y actividades de todo tipo.
Alcalá de Henares, cómo no, es el epicentro de esta actividad, como se ha visto en el último año con el carrusel de propuestas de todo tipo con un único protagonista: Miguel de Cervantes, el hijo predilecto de la ciudad y autor de la obra cumbre de la literatura española, «Don Quijote», precisamente el único capaz de hacer sombra al manco más famoso en su año, como le dedicó Alcalá en 2005.
Una capital sin competencia
Independientemente de esta ambiciosa cita cultural que se desarrolló el año pasado, el «Año Cervantes», nadie discute en el Corredor del Henares la capitalidad de Alcalá.
«Es la ciudad cultural, con historia, con su Universidad, con su casco histórico, es la única Patrimonio de la Humanidad de Madrid... La mayoría del resto de localidades tenemos nuestro potencial humano, nuestro trabajo», resume un alcalde de la zona.
Esa indudable capitalidad, precisamente, es una razón más de peso que prueba la conveniencia de hablar de una realidad propia del Corredor del Henares, de entender a su veintena de localidades madrileñas como un conjunto, como una zona concreta de Madrid, también con cierta relación con el Corredor castellano-manchego. ¿Y con sus propias señas de identidad?
Un río vertebrador
«Se ha identificado tradicionalmente al río Henares como si fuera el eje vertebrador, que lo puede ser, pero ahora ya ha cambiado: cuando se han transformado los municipios y han sustituido la agricultura por otras actividades se ha convertido en un eje mucho mucho más vertebrador la A-2 (carretera de Barcelona), por poner un ejemplo; todo gira más en torno a las vías de comunicación, al aeropuerto, a la R-2...», reflexiona Pedro Luis Sanz, el alcalde de Meco, una opinión compartida, con algunos matices, por otros regidores.
Las localidades del Corredor cuentan con algunas asociaciones comunes —de empresarios, el Foro del Henares, etcétera— que coinciden en ver la zona como un todo, como una comarca representada en el mundo por su capital, Alcalá.
La confluencia de dos ríos
La historia del Corredor del Henares se remonta más de 2.000 años en la memoria arqueológica, en torno a los ríos del Jarama y el Henares, cuando «Complutum» —confluencia de ríos en latín— fue centro neurálgico.
Las tierras fértiles que bañan el Henares y el Jarama —tan prósperas para la agricultura durante siglos— y su importancia como vías de comunicación para el comercio han sido claves como cruce natural de caminos, donde han dejado su huella cuantas civilizaciones han pasado por la península ibérica.
El origen de «Complutum» y del resto de localidades que dan vida al Corredor del Henares ha de buscarse, precisamente, en la Romanización.
Mucho ha pasado desde entonces hasta llegar a las actuales localidades que lo forman, pobladas por cada vez más vecinos que, aunque desconozcan su historia, llegan atraídos por sus industrias, por sus viviendas, por sus comunicaciones, por sus dotaciones... Por su prosperidad.
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