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Ruta por los Alcornocales

Dos pueblos gaditanos que cautivan en el Parque de los Alcornocales, la última selva subtropical de Europa

La propuesta invita a conocer la masa forestal de alcornoques más extensa del mundo, donde se puede ver el mágico «bosque de la niebla», practicar actividades de naturaleza, además de descubrir pueblos con encanto como Jimena de la Frontera o Castellar Viejo

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Jimena de la Frontera ABC

J. M. Brazo Mena

Cádiz

El Parque Natural de los Alcornocales, a caballo entre las sierras de Cádiz y Málaga, está considerado como la última selva subtropical de Europa, y esto se debe a que es la masa forestal de alcornoques más extensa del mundo, junto zonas de acebuches, robles, quejigos laureles y helechos, que ocupan una superficie de 170.000 hectáreas de terreno, la mayoría ubicadas en la sierra gaditana, constituyendo un pulmón verde que merece la pena descubrir.

Una de las características que destaca en esta masa forestal es la humedad proveniente de la costa, que se acumula formando bosques de niebla en valles estrechos y profundos denominados canutos. Esto ha provocado que se conserven especies de flora de la era Terciaria. Un ejemplo de ello es la laurisilva, que se caracteriza por hojas lisas y brillantes, que aprovechan la humedad y escasa luz que dejan pasar los alisos que bordean los canutos.

Además de la gran riqueza vegetal que conforma esta selva 'encantada', el Parque Natural de los Alcornocales atrae consigo variada fauna como zorros, gatos monteses, cabras montesas, halcones, búhos reales o águilas que se mezclan con las aves migratorias que transitan cada año entre África y Europa. Caminar entre este boque subtropical es una experiencia única gracias a los sonidos que el mismo ecosistema produce a cada paso.

Senderismo, ciclismo de montaña y espeleología

Los amantes de la naturaleza pueden disfrutar en el parque de actividades tan diversas como las rutas de senderismo y la recolección de setas en otoño, práctica muy extendida por la zona que reúne a los aficionados a la micología en unas jornadas organizadas para la recolecta de estos manjares de temporada. Entre los deportes de naturaleza más comunes que se practican en el paraje se encuentran el ciclismo de montaña y la espeleología.

En este sentido, cabe destacar el montañismo en el pico del Aljibe (1.092 m.) o el Picacho (884 m.); la espeleología en el enclave Ramblazo-Motillas, o el descenso de cañones en La Garganta de Buitreras, una de las pocas áreas preparadas para esta práctica de riesgo y que por su singularidad ha sido declarada Monumento Natural. Otras actividades recomendadas son las rutas a caballo, que se realizan en el entorno de la finca La Almoraima.

Río Hozgarganta ABC

Otro de los senderos que destaca en Jimena de la Frontera es el que discurre junto al río Hozgarganta, de 3,3 kilómetros de recorrido, que permite reconocer los antiguos molinos harineros, y descubrir el Cao, un enorme canal de agua, construido a finales del siglo XVIII, para mover los fuelles de la fundición pertenecientes a la Fábrica de Artillería, que sirvió para asediar Gibraltar y que posteriormente fue reconvertido en una instalación para la molienda.

Subida al castillo de Jimena de la Frontera

Entre los monumentos imprescindibles de visitar en Jimena se encuentra el castillo de los siglos XIII-XIV, enclavado en el cerro que corona la población. Esta fortificación pertenece a un entramado de defensas de la provincia de Cádiz junto a las Castellar, Medina Sidonia o Alcalá de los Gazules, que conocieron un reputado auge en época islámica, y en especial como plaza fuerte fronteriza del reino nazarí de Granada.

Además de las murallas almenadas, en la fortaleza destacan las torres del Homenaje y Albarrana; los restos de los aljibes y de la puerta de acceso al patio de armas o la torre del Reloj, así como el baño de la Reina Mora, formando un conjunto arquitectónico de indudable valor. Desde este enclave, se puede ver el Parque Natural de los Alcornocales, Gibraltar e incluso el mar, pudiéndose captar espectaculares fotografías.

En el descenso hasta el pueblo, el visitante descubrirá otras joyas del legado patrimonial de Jimena como la iglesia de la Misericordia, convertida en oficina de turismo; el Santuario de los Ángeles (s. XV-XVII); el campanario de la antigua iglesia de Santa María la Coronada, la Iglesia de la Victoria y las pinturas rupestres de la cercana Cueva de la Laja Alta, muestras con más de 6.000 años de antigüedad, según un estudio de la Universidad de Granada.

Castellar Viejo, una fortificación medieval habitada

Otro de los destinos del parque es el Pueblo Viejo de Castellar, el primer Castellar de la Frontera, localizado en el interior de un castillo del siglo XIII. Esta fortaleza situada en el paso histórico de la Serranía de Ronda hacia el estrecho de Gibraltar, fue la última frontera en el periodo nazarí. Pero, ante la imposibilidad de albergar más población por su espacio limitado, se creó en 1971 el Nuevo Pueblo de Castellar de la Frontera, a 8 kilómetros del primero.

En la villa fortaleza de Castellar Viejo, el viajero encontrará dos torres albarranas que dan acceso al interior de la ciudadela. Sobre la puerta de entrada se ubica el Alcázar, y en las proximidades se levantan la Torre del homenaje, que hoy alberga un hotel, el Ayuntamiento y la Iglesia del Divino Salvador, de estilo barroco. Lo más curioso de este pueblo es que constituye uno de los pocos ejemplos de fortificación medieval habitada que existe.

Hotel Convento Almoraima en Castellar de la Frontera ABC

Además de las construcciones defensivas, el visitante podrá disfrutar en su recorrido por un pueblo de calles blancas, estrechas y empedradas, que serpentean hacia pequeñas plazuelas muy pintorescas y, en el que muchas de sus antiguas viviendas se han rehabilitado para albergar casas rurales, tiendas de souvenirs o restaurantes, conformando un conjunto de rincones encantadores.

Espectaculares panorámicas

Desde el promontorio rocoso en el que está asentado este precioso pueblo gaditano, se pueden contemplar espectaculares vistas tanto del embalse del Guadarranque como del Peñón de Gibraltar, del Mar Mediterráneo e incluso, en días claros, del continente africano, siendo un escenario privilegiado para los fotógrafos paisajistas, que cuentan con uno de los mejores balcones panorámicos del parque. Sin duda, un regalo para para los sentidos.

Cerca de Castellar, se encuentra el Convento de San Miguel de la Almoraima, edificio barroco, del siglo XVII, que fue adquirido por el Duque de Medinaceli, y que ha sido habilitado como establecimiento hotelero. Cabe destacar el patio del edificio conventual, la torre anexa, de estilo neogótico, y la capilla. Su restaurante La Gañanía sirve comida mediterránea y está especializado en carnes variadas y otros productos de la propia finca de La Almoraima.

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