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Más de 100 funerarias a la espera de recibir los cuerpos que se almacenan en la morgue de Valencia

«La pandemia del covid nos enseño mucho y en situaciones de este calibre debemos organizarnos y actuar rápido», expresa el secretario general de la patronal

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Javier Palomo

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Policía y UME custodian en las instalaciones de Feria Valencia el mayor daño generado por la DANA en Valencia. Todos los fallecidos —al menos, los que han sido encontrados— descansan en esta morgue provisional hasta que terminen las autopsias y se identifiquen todos los cuerpos. Mientras trabajan los médicos forenses y llegan los restos mortales a la morgue, las funerarias ya se están organizando para poder hacer frente a todo el trabajo de días e incluso semanas que tienen por delante. «Estamos en tensa espera, mentalizados por si la cifra de muertos aumenta considerablemente o si por el contrario se frena», explica a ABC Alejandro Quinzán, secretario general de Asociación Nacional de Servicios Funerarios (Panasef).

«Por el momento el sector ha podido asumir sin mayor problema el número de fallecidos», añade, a la vez que dice que hay más de 100 instalaciones listas y a la espera de que salgan los cadáveres de Feria Valencia. «Además de estar coordinados y organizados con la Comunidad Valenciana, hemos observado una colaboración total por parte de todas las empresas funerarias, y contamos con la disposición completa de varios centros de las comunidades cercanas, como Cataluña, Alicante o Castellón». Varias funerarias, entre las que se encuentran ocho de las más grandes de Valencia, han sido afectadas de algún modo por la DANA. Sin embargo, la estrategia que coordina Panasef permite que, si alguna instalación necesita material o doblar equipos, estos puedan llegar de otro centro cercano.

«Estamos preparados y a la espera. La pandemia del covid nos enseño mucho y en situaciones de este calibre debemos organizarnos y actuar rápido», expresa Quinzán. Cabe recordar que la Comunidad Valenciana es la segunda en España con más hornos crematorios (60) por detrás de Andalucía, por lo que si, a la hora de dar el destino final a los fallecidos, las familias optan por la incineración, desde Panasef aseguran que «en estos momentos las instalaciones son suficientemente grandes para dar soporte».

Protocolo de actuación de los fallecidos

Cabe recordar que Nuria Montes, consellera de Innovación y presidenta de Feria Valencia, ha explicado cómo funciona el protocolo de actuación de los fallecidos. Una vez se ha realizado la autopsia y se ha procedido a la identificación por parte del Instituto de Medicina Legal de Valencia (IMLV), serán los juzgados quienes contacten con los familiares que han comunicado desapariciones en los teléfonos habilitados, a fin de que puedan hacer la comparecencia judicial y expedir la documentación necesaria para funerarias, compañías de seguro o los servicios sociales o municipales.

Serán ellos los que puedan hacerse cargo de los restos mortales y la expedición de la correspondiente licencia de enterramiento o incineración, ya que los familiares nunca van a poder entrar a la morgue provisional, con el objetivo de evitar aglomeraciones y posibles shocks traumáticos.

Cremación antes de inhumación

«Si hubiera el caso de que una familia quisiera enterrar el cuerpo y el cementerio de su pueblo estuviera inaccesible, analizaremos si el servicio se puede llevar a cabo, sino nosotros conservaremos el cuerpo a la espera de que se pueda dar solución en estos casos», añade Quinzán. La realidad es que, actualmente, en España el 80% de las grandes ciudades deciden quemar los cadáveres, impulsados por su bajo coste (el importe del horno crematorio se encuentra sobre los 400 euros), frente al entierro (entre 3.500 y 6.500 euros). Además, Quinzán explica que en esta ocasión entra en juego más que nunca el estado de los cuerpos, deteriorados la amplia mayoría por pasar tanto tiempo en el agua.

«En el medio rural se sigue optando por la inhumación, y conscientes de ello, si alguna familiar no se pudiera permitir un servicio funerario, existen los servicios de necesidad de los ayuntamientos correspondientes que se harán cargo de los costes», dice Quinzán, pese a que remarca que nunca ha supuesto un problema, «no en situaciones como estas».

Pese a que las labores de identificación no van al ritmo al que desearían muchas familias, el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad de Valencia ya ha autorizado la entrega de 47 cuerpos a sus familiares. «Esto va a ser una cosa muy lenta, a cuentagotas», remarca Quinzán. Según datos del Centro de Integración de Datos (CID), al menos 35 fallecidos ya han sido trasladados a los lugares designados por sus familias para que descansen.

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