Motín en el autobús de voluntarios: «Nos han engañado, se han dedicado a hacernos una ruta macabra»

Lo cierto es que la primera señal de alarma ya se producía en el momento de la salida, cuando ninguno de los voluntarios sabía a dónde se dirigía el autobús al que se estaba subiendo. Una parte de ellos, hasta trece según algunas fuentes, llegaron hasta Chiva, una localidad a 30 kilómetros de Valencia, que hacen imposible que se pueda acceder a pie desde el casco urbano. Para su sorpresa, al llegar han comprobado que las autoridades locales desconocían que iban hasta allí. «El alcalde de Chiva ha dicho que allí ya estaban organizados y no necesitaban ayuda», relata la voluntaria.

La llegada por sorpresa ha sembrado el desconcierto tanto en los voluntarios como en quienes organizaban la ayuda en Chiva. Algunos de los autobuses han vuelto a la Ciudad de las Ciencias sin que los voluntarios hayan llegado a bajarse. Otros, después de estar parados otra media hora, han vuelto y han dejado libertad a los voluntarios para que ayudaran en lo posible, aunque también ha generado problemas a la hora de localizarlos para la vuelta y algunos de ellos han estado a punto pasar la noche en Chiva

El otro problema se ha dado en el centro comercial Bonaire, donde se encontraba ABC realizando un reportaje sobre el rescate en el parking subterráneo. La llegada de los buses también ha sorprendido tanto a los voluntarios como a los responsables de la limpieza en el centro comercial. Cuando los coordinadores de cada bus han invitado a los voluntarios a bajar y limpiar el parking exterior, varios de ellos se han amotinado y se han bajado del bus para acercarse a pie a Aldaia, la localidad más cercana, donde las calles están totalmente inundadas.

Ante las negativas de la mayoría de los voluntarios a limpiar un lugar en el que no había ninguna emergencia personal y en el que ya había personal contratado realizando tareas de desescombro, los organizadores planteaban la imposibilidad de ir hasta Aldaya, «ya que allí no necesitan ayuda». Se han vivido momentos tensos, con los autobuses estacionados a la salida del párking y con coordinadores y voluntarios bajando de ellos para reunirse y discutir con los de al lado.

La disputa se ha saldado con una aparente solución de consenso: los voluntarios irían hasta Aldaya andando (son unos tres kilómetros) y los autobuses les esperarían en el Bonaire hasta las cuatro de la tarde, cuando los llevarían de vuelta a la Ciudad de las Ciencias. Ha sido entonces cuando se ha planteado la incoherencia de tener a más de trescientas personas caminando tres kilómetros de ida y otros tantos de vuelta, con los autobuses parados. Y ahí es cuando se han sumado al motín varios de los conductores, que se han ofrecido a llevar a los voluntarios hasta la población, asumiendo las consecuencias que se derivaran del incumplimiento de la orden recibida.

Una discusión que ha hecho que los voluntarios llegaran a las 14 horas a Aldaya, cuando la vuelta estaba programada para las 16. «Esto es absurdo, no hay nadie al control de esto, o peor, está encabezado por monos con pistola», explicaba uno de los voluntarios 'rebeldes' a ABC a pie del autobús. Lo cierto es que la descoordinación ha sido total y no se entiende la insistencia de los responsables en que los voluntarios limpiaran en el centro comercial. Preguntada por ABC, la encargada de las labores en Bonaire ha explicado que no esperaban esa ayuda y tampoco la habían solicitado. «Cuando han llegado les hemos dicho que no necesitábamos ayuda y que era mejor que fueran a otro lugar», ha explicado.