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True crime

La ola española de documentales sobre crímenes reales en plataformas

'Dolores: La verdad sobre el Caso Wanninkhof' (HBO Max), 'Lucía en la telaraña' (RTVE Play) y '¿Dónde está Marta?' (Netflix) exponen el interés nacional por un género explotado en Estados Unidos

Dolores Vázquez, en 'Dolores: La verdad sobre el Caso Wanninkhof' Laura Peris García
Óscar Rus

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No hay plataforma sin su serie documental sobre un crimen conocido (o no). 'Dolores: La verdad sobre el Caso Wanninkhof' (HBO Max), 'Lucía en la telaraña' (RTVE Play) y '¿Dónde está Marta?' (Netflix) son ejemplos españoles recientes. El siguiente será 'Crímenes, de Carles Porta' (Movistar+).

Puede que el género sea más viejo que la tana, pero está viviendo una cuarta juventud en televisión tras la literatura ('A sangre fría'), el cine ('The Thin Blue Line') y la radio ('Serial'). Es tal su predominancia que, como ocurre con las películas de superhéroes, los documentales sobre crímenes reales parecen calcados, intercambiables. Lo cierto es que hay un patrón.

«Normalmente, los 'true crime' son historias de crímenes reales desplegadas en formatos seriados. Juegan con la narrativa de la serie documental y tienen algo oscuro sin desvelar», explica el periodista Tomás Ocaña , creador y director de 'Lucía en la telaraña' junto a Rafa González . En este caso, el asesinato irresoluto en 2008 de Lucía Garrido en su propia finca.

Otras veces son el resumen de un caso mediático ya cerrado. Su anzuelo es doble: aquellos que lo vivieron a través del televisor y aquellos que aún no habían nacido. Al teléfono, la periodista Noemí Redondo , directora de 'Dolores' : «Implica una investigación y los investigadores son personajes que tienen que estar». Aquí, sin embargo, la Guardia Civil –criticada– rehusó participar. Ella defiende la atipicidad de 'Dolores' al contar una historia «emocional» sobre dos mujeres, Dolores Vázquez y Alicia Hornos.

Ambos periodistas coinciden en que se trata de una moda americana tras la excepcionalidad de títulos como 'The Jinx (El gafe)' (HBO) y 'Making a Murderer' (Netflix). Ambos de 2015. Dos años después, Antena 3 estrenó 'El caso Asunta' . «Cuando nosotros estamos llegando, Estados Unidos los ha exprimido», resume Redondo, consumidora del género. Recomienda 'Carmel: ¿Quién mató a María Marta?' (Netflix) por su sencillez y modestia, y por dejar hablar a los personajes.

Continúa Redondo: «Es un formato muy seductor para una plataforma porque mantiene la atención. Engancha al espectador. Es una forma de recontar casos muy dramáticos y a veces muy complicados, por lo que hay que acercarlos con un lenguaje más cinematográfico». « 'Lucía en la telaraña' es superperiodístico, pero intentamos contarlo como una ficción. Cuando la historia es buena, te lo permite porque tiene puntos de giro naturales», defiende Ocaña.

Coinciden también en la buena materia prima nacional. Empieza Redondo: «Somos un festival del 'true crime'; desde el crimen de Cuenca hasta Bretón…». Sigue Ocaña: «Muchos casos se han tratado siempre desde los Sucesos y el 'true crime' es una oportunidad. El lugar ideal es el periodístico, menos morboso».

Él cree que el interés de tales historias radica en la posición geográfica de España como puente entre continentes, senda de la droga y refugio de criminales: «Al final, 'Lucía en la telaraña' es un reflejo del narcotráfico y la corrupción en la Costa del Sol». Es el mismo escenario de los asesinatos de Rocío Wanninkhof y Sonia Carabantes por Tony King, rescatados en 'Dolores' , un vistazo a la España de los años noventa y dos mil.

Una historia de crímenes es tan interesante como lo que cuente de nuestra sociedad

Tomás Ocaña

Creador y director de 'Lucía en la telaraña'

Porque un 'true crime' es también la autopsia de una sociedad . «Una historia de crímenes es tan interesante como lo que cuente de nuestra sociedad. A mí no me interesa que un señor se vuelva loco y degüelle a su prima, sino qué hay detrás. Por eso ' Lucía en la telaraña' es tan buen material: es mucho más que un asesinato», defiende Ocaña, poco fan del género.

Él sabe que, a lo largo de sus cinco episodios, puede perder al público más interesado en la «casquería». Recomienda 'El farmacéutico' (Netflix), su principal referente, sobre la crisis de opiáceos . «El asesinato de Lucía Garrido revela un montón de cosas, pero el protagonista es Ignacio Carrasco, el detective de nuestra película, el ex Guardia Civil que lo deja todo y se pone la capa de héroe para desvelar la corrupción, no solo porque cree en ello, sino porque le han hecho la vida imposible», cuenta Ocaña.

Sin embargo, estos documentales visualmente esmerados pueden caer en lo que critican: el morbo con que los medios de comunicación cubrieron los casos.

Noemí Redondo es consciente de ese reproche a 'Dolores' : «Es un crimen ligado a una relación porque a Dolores Vázquez la condenan por haber tenido una relación sentimental con la madre de la víctima. Yo tengo que entrar en quiénes son estas mujeres para entender la ira y el rencor de Alicia Hornos. Dos mujeres a las que se les ha destrozado la vida y siguen en polos opuestos, pero que dependen la una de la otra para estar en paz. ¿Esto es morbo? No sé. Juro que es una pregunta que tenía superpresente».

Yo te puedo contar una investigación sobre corrupción y te puedo entretener. Yo, por informarte, no tengo por qué aburrirte

Noemí Redondo

Directora de 'Dolores'

El triunfo de 'Dolores' , según la directora, es el resarcimiento emocional de la protagonista: «Que Loli salga a la calle, se cruce con alguien y no piense: 'Me está llamando asesina'. Es verdad que hay un cabo suelto, el de Robert Graham, y que por temas legales no se puede volver a pedir una indemnización. Sería maravilloso que cualquier implicado reflexionara y pidiera perdón públicamente». La gran pregunta para Redondo es si determinados medios de comunicación seguirán tratando estos sucesos de la misma manera … Ella cree que sí.

El objetivo de 'Lucía en la telaraña' , al abordar varios casos todavía abiertos, era que se hablase del tema y se supiese la verdad. En el último episodio, una grabación exclusiva podría tener relevancia en el proceso judicial. Ocurrió con 'The Jinx (El gafe)', cuyo protagonista, el empresario Robert Durst, fue detenido gracias a una inoportuna confesión . Y con 'Serial', cuya primera temporada (2014) logró reabrir el caso.

Retoma el hilo Ocaña: «El valor de 'Lucía en la telaraña' es que es una historia abierta que se está juzgando hoy. Es tan increíble que, cuando acabe, la conversación en el sofá va a ser: '¿Esto es verdad?'».

Ambos periodistas esperan que este entusiasmo por el 'true crime' se traduzca en una mayor apuesta por el documental. Para Ocaña, el mejor 'true crime' es 100% periodismo con las formas de la ficción. «Yo te puedo contar una investigación sobre corrupción y te puedo entretener. Yo, por informarte, no tengo por qué aburrirte», sentencia Redondo.

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