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LOS OTROS ATENTADOS: más de una veintena de planes frustrados para acabar con el Pontífice

El hombre más querido en todo el mundo era el más odiado por fanáticos y terroristas de diversos pelajes, que intentaron matar al mensajero de la paz en veinte ocasiones. La valentía de Karol Wojtyla,estuvo a punto de costarle la vida el 13 de mayo de 1981, cuando se desangraba por los disparos de Alí Agca. Un año después del atentado, el Papa viajó a Fátima y allí, el 12 de mayo de 1982, un sacerdote integrista español intentó apuñalarle.

Los encargados de protegerle nunca recuperaron la tranquilidad. En febrero de 1983 lograron arrestar al turco Mustafá Savak, que preparaba un atentado contra el Papa durante su visita de junio a Milán. En marzo, durante el viaje a El Salvador y Guatemala, se descubrieron complots contra Juan Pablo II. Pocos meses más tarde, en su país natal, varios extremistas del ejército polaco prepararon un plan para matarle. No lo consiguieron, pero asesinaron, en cambio, al sacerdote Jerzy Popieluzsko.

En junio de 1986, asumió en Colombia el riesgo de un atentado del M-19 y en noviembre de ese mismo año en Brisbane (Australia) la policía arrestó a un joven de 24 años que había planeado arrojarle cinco cócteles Molotov, mientras que en 1990 el presidente de Costa de Marfil reveló haber desarticulado un complot.

En el verano de 1993, la mafia siciliana respondió a la fortísima condena del Papa en Agrigento poniendo una bomba en la basílica de San Juan de Letrán, que es su catedral como obispo de Roma, y en la iglesia de San Jorge al Velabro. No fue un atentado contra el Papa pero fue un típico mensaje mafioso de que todo era posible. En febrero de 1994 se descubrió en Beirut que un grupo proyectaba asesinar al Santo Padre durante su visita del mes de mayo. En el otoño, el altísimo peligro de un atentado serbio en Sarajevo obligó a anular la visita. La realizó en abril de 1997, y la policía descubrió una bomba a sólo cien metros de su itinerario.

A esas alturas había entrado ya en escena un peligroso terrorista internacional del grupo de Osama Bin Laden. En enero de 1995, Ramzi Ahmed Yusuf preparó un atentado espectacular contra el Papa que la policía filipina desarticuló.

Los momentos de peligro se repitieron en la apertura del Año Santo el 24 de diciembre de 1999, el viaje a Jerusalén en 2000 y la visita a la gran mezquita de Damasco el 6 de mayo de 2001. En una de las calles cercanas, una mujer cargada de explosivos se acercaría y haría saltar las cargas al estilo de los suicidas de Hamas en Israel. Como siempre, el Papa no se dejó impresionar y en septiembre —justo después de los ataques de Al Qaida en Estados Unidos— viajaba a otro país musulmán, Kazajstán, para continuar su magisterio contra el terrorismo.

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