elecciones catalanas 12m

Salvador Illa busca votos en todos los caladeros y Moncloa planifica que gobierne solo

Trapero, Tarradellas y apoyo de históricos de CiU vertebran su ofensiva sobre Junts

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El candidato del PSC, Salvador Illa, interviene durante un acto electoral celebrado este miércoles en Cervelló (Barcelona), localidad natal de Josep Tarradellas, desde donde ha reivindicado la figura del expresidente de la Generalitat EFE

Gregoria Caro

Barcelona

Salvador Illa, que sabe de carreras de fondo, se prepara para esprintar a sus rivales en la recta final de las elecciones del 12-M. Sabedor de que el voto que pierde Ciudadanos (CS) recae en el PP, el socialista ataca en la ... izquierda. Se presenta como el voto útil ante unos comunes en su peor momento y frente al hartazgo por la competición entre fuerzas secesionistas. Illa pide directamente el apoyo al elector de Junts y ERC descontento presentándose como la opción de estabilidad y capaz de hacer que Cataluña pase de una vez la página del 'procés'.

En las últimas horas, el socialista cambió de ritmo con el objetivo de taponar a Junts, que va segundo en las encuestas por detrás del PSC. Illa insiste en significarse dentro de los márgenes del constitucionalismo, a pesar del manifiesto que firmaron 80.000 personas, entre ellos socialistas de reconocido prestigio, en su contra y pidiendo no votar al PSC porque, dicen, es igual a secesionismo. Ayer, preguntado en un contacto informativo por esta declaración, Illa no le dio la más mínima importancia y siguió erigiéndose como la única opción capaz de anular el soberanismo, pero, eso sí, marcando claras diferencias con Partido Popular, Vox y CS.

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En el debate electoral de TV3, antes de ayer, el candidato del PSC aseguró que si llega a ser presidente de la Generalitat recuperará al mayor Josep Lluís Trapero como director general de los Mossos, a pesar del papel relevante que tiene en el imaginario del 'procés'. Fue uno de los anuncios más trascendentales de su campaña electoral y se ha convertido en un catalizador para absorber voto soberanista apenas cinco días de abrirse las urnas.

La Fiscalía llegó a pedir rebelión contra Trapero, que luego rebajó a sedición, por considerarle pieza clave del engranaje del referéndum ilegal del 1 de octubre, aunque finalmente la Audiencia Nacional lo absolvió. Illa dejó claro ayer que todo esto para él es pasado al ser preguntado por los periodistas en Cervelló: «La profesionalidad de Trapero está acreditada y es especialmente idóneo para ser el director general de la Policía, hay que tener la mirada no partidista ni sectaria y buscar los mejores talentos, tiene una trayectoria acreditada piense lo que piense y venga de donde venga, vamos a trabajar para poner en los servicios públicos a los mejores talentos».

El exministro de Sanidad y candidato del PSC despliega una estrategia evidente para representar a una importante parte del espacio de la antigua Convergència. El objetivo es convencer a ese elector de que es la opción para introducir a Cataluña en la senda de la estabilidad y el orden constitucional después de años de ruptura de paz social y crispación. La imagen de mayor fuerza donde confluyen estas dos ideas es la del encuentro de Illa y Miquel Roca, padre de la Constitución e histórico dirigente de Convergència, difundida por el PSC.

En las últimas horas se emplean a fondo en esta estrategia. Illa se desplazó ayer a Cervelló para hacer una reivindicación de las formas políticas del expresidente de la Generalitat en el exilio Josep Tarradellas ante su monumento. Tarradellas, restaurador de la Generalitat tras la dictadura, ha acabado siendo una figura reivindicada por el PSC e incómoda para el independentismo, pese a ser militante histórico de ERC y consejero del Gobierno Companys durante la Guerra Civil.

«Reconocido» en el estilo de Tarradellas

En su busto, junto al hijo de Tarradellas y uno de sus nietos, Illa dijo «sentirse reconocido» en el legado del expresident. «Tarradellas es buscar siempre pactos y acuerdos, es poner los servicios y las políticas públicas en el centro de la política», aseguró. No obstante, Illa negó la mayor cuando los periodistas le preguntaron si esta reivindicación era una forma de atraer voto soberanista. «No, es un acto emotivo de reconocimiento a un estilo de hacer política en el que me siento muy reconocido, tiene una significación especial para mi», explicó el del PSC, que dijo además que empezó a hacer política guiado por la visión de este expresident. Desde los primeros días de campaña, Illa ya ha defendido negociar una nueva financiación.

Y el mismo argumento para defender la profesionalidad de Trapero lo utilizó para incidir otra vez ayer en su apuesta por Núria Parlón, la alcaldesa de Santa Coloma, como su futura consejera del Interior. Parlón es socialista pero del espacio más cercano a los comunes, dado que llegó a defender el referéndum de autodeterminación, lo que le generó problemas en el PSOE. Es esta la música que le pone Illa a su campaña. «Los mejores talentos vengan de donde vengan, piensen lo que piensen», repitió. Parlón gobierna con mayoría absoluta, pero incorporó a su gobierno a CS pese a no necesitarlo. Buen ejemplo de la ductilidad que el PSC necesita para cazar votos en todos los caladeros.

Adhesiones posconvergentes

En los últimos días están logrando adhesiones relevantes en este sentido. Ayer se sumaron a un manifiesto de apoyo a Illa los exconsejeros de la Generalitat Miquel Sàmper y Santi Vila. El primero lo fue de Interior con Quim Torra (y siguió con Pere Aragonès) y el segundo, con Carles Puigdemont, de Empresa y de Cultura, y antes, con Artur Mas, de Territorio. Los socialistas esperan que estos apoyos les sirvan para atraer voto nacionalista de la antigua Convergència, aunque Sàmper y Vila lleven tiempo apartados del entorno de Junts, antes CiU.

Los dos creen que Illa es el único candidato «capaz de representar al conjunto de la ciudadanía» y «unir», informa Daniel Tercero. Vila es considerado un traidor para el independentismo porque, a pesar de que fue condenado por desobediencia por el Supremo por sus responsabilidades políticas, abandonó su cargo y al partido en octubre de 2017.

Los cálculos desde Madrid

Fuentes del Gobierno creen que una victoria del PSC en torno a los 45 escaños es un escenario favorable para gobernar en solitario y ya trabajan en sacarle la mayor distancia a los posconvergentes porque ese es el escenario ideal para La Moncloa. Creen que si ERC queda muy por detrás de Junts, los de Aragonès no querrán repetir las elecciones y apoyarán el gobierno en solitario.

La suma independentista por otro lado la ven muy enrevesada e improbable: Junts, ERC, CUP y Aliança Catalana. Y los análisis que manejan en el PSOE alejan la posibilidad del tripartito que anhelan los comunes porque han detectado una caída contundente de sus hipotéticos socios, hasta el punto de que en algunos trackings han estado cerca de desaparecer del arco parlamentario.

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