Elecciones catalanas 2024
Salvador Illa nombrará a Trapero como director de los Mossos si gobierna
El tercer debate a ocho deja sobre la mesa varios anuncios del socialista, que también dice que tendrá como consejera de Interior a la alcaldesa de Santa Coloma
Los hundimientos de ERC y Sumar debilitan la opción de un tripartito

Sin novedad en el tercer y último debate electoral en televisión de los ocho representantes de los partidos con representación en el Parlamento de Cataluña que se presentan a las elecciones del 12 de mayo (12M). Ha sido en TV3, tras los de TVE y La Sexta. La campaña entra en su recta final y ya solo les quedan tres días a los candidatos, para convencer a los catalanes de que su opción es la mejor, antes de la jornada de reflexión que dará paso a la apertura de los colegios electorales. En cuanto a los posibles pactos, Salvador Illa sigue sin descartar un acuerdo con Junts.
El líder del PSC va primero en las encuestas, pero sin mayoría absoluta, por lo que si quiere acceder a la Generalitat tendrá que pactar. «No hay nada decidido, lo harán los ciudadanos el 12 de mayo y se decidirá desde Cataluña», ha señalado Illa, en el bloque dedicado a los posibles pactos postelectorales del debate, que no ha servido para aclarar las dudas que se vienen produciendo en los últimos días. ¿Habrá pacto PSC-Junts? Illa ha reiterado que solo hay «dos opciones» de gobierno, la de los grupos independentistas o la que presente él, que será de «diálogo y estabilidad jurídica, económica y política».
En esta ocasión ha sido Pere Aragonès (ERC) quien le ha recordado a Illa que hace tres años, en el debate de TV3 para las elecciones de 2021, aseguró que se presentaría a la investidura, como defiende estos días. Pero no lo hizo. «Me lo impidió Laura Borràs», entonces presidenta del Parlamento autonómico, se ha defendido el primer secretario del PSC. «Creo que será el jefe de la oposición», le ha respondido el presidente de la Generalitat, que a partir del domingo estará en funciones.
Aragonès ha reiterado que está dispuesto a pactar con quien quiera llevar a cabo un referéndum de independencia, acordar con el Gobierno una financiación singular y fortalecer el Estado del bienestar. «Lo importante es hablar del qué», ha insistido en varias ocasiones. Y ha puesto sobre la mesa una novedad que hasta la fecha no se había hablado: «No permitiremos, ni por activa ni por pasiva, los votos de la extrema derecha». Se ha referido así a Aliança Catalana, que las últimas encuestas le dan representación en el Parlamento autonómico. Tampoco lo hará Junts, según ha asegurado Josep Rull, número tres de la lista de Carles Puigdemont.
Por su parte, Jéssica Albiach (Sumar) ha concretado que está dispuesta a pactar con la CUP, el PSC y ERC, pero no con Junts. «No es posible un pacto con Junts porque sigue siendo la derecha», ha indicado. Y ha advertido de una «coalición del asfalto», si socialistas y Puigdemont se ponen de acuerdo para hacerse con la Generalitat. Laia Estrada (CUP) se ha mostrado, también, partidaria de acordar con los comunes y ERC, a los que ha criticado por no llegar a más acuerdos en la legislatura saliente, e incluso con Junts, pero no con el PSC.
Sin novedad en Vox, CS y PP
Tampoco ha habido novedades en la posición de Vox, CS y el PP sobre este tema. Ignacio Garriga (Vox) ha reiterado que no pactará ni con los independentistas ni con el PSC, y se ha mostrado dispuesto a «liderar la oposición» porque, ha dicho, su pacto es «con los catalanes». Garriga ha cargado contra Illa y ha pedido a los ciudadanos que «no se dejen engañar», porque «la palabra de Illa no vale nada» y, en su opinión, «el PSC es un partido separatista más».
Carlos Carrizosa (CS), que ha ido vestido con una camiseta luciendo el corazón utilizado como logo por su partido con las banderas de Cataluña, España y la Unión Europea, ha apelado a los «principios» y los «valores» de un partido que, según las encuestas, se quedará fuera del próximo Parlamento autonómico. Y le ha reprochado a Illa que quiera abrir una nueva etapa con los mismos que lideraron el 'procés'. «Si hay que abrir una nueva etapa no es con las mismas personas y que le empujan a un nuevo 'procés'. Su política de pactos es o con Puigdemont o con el tripartito».
Finalmente, Alejandro Fernández (PP) ha reivindicado que su partido tiene «vocación de gobierno» y «ser decisivos». No ha concretado si pactaría con el PSC, en caso de ser necesitarlo, pero sí ha fijado unas condiciones: «Acabar con el proceso separatista y garantizar los derechos y libertades de todos los catalanes». Unas condiciones que ha definido como «innegociables» y ha animado a los constitucionalistas a no resignarse.
Uno de las pocas concreciones que se han podido sacar del debate es el anuncio del candidato socialista de quién propondrá como consejero de Interior si llega a ser presidente, en este caso una responsabilidad que recaería en la actual alcaldesa de Santa Coloma de Gramanet (Barcelona), Núria Parlon. Por su parte, ha proseguido Illa, designará al mayor de los Mossos, Josep Lluís Trapero, como director general de la policía catalana, un anuncio que en medio de cierta cacofonía de argumento ha servido al líder del PSC para reforzar su figura como presidenciable.
¿Sigue vivo el 'procés'?
Uno de los bloques más encendido ha sido el dedicado al de la relación entre Cataluña y el resto de España, donde tanto Aragonès como Rull han coincido en señalar la «debilidad» del Gobierno en Madrid y la fuerza del independentismo en el Congreso como una oportunidad para pactar el referéndum, quizás la demostración más palmaria de que el 'procés', como ha recordado Carrizosa, sigue vivo. «Que el 'procés' ha acabado es un bulo que ha hecho correr el PSC», ha apuntado el cabeza de lista de CS cargando contra el PSC, el mismo partido al que Garriga ha acusado de ser lo mismo que el independentismo debido a la «alfombra roja que han puesto a los golpistas».
Fernández, en la misma línea, ha dejado claro que su objetivo es «acabar con el 'procés'», y dirigiéndose a Illa le ha acusado de mentir por dar apoyo a la amnistía y al independentismo cuando prometió no hacerlo.
Ilustrativa de la falta de unidad del secesionismo ha sido el reproche de Aragonés a Junts, recordando que «la legislatura empezó con nueve presos políticos y tenemos a tocar la amnistía, y eso se consiguió negociando». «La gente de Junts nos acusaba de traicionar el espíritu del 1 de octubre, y ahora también negocian ellos», ha explicado Aragonès. En medio de todos, atacado por unos y otros,Illa ha tratado de evitar el debate sobre el 'procés' para centrase en la financiación, «algo que el independentismo ha descuidado en los últimos diez años», ha asegurado.
La inmersión lingüística
El debate territorial ha dado paso a la cultura, y por extensión, a la lengua, en lo que ha sido probablemente el momento más tenso, cuando por ejemplo PP y CS han acusado a ERC y Junts de convertir el catalán en una lengua «antipática» o Vox ha calificado TV3 de «fábrica de odio», lo que ha llevado a la moderadora a pedir respeto por los profesionales de la casa, mientras Estrada instaba a Garriga a irse si tan descontento estaba con la televisión pública.
La inmersión lingüística ha sido motivo también para los reproches, con, otra vez, y en lo que ha sido una tónica del debate, Illa en el centro siendo objeto de los ataques de unos y otros: por el flanco derecho, al ser acusado de complicidad con el secesionismo; por este lado, por justo lo contrario.
Por otra parte, y el mismo día en que la Generalitat decretaba una reducción de las medidas de restricción para combatir la sequía por las lluvias de las últimas semanas, el debate se ha girado en contra del ejecutivo de ERC, al que se ha reprochado su falta de previsión. Fernández, acusando a la izquierda de practicar un «ecologismo de salón», y Garriga, en contra del «ecologismo radical», han insistido en la necesaria interconexión de redes, es decir, en el trasvase del agua del Ebro al área de Barcelona, mientras que Illa ha reprochado a Aragonès el hecho de canalizar las culpas a otros de las responsabilidades propias, así como de actuar de manera improvisada, recordando como se habló en su momento de traer agua en barcos de Valencia para luego descartar la propuesta par apostar por una desaladora en el Puerto de Barcelona. CS, para cerrar el bloque, acusó a los anteriores gobiernos de la Generalitat de preocuparse del 'procés' pero no ocuparse del agua.
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