Una calle de distancia, 20.000 euros de diferencia: las mayores brechas de renta de Madrid
En Fuencarral-El Pardo están las secciones censales contiguas con más diferencia de ingresos netos: Valverde y Mirasierra
Chamartín es el distrito más rico de la ciudad; Villa de Vallecas, con la Cañada Real, el menos favorecido
¿Eres más rico que tus vecinos? El mapa de la renta, calle a calle
![Una mujer camina por una de las calles de la sección censal del barrio de Mirasierra, en Fuencarral, uno de los más favorecidos](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2023/11/13/1473934714-ROFCDWMhEoSH1iHwjkEGDcK-1200x840@abc.jpg)
Entre los barrios de Valverde y Mirasierra, en el distrito de Fuencarral-El Pardo, hay tan solo una autovía de separación; 700 metros de distancia en línea recta entre sus zonas residenciales; veinte minutos andando y ocho si el camino por la M-607 se hace en coche. A los vecinos, en cambio, los separa un abismo. El kilómetro 9 de la carretera de Colmenar Viejo es el punto en que estos barrios se chocan, una frontera visible que marca la mayor brecha de rentas en Madrid: más de 20.000 euros separan a cada vecino de estas secciones censales. A la derecha, la de Valverde, con una renta neta media anual por persona de 10.928 euros; a la izquierda, una parte de Mirasierra, donde los mismos ingresos ascienden a 32.039. A veces, una calle es más que una vía pública, más que un conjunto de semáforos y pasos de cebra; una sola calle puede representar la mayor fisura entre quienes viven en los números impares y quienes habitan en los edificios de la parte par.
Unos bloques de colores verdes y amarillos dan la bienvenida a la calle de Braille, en la sección censal del barrio de Valverde. Fueron construidos en 1979 y pertenecieron, todos ellos, al Ivima. Algunos pisos, de hecho, todavía siguen siendo del Instituto de la Vivienda de Madrid, aunque pasados tantos años, muchos de los que entraron como inquilinos han conseguido, por derecho, convertirse en dueños. Por allí, Marcelina, Marce, como la conocen en el barrio (y en su pueblo natal, en Toledo), carga una bolsa que esconde una barra de pan, un paquete de chorizo y una pequeña caja envuelta. Llegó a la zona en septiembre de 1982 y todavía le quedan unos años para poder decir que la casa en la que vive desde entonces es suya. «Mía es, pero la sigo pagando», apunta. Cada mes, al ser del Ivima, ingresa al organismo una renta de poco más de 25 euros.
A Marce no le cuesta hablar de la dureza de la vida: perdió a su marido hace unos años y a su hijo hace quince días. A pesar de eso, trata de sonreír. «El barrio... uy, ya lo ves. Está descuidado. Yo salgo para ir a misa y ya no vuelvo a salir en todo el día. No tengo nada que hacer», explica con resignación. «Es una zona de personas mayores, que vinimos por el Ivima y nos quedamos aquí con nuestras familias», dice la octogenaria.
Sobre esas fronteras invisibles (o visibles) que configuran las calles, lo tiene claro: «Solo hay que ver los edificios. Allí de ricos, aquí de gente como yo, pobre... Pero como nunca he ido, no te puedo decir más. Si solo con subir la calle ya vemos la diferencia con la zona de Tres Olivos, imagínate cruzando la autovía», afirma la mujer, antes de encaminar los pocos metros que la separan del portal de su edificio.
Geografía del barrio
Mari Carmen lleva 42 años en el barrio, los mismos que tiene. «Esta zona de Valverde es una isla. Abajo tenemos las vías del tren; por la izquierda la avenida de Colmenar, con Montecarmelo y Mirasierra; arriba, Tres Olivos y al otro lado, el pueblo de Fuencarral«, explica, en una simple exposición geográfica. »Las dos primeras zonas, ricas; en las otras dos, no paran de abrir tiendas. Aquí, nada, abandonados. Si solo tenemos un par de chinos de alimentación, ni un supermercado bueno queda«, continúa con sus quejas, puede que más que justificadas, esta residente, que solo alaba la buena comunicación en autobuses y la parada de Metro aledaña.
Subiendo la calle está el único bar. «Este y un kebab», puntualiza Juan, al que sus clientes no necesitan ni decirle qué quieren tomar: «Cerveza por aquí; para ti vino con gaseosa. ¿Un pincho hoy?». Es mediodía y en Los Gallos, donde solo hay cuatro mesas, nueve vecinos disfrutan del aperitivo. Está concurrido, aunque no como a Juan le gustaría. «Lo bueno es que siempre tenemos la misma clientela. La situación está mal, pero nuestra clientela es fija. Y los fines de semana si hay fútbol un poco más...». En Los Gallos solo hay una regla, y está escrita sobre el televisor: «Aquí solo se emiten informativos y liga».
A ocho kilómetros en coche el escenario da un giro de 180 grados. El urbanismo cambia en cuanto se cruza uno de los puentes de la M-607. Allí aparecen carteles de venta de casas exclusivas y nuevas promociones. En Valverde los pisos del Ivima no superan los 79 metros cuadrados; en esta sección censal del barrio de Mirasierra no bajan de 108, y en los edificios más nuevos (erigidos en 2018) hay algunos que tienen 280. Ahí es nada. De los 25 euros al mes que paga Marce, al millón (o más) que cuesta un piso en la calle de Costa Brava; en alquiler no hay ninguno en esta sección censal y el más cercano, y más barato, son 1.850 euros al mes.
![Imagen principal - Interior del bar Los Gallos, en el barrio de Valverde (Fuencarral); un señor baja las escaleras que llevan a la plaza de Monterrey (Hortaleza); zona de chalés unifamiliares también en Hortaleza](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2023/11/13/1473934684-U38424310162PMh-758x470@abc.jpg)
![Imagen secundaria 1 - Interior del bar Los Gallos, en el barrio de Valverde (Fuencarral); un señor baja las escaleras que llevan a la plaza de Monterrey (Hortaleza); zona de chalés unifamiliares también en Hortaleza](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2023/11/13/1473934617-U28065552708SOl-464x329@abc.jpg)
![Imagen secundaria 2 - Interior del bar Los Gallos, en el barrio de Valverde (Fuencarral); un señor baja las escaleras que llevan a la plaza de Monterrey (Hortaleza); zona de chalés unifamiliares también en Hortaleza](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2023/11/13/1473934640-U74865765831QYO-278x329@abc.jpg)
Hay piscinas en cada urbanización, todas ellas cerradas y vigiladas, un colegio de Fomento, una universidad privada y varios bloques de oficinas acristalados. Y aquí, a diferencia de en Valverde, los pocos vecinos que se ven por la calle no quieren hablar. Zanjan la conversación, si es que se le puede llamar así, con un simple «se vive bien. Adiós». Solo les une una cosa: el tenis. En Valverde cuentan con la Federación de Tenis de Madrid; en el otro enclave, con el club social Mirasierra, que también tiene varias pistas de este deporte de raqueta. No parece que tengan nada más en común estas secciones censales, un término que hace referencia a una división administrativa, inferior al barrio y al distrito.
El Instituto Nacional de Estadística (INE) publicó la semana pasada el 'Atlas de la distribución de la renta de los hogares', con datos correspondientes a 2021. En Madrid, el informe pone de manifiesto que la M-30 actúa como separador: dentro, las rentas más altas; fuera, las más bajas. El distrito más rico, según el Atlas, es Chamartín, con una renta neta media anual por persona de 28.233 euros. Esta cifra es superior a la del municipio más rico de la Comunidad de Madrid (y de España), Pozuelo de Alarcón, que se queda en 27.167 euros, según los últimos datos disponibles en el INE.
Menos de 5.000 euros
La zona más desfavorecida, en cambio, está en Villa de Vallecas, en la sección censal atravesada por la Cañada Real: su renta es de 4.687 euros. No hay otra igual ni más baja. En este análisis, una cosa hay que poner de manifiesto: las mayores brechas no están en los distritos más ricos, homogéneos en su riqueza, ni en los más pobres, homogéneos en su pobreza. Están en distritos más heterogéneos, como Fuencarral, Hortaleza o Moncloa-Aravaca.
Y precisamente en Hortaleza se ubica la segunda mayor brecha de Madrid, teniendo en cuenta secciones censales contiguas. Los 13 metros que mide un carril de la avenida de San Luis separan lo rico de lo menos rico. En los números pares, la plaza de Monterrey; en los impares, por nombrar solo una, la calle de Berlanga de Duero. Y solo con esos 13 metros de por medio, 20.662 euros de diferencia: 31.733 euros es la renta media por persona en Berlanga frente a los 11.071 de Monterrey.
«No me extraña ni me sorprende», sentencia Susana, vecina de la zona más humilde, a la que el urbanismo ha dejado oculta tras una rampa y un muro, como si no quisieran que estos pisos (que también fueron del Ivima) los vieran sus vecinos más favorecidos del otro lado de la calle, donde todo son chalés unifamiliares. «Había dos bancos y los han quitado. Tenemos un mercado cerca, pero no está en el barrio. Aquí ya no queda nada«, concluye, resignada, con la misma sensación de abandono que había en Valverde. Pese a la distancia de más de 6 kilómetros tienen más en común que con el vecino de la acera de enfrente.
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