El caso Errejón desata la guerra abierta entre Sumar y Podemos
Díaz admite que conocía la denuncia anónima de 2023 después de que los de Belarra explicaran este lunes que la avisaron
La vicepresidenta justifica que no actuó entonces porque Más Madrid cerró su investigación sobre ese caso
Yolanda Díaz pide disculpas y censura la carta de Errejón: «No debió ser ni diputado ni dirigente»
![La vicepresidenta segunda del Gobierno Yolanda Díaz, ayer, en el Escritorio del Congreso](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/10/29/yolanda-diaz-foto-k16H-R4jOidUZhVEuSXeZldRc5zI-1200x840@diario_abc.jpg)
Caras muy largas. Rostros de tensión en la Sala Prim del Congreso de los Diputados este lunes por la tarde minutos antes de empezar la reunión del Grupo Parlamentario de Sumar, que duró más de dos horas. No era para menos. Yolanda Díaz daba ... su versión de los hechos en público tras reunirse con sus diputados por primera vez tras el estallido del escándalo de Íñigo Errejón en el seno de la coalición.
El análisis de lo sucedido por parte de la vicepresidenta segunda -de viaje en Portugal y Colombia mientras veía su proyecto, una vez más, convertido en un polvorín, aunque esta vez por las acusaciones y la denuncia por violencia machista que recaen de lleno sobre el que llevaba diez meses siendo su portavoz en la Cámara Baja- llega varios días después de la dimisión del político madrileño y coincide con la confirmación por parte del Congreso de que Errejón ya no es diputado y por tanto, ya no goza de condición de aforamiento ante el Tribunal Supremo. De modo que, el juez tiene luz verde para investigarle.
Y pese a que desde Sumar habían dicho que desconocían estas agresiones machistas hasta el pasado martes, Díaz compareció en el Escritorio del Congreso para admitir públicamente que sí que conocía la primera denuncia anónima que circuló contra él en redes sociales en junio de 2023, hace más de un año. Se trata del testimonio de una joven en el que asegura que el político le realizó tocamientos en un festival en Castellón. Según Díaz, es su equipo, en plena precampaña de las elecciones generales del 23-J, quien le comunica los hechos y ella, inmediatamente, se pone en contacto con Más Madrid: «Me dicen que se abre una investigación y después me comunican que ese expediente se ha cerrado. A posteriori, también me hacen llegar que se ha borrado el tuit [de la afectada] y nunca más volví a saber nada de este hecho», relató la número tres del Gobierno.
La vicepresidenta justifica así que no interviniera ni actuara entonces porque la formación madrileña cerró la investigación interna que había abierto sobre el caso. También atribuye el fallo en la detección de este caso de violencia machista en el hecho de que no existiese ninguna denuncia ni tampoco ningún testigo de aquellos hechos.
«Si hubiera tenido entonces el mismo conocimiento que tuve el martes [pasado], hubiera actuado como hoy, sacándole de la vida pública y haciendo que abandone todas sus responsabilidades orgánicas», incidió Díaz. Y sobre todo, dijo, «si en la elaboración de las listas [del 23-J] yo hubiera sabido que Errejón era un presunto agresor sexual, ya les digo que de ninguna de las maneras iba a formar parte de un espacio de representación pública». De este modo sentenció que «es evidente que no debió ser ni diputado ni portavoz».
Lo que sí reconoció Díaz, al igual que Más Madrid, es que Errejón «estaba yendo a terapia» por problemas «de otra índole», que no especificó ninguna de las dos formaciones, y «que en este último año iba mejor».
Posibles sustitutos
En sus primeras palabras cinco días después de conocerse los hechos, la vicepresidenta relató que su equipo le informó el pasado martes, «a última hora del día», sobre el testimonio que compartió la periodista y activista Cristina Fallarás en su cuenta de Instagram, en la que se hablaba de «un político madrileño». Al día siguiente, el miércoles, llamó a Errejón.
«Fue una de las conversaciones más difíciles de toda mi vida», confesó Díaz a la salida de la reunión con su grupo parlamentario. Un cónclave que sirvió, según trasladaron fuentes cercanas a la vicepresidenta, más «de diagnóstico y de compartir opiniones sobre la crisis» que vive en estos momentos el espacio que de toma de decisiones de cara al futuro. Entre ellas, la de la sucesión de Errejón como portavoz en el Congreso, a pesar de que ya hay varios nombres encima de la mesa. Todos ellos de mujeres, como la actual portavoz adjunta de Sumar y de los comunes en la Cámara Baja, Aina Vidal. Por el momento, será hoy del diputado y miembro de la actual coordinadora interina de Sumar, Txema Guijarro, el encargado de sustituir a Errejón en la reunión de la Junta de Portavoces en el Congreso.
En aquella llamada con Íñigo Errejón, abundó Yolanda Díaz, este le «reconoció actitudes machistas y vejatorias contra las mujeres». No es hasta el jueves por la mañana que la líder de Sumar vuelve a hablar con él para pedirle su acta como diputado. En este sentido, la también ministra de Trabajo aseguró que, pese a saber que la expulsión inmediata de Errejón iba a suponer una crisis dentro su formación, «lo volvería a hacer una y mil veces» porque entre la impunidad y cualquier crisis política, «siempre escogería la segunda».
A tenor del relato de la vicepresidenta segunda, Sumar tan sólo tardó dos días -desde el martes por la noche- en expulsar a su portavoz en la Cámara Baja una vez se dieron a conocer las denuncias de Fallarás en las redes. «No abrimos ni siquiera un expediente administrativo», hizo hincapié Díaz, al tiempo que se desvinculó también del comunicado de renuncia publicado por Errejón «unilateralmente» en sus redes sociales. «Hemos actuado con prontitud y contundencia», dijo, «pero hemos llegado tarde y por eso pido disculpas».
Aun así no habrá dimisiones. Todo ello a pesar de que aliados como Izquierda Unida (IU) lleven días exigiendo responsabilidades internas por el escándalo: «Si había alguien que lo sabía y no actuó, tiene una responsabilidad», llegó a expresar su coordinador federal, Antonio Maíllo.
Yolanda Díaz admitió todos estos hechos apenas unas horas después de que Podemos también explicara este lunes ante los medios que había advertido de las acusaciones contra Errejón a la vicepresidenta como «persona que podía hacer algo al respecto y que lideraba Sumar», a pesar de lo cual le mantuvo en la lista de las generales al Congreso, dijo el secretario de Organización de Podemos, Pablo Fernández, sin entrar en detalles sobre quién fue el encargado de mantener esta conversación con Díaz ni cuál fue la reacción de ésta.
Siguieron juntos pese a todo
Podemos acudió a la líder de Sumar para avisar y advertir sobre los comportamientos machistas de Íñigo Errejón, pero no a Irene Montero, que no en vano era entonces ministra de Igualdad y muy beligerante contra este tipo de conductas. No sólo eso, sino que, además de conocer la situación y no hacer nada, los de Ione Belarra firmaron un acuerdo de coalición con Sumar, que incluía al propio Errejón como número 4 en las listas al Congreso. Díaz corroboró la versión de sus excompañeros revelando que la persona con la que habló fue la actual líder de la formación morada y exministra de Derechos Sociales. Pero no sólo reconoció haber hablado con Belarra, también con Más Madrid.
La cúpula de la formación madrileña, integrada en Sumar, compareció ayer para dar cuenta de los hechos. Los de la ministra de Sanidad, Mónica García, negaron estar al corriente de las actitudes del exdiputado y reconocieron haber minimizado la primera denuncia en redes de hace casi año y medio, al haber dado por buenas las explicaciones de Errejón, que negó los hechos.
«No pudimos o no supimos nada más», admitieron la ministra, la portavoz de la formación en el ayuntamiento de la capital, Rita Maestre, y su homóloga en la Asamblea de Madrid y entonces secretaria de Organización en el momento en que sucedieron los hechos, Manuela Bergerot. Las tres dirigentes comparecieron varios días después de saltar a la palestra el escándalo del que fuera su fundador. Lo han hecho, dijeron, una vez superado el «shock» inicial y para reclamar que «el caso de un perpetrador misógino no se convierta en un caso contra tres dirigentes políticas». «Nunca. Nadie en ningún momento conocía las graves acusaciones de agresión, maltrato y violencia sexual que ahora le apuntan», insistió García.
La cúpula de Más Madrid pensó que los problemas de Errejón eran otros, aunque sin especificar cuáles. En este sentido, admitieron conocer desde hace tiempo que el ya exportavoz de Sumar en el Congreso «tenía problemas personales de otra índole» y por ello estaba sometido a «tratamiento». «Si hubiéramos sabido que era un agresor, no le hubiéramos recomendado ayuda personal; le hubiéramos llevado a una comisaría», defendieron.
Según su versión de los hechos, Más Madrid se enteró «por redes» del episodio del festival de Castellón. El hilo de Twitter (ahora X) mencionaba a una segunda persona como supuesta encubridora de los hechos: la exdiputada madrileña y exportavoz de Feminismos, Loreto Arenillas. Más Madrid asegura que, al día siguiente de la publicación de ese tuit, se pusieron en contacto con ambos. «Les pedimos explicaciones y los dos minimizaron la agresión», aseguró ayer la ministra Mónica García, reconociendo que Más Madrid dio por buena la versión de Íñigo Errejón frente a las de una potencial víctima de agresión sexual.
Ahora, consideran «insuficiente» su actuación y piden perdón: «No se investigó más ni se interpretó por nuestra parte como una alarma, como una pauta de comportamiento generalizada de Errejón, cosa que a la luz de lo que empezamos a conocer estos días fue un error», trasladó Bergerot.
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