Junqueras ve «implanteable» ir a otras elecciones tal y como está ERC
Si se negocia con el PSC «primará el interés del partido», mantener cargos intermedios en la Generalitat o entrar en el Ayuntamiento de Barcelona
Los socialistas ven con optimismo su investidura y creen que los movimientos en Esquerra la favorecen
Gabriel Rufián: el silencio de la voz más mediática de ERC
Oriol Junqueras va con todo. Quiere ser el próximo presidente de ERC para, llegado el momento, aspirar a presidir la Generalitat de Cataluña. Cree que se lo merece. No obstante, el rotundo fracaso de su partido en las elecciones del 12-M ha propiciado ... una crisis interna que, de momento, ha arrastrado al candidato y 'president', Pere Aragonès, y a la secretaria general del partido, Marta Rovira, amén de obligarle a él mismo a dar un paso atrás. No obstante, fuentes de su entorno consultadas por ABC aseguran que se trata de coger impulso porque «la crisis ha finalizado» y «Oriol tiene ganas y se le nota»
En opinión se su equipo, la crisis abierta tras el 12-M es un ruido promovido desde el entorno de Aragonés, con su mano derecha, Sergi Sabrià, a la cabeza. «Es una especie de rebelión de una pequeña parte del sotogovern sin ningún tipo de fuerza en la militancia y sin proponer un nombre alternativo», aseguran desde el entorno de Junqueras, apuntando al mismo sector que en su momento generó mucho ruido quejándose sobre las supuestas injerencias del presidente del partido en la acción del Gobierno de Aragonès. Ahora, como entonces, no se ve ninguna opción que pueda disputarle el liderazgo: «Junqueras, te guste o no, es inevitable».
Así lo vino ayer a confirmar de manera directa él mismo, cuando dejó claro que se ve «con fuerzas para seguir como presidente de ERC». «Claro que me veo capaz», sentenciaba ayer desde la sede de su formación, el mismo lugar donde el día anterior una ejecutiva del partido reunida de manera extraordinaria comunicaba que su presidente abandonaría el cargo tras las elecciones europeas del 9 de junio. La pretensión, tomarse un periodo de «reflexión y escucha activa» para decidir, en un congreso que se celebrará el 30 de noviembre, si sigue o abandona.
El equipo de Junqueras es consciente de que su futuro depende de la militancia y, si eso es imprevisible en cualquier partido, aún más en Esquerra, de tradición asamblearia.
Al margen de reordenar su dirección, el partido tiene que adoptar en las próximas semanas una decisión crucial con respecto a la investidura. Y ahí el que fuera vicepresidente de la Generalitat cuando se declaró la independencia de Cataluña durante unos segundos tiene un plan definido, que no pasa en este momento por forzar unas nuevas urnas. «Tal y como está Esquerra, no se puede plantear ir a una repetición de elecciones. Esto no es un secreto y cualquiera que analice los resultados llegará a esta conclusión», señalan a ABC las mismas fuentes.
Por eso, Junqueras tiene como prioridad ahora «ganar tiempo», con lo que dirige toda la atención a los dos partidos que pasaron por delante de ERC en los comicios del pasado domingo: «Señores de Junts y del PSC, entiéndanse, ya que se han esforzado en derribar un gobierno de ERC». Dado que es palmario que ese deseo busca conseguir tiempo para «seguir restañando heridas», la pregunta es inevitable: ¿va ERC a facilitar un gobierno de Illa? «Todavía no se ha hablado ni se ha comentado nada, estamos restañando heridas», aseguran. «El coste de permitir la investidura de Illa es alto», reconocen, pero aún lo es más, apuntan, ir a una repetición electoral en el mes de octubre.
En este escenario, advierten de que «cuando llegue a nosotros», tras la constatación de que la sociovergencia (PSC-Junts) es una opción imposible, «va a primar el análisis de la situación del partido». Esto quiere decir que ERC tiene que medir muy bien el impacto de dar poder a los socialistas catalanes, porque es evidente que eso es entregar un arma discursiva muy potente a Junts. Aún así, un factor a tener en cuenta es la colocación de cargos medios del partido: mantener algunos nombres en sus puestos en la Generalitat o entrar en el Gobierno municipal de Barcelona, donde «hay conversaciones permanentes: ha habido apoyo a los presupuestos y hay una opción de que pueda haber participación de ERC».
Ayuntamiento
La posibilidad de que Esquerra se integre en el equipo de Jaume Collboni en Barcelona está sobre la mesa desde la celebración de las elecciones municipales hace un año y, de hecho, el propio alcalde socialista apuntaba esta misma semana que espera resolver la cuestión en breve. Tanto en ERC como en el equipo de Collboni se apunta a este diario que la negociación municipal y la de la investidura en el Parlament son carpetas que van por separado, pero cuando llegue el momento, añaden los republicanos, inevitablemente van a cruzarse.
En paralelo, en el equipo de Junqueras lamentan que la crisis suscitada tras el varapalo haya minado el ánimo de Marta Rovira, la secretaria general del partido. «Es una baja sensible, porque ella es una pieza clave», aseguran, aunque lo atribuyen al «cansancio» tras seis años viviendo en Suiza y ejerciendo su responsabilidad orgánica en la distancia. Quien hiciese 'ticket' con Junqueras al frente del partido desde 2011, comunicaba el miércoles que no renovaría en su cargo, lo que contribuyó a aumentar la presión sobre Junqueras para que lo dejase, aunque de forma momentánea. «Toca recambio por radicalidad democrática», apuntaba la propia Rovira en la nota que anunciaba que no optaría a revalidar el cargo. «No queremos reproducir ni los liderazgos mesiánicos ni las élites políticas», añadía, en lo que se ha leído como una ruptura entre ella y Junqueras.
Curiosamente, serán Rovira, que sigue como secretaria general hasta el congreso de noviembre, y Pere Aragonès, coordinador general también hasta entonces, los que formalmente deberán asumir, como cargos más importantes de la formación, el desgaste que pueda implicar por ejemplo investir al socialista Illa. Será formalmente, ya que Junqueras no piensa delegar su autoridad aunque oficialmente deje el cargo tras las europeas.
Con o sin Rovira, el plan de Junqueras es presentar «al nuevo Oriol», un líder político que no quiere hablar tanto de 2017 como de los problemas de 2024. «Tiene cinco meses por delante para ir labrándoselo y tiene la ejecutiva del partido. Primero, se trata de hacer una especie de cata del nuevo Junqueras en la campaña de las europeas». Y, después, recorrer Cataluña con el apoyo del partido.
Junqueras, en este sentido, piensa seguir en este caso un proceso que emula la estrategia que emprendió Pedro Sánchez cuando, apeado de la dirección del PSOE, comenzó su gira por las agrupaciones del partido para regresar de manera triunfal. «Estoy dispuesto a ayudar, pero solo si tengo un aval explícito y renovado», apuntaba ayer. «Yo me quiero explicar, pero necesito escuchar y lo intentaré de buena fe», apuntó el aún líder de los republicanos.
Por su parte, desde el PSC se considera que finalmente acabará habiendo entendimiento con ERC. Los socialistas han iniciado los primeros contactos con otros grupos, principalmente para el reparto de los miembros de la Mesa del Parlamento autonómico, que tendrán continuidad de cara al intento de investidura de Illa. Los movimientos en Calabria, cuartel general de ERC, se interpretan en el PSC como positivos para llegar a un acuerdo que debe acabar con el 'sí' de los de Junqueras.
MÁS INFORMACIÓN
El optimismo entre los de Illa, por lo tanto, les hace ver el futuro a medio plazo de cara a que Illa acabe siendo presidente de la Generalitat. Si en ERC mantienen la idea de Junqueras, aunque no esté él al frente del partido, los socialistas no deberían preocuparse por la presión de Carles Puigdemont a Pedro Sánchez, pues desactivaría la opción que plantea el expresidente autonómico para que Junts y ERC se planten ante el presidente del Gobierno con la intención de que este ordene a Illa una abstención.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete