Los vecinos de Benetússer añaden mascarillas a sus equipos en el cuarto día de limpieza por temor a infecciones
Entran en zonas con agua estancada desde el martes, donde ni siquiera saben si pueden encontrarse cadáveres
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La última hora de la DANA en Valencia: despligue de voluntarios y trabajos de limpieza
En el cuarto día tras la riada, locales de la comarca de l'Horta Sud (Valencia) retiran desperfectos y suciedad en zonas donde hay agua estancada y ni siquiera saben si quedan cadáveres. Cinco días después de que la riada se llevara por delante ... todo lo que conocían, los vecinos de las zonas afectadas en Valencia insisten en la necesidad de llevar guantes y mascarillas para llevar a cabo la ingente tarea de limpieza pendiente. Unos métodos de prevención autoimpuestos ante la necesidad de entrar en zonas donde todavía hay agua estancada, suciedad y fango, pese a la labor incansable que vienen realizando desde el momento que «pasó» el peligro, y donde no se sabe cuántos cadáveres pueden encontrar las fuerzas del orden. Vehículos estampados por todas partes son revisados en busca de gente sin vida y las tareas de drenaje se repiten en cada calle.
La retirada de los escombros, plásticos y todo tipo de materiales que el martes arrastró el agua se aceleró ayer —al menos en los municipios más cercanos al nuevo cauce del río Turia como Benetússer y Massanassa—, después de que cientos de personas cruzaran en peregrinación los puentes que conectan ambos márgenes desde el barrio de San Marcelino, cargados de suministros y con la intención de ayudar. Iniciativas que se habían empezado a movilizar poco antes, pero sin llegar a esos niveles, y que agradecían los locales desbordados por la tragedia.
Al mismo tiempo, conductores de coches colapsaban la entrada desde Valencia en este punto, hasta no poder avanzar más. La mayor parte retornaba a pie alrededor de las cinco de la tarde de la zona afectada, y entre ellos podía verse grupos grabando vídeos o tomando fotografías.
A botas, rastrillos, palas, escobas… empiezan a sumar mascarillas y guantes. Una medida sobre lo que insisten ante el temor de contraer alguna infección y que no les ha recomendado ninguna insistitución pública
Hacia el interior de l'Horta Sud, el mal olor que sienten en algunos barrios de Benetússer y Massanassa alerta a los vecinos. La situación en el resto de la comarca no es mejor. Algunos de quienes vivían en plantas bajas —no han sido las únicas puestas en peligro, pues el torrente de agua llegó a los dos metros de altura en ciertas calles— han logrado limpiar en gran medida el interior de sus habitáculos, de los que han podido rescatar poca o ninguna cosa.
Otros todavía ven sus casas cubiertas de cieno y desperfectos, por lo que grupos de amigos, familiares y conocidos se organizan autónomamente al final del día para una nueva jornada de trabajo, antes de irse a la cama exhaustos. Cuando cae la noche se escuchan alarmas de vehículos de emergencia circulando hacia las localidades más al sur de la provincia
Ahora, a botas, rastrillos, palas, escobas… empiezan a sumarse mascarillas y guantes. Una medida sobre lo que insisten ante el temor de contraer alguna infección y que les han recomendado cuentas de redes sociales que cuelgan información sobre métodos de actuación en catástrofes naturales. Estos mensajes circulan por los chats de mensajería que comparten quienes nacieron y crecieron en la zona, sin pensar que nunca que tuvieran que recurrir a ellos.
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No es lo único. Además de vídeos grabados en primera persona de la catástrofe, a cada cual más estremecedor, se reenvían audios alarmantes y elevadas cifras de muertos sin confirmar, que podrían encontrarse en espacios anegados por el agua y donde todavía no han conseguido llegar los equipos subacuáticos. La mayoría desconfía de estas últimas, a la espera de que las labores de drenaje permitan el rescate. Es el caso del paso del túnel entre Alfafar y Benetússer o el parking de algunos grandes supermercados cercanos, donde momentos antes de que empezara a subir el nivel del agua, había gente comprando.
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