Más de 48 horas incomunicados en Chiva: «Escuché morir ahogado a mi vecino»

«Pudimos cerrar la puerta cuando el agua comenzaba a llegarnos por las rodillas. Tumbé una mesa en la entrada mientras Rosa cerraba las ventanas y subimos al segundo piso a rezar porque fuera suficiente para no morir ahogados», explica. Por suerte, y pese a que estuvieron más de un día encerrados, han podido sobrevivir al temporal. Pero no todos en la localidad pueden decir lo mismo. «En mitad de la noche pudimos escuchar como mi vecino, Manuel, gritaba pidiendo auxilio. Cuando quise asomarme para comunicarme con él vi cómo el agua rompía sus ventanas e inundaba su bajo», comenta con la voz entrecortada Gómez, justo antes de añadir que «sus gritos se apagaron y se hizo el silencio».

A la mañana del jueves, cuando por fin pudo salir junto a su pareja de la vivienda, 'confirmó' que Manuel debía estar muerto. «No hay manera de que haya sobrevivido. Está su casa complemente inundada y llena de escombros». Intentó junto con los vecinos que le sacaron de casa, abrir un hueco en la vivienda, pero temían que la estructura cediera y se llevara consigo más de un edificio.

Hasta el momento, tampoco han recibido ayuda de ningún cuerpo de seguridad, por lo que tampoco pueden ir más allá de lo que les permiten sus escasos recursos. «Los pocos que estamos en la calle es gracias a otros vecinos. Si no fuera por ellos aquí nadie hubiera salido con vida. Utilizaron tractores para sacar los escombros que bloqueaban la puerta de mi casa, me han dado de comer e incluso batería para poder cargar el móvil y hablar contigo», dice Gómez, quien añade que «al final es el pueblo quien salva al pueblo».

«No ha llegado asistencia de ningún tipo, la UME se ha quedado en la A-3 pero en el pueblo no ha entrado ni ellos ni la Policía ni la Guardia Civil», lamenta, a la vez que comenta con horror que han desaparecido casas enteras, algunas de ellas habitadas. «Si nadie va a buscarlos habrá que sumar otras dos decenas de víctimas, como mínimo».

Los ciudadanos y el Ayuntamiento de Chiva se sienten completamente abandonados tras el paso de la DANA por el municipio. Sin agua corriente y sin la comida necesaria, la colaboración ciudadana es la única que mantiene en pie las ruinas de la localidad. Según detallan en un comunicado, necesitan agua y comida para abastecer a los vecinos «porque a la localidad no ha llegado aún asistencia de ningún tipo».

Por su parte, el edificio del Ayuntamiento se ha convertido en un punto central desde donde se recibe y entrega todos los suministros que necesitan los vecinos, pero no es suficiente. El Ayuntamiento también ha solicitado ayuda de servicios médicos y psicológicos para poder atender a la población. «Hace falta combustible y mecánicos para poder reparar la maquinaria pesada que se ha estropeado y que es precisa para acometer las tareas de limpieza».

La particular geografía del pueblo, de mucha extensión y con varias urbanizaciones, podría deparar todavía sorpresas desagradables. Tal y como temen las cientos de personas que continúan en el pueblo, de donde salir y entrar es, todavía hoy, casi imposible.