La ruina de ser celíaco: obligados a hacer la compra a precio de oro
Los alimentos sin gluten soportan un sobrecoste de más de 500 euros en la cesta de la compra
Los afectados son ninguneados por el Gobierno, al que piden subvenciones
«La única opción que tenemos los celíacos en el supermercado es comer basura»
El pueblo con más casos de celiaquía se transforma en un paraíso sin gluten
![El coste de los productos sin gluten ha aumentado 169 euros entre 2022 y 2023](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/sociedad/2023/08/07/celiacos-desk-R52nWd0s0RLflsC9FmgQvOI-1200x840@abc.jpg)
De un día para el otro, Rosa González, madre de dos hijos, tuvo que descubrir el mundo de la celiaquía. Su hija pequeña, Nuria, acababa de ser diagnosticada como intolerante al gluten. Al día siguiente se dirigió al supermercado más cercano para hacer la compra ... semanal y, con la lista escrita en las notas del móvil, comenzó a llenar el carrito con productos para celíacos. La sorpresa llegó más tarde, cuando la cajera le dijo el importe. «Se deben haber equivocado en algo», pensó la madre. Suponía 100 euros más en comparación con lo que solía pagar en su compra mensual.
No es la única. Esta diferencia de precio es un desafío al que tienen que hacer frente todos los celíacos, porque todos los productos sustitutivos del gluten, como panes, harinas, pastas, o 'caprichos' como las pizzas o la bollería, cuestan el doble o el triple de los productos normales.
593 al año
Según el Estudio Anual de Precios de la Federación de Asociaciones de Celíacos Españoles (FACE), en 2023 la compra sin gluten semanal es 11,23 euros superior a una compra con gluten. La mensual es 45 euros más cara y la anual, 539 euros superior. Eso teniendo en cuenta que se trate de una compra para satisfacer las necesidades básicas de una única persona. En el caso de González, al ser cuatro miembros en el núcleo familiar -y con dos niños pequeños- la cifra se duplica o incluso triplica en ocasiones como cumpleaños o festividades. «Nosotros decidimos no hacer dos compras separadas. Al final todos comemos comida sin gluten y es casi una compra de ricos», lamenta esta madre de familia, que añade que ha tenido que meditar muchas veces qué productos deja apartados en la dieta de sus hijos. «Una vez Nuria me dijo que ella no quería comer todo sin gluten, que quería galletas como las que come Álvaro -su primo-. Se me partió el alma», expresa dolida.
También hay que tener en cuenta que el coste de los productos sin gluten se ha incrementado en 169,42 euros entre 2022 y 2023. Sin embargo, la diferencia se atenúa en vista del gran aumento de precios que también se ha generado en el resto de productos con gluten, con un crecimiento de 475,65 euros por encima del valor anual de 2022. En términos porcentuales, el coste de los productos sin gluten se ha visto incrementado en un 12,39%, pero los productos con gluten han aumentado mucho más en relación al año pasado, situándose un 91,09% por encima del precio de 2022. Para los intolerantes a esta proteína del trigo, los alimentos que más han subido de precio en 2023 son el pan de molde, el tostado y los dulces. «Para colmo, los celíacos no nos hemos beneficiado de la rebaja del IVA en el pan, uno de los productos más caros», añade Aarón Santana, presidente de la FACE. El pan común está rebajado del 4% del IVA al 0% desde el 1 de enero, sin embargo, el sustituto no se ha reducido porque, según la normativa, se considera «producto especial» y no pan. «A nosotros se nos han mantenido los impuestos del 10%, es injusto», denuncia Santana. Desde la federación entienden que la inflación ha afectado a todos los alimentos del mercado, pero critican que se les deje «de lado» y no escuchen sus quejas y peticiones.
El sobrecoste de los productos
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Harina con gluten: 1 euro; sin gluten: 4,7 euros
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Pasta con gluten: 1,3 euros; sin gluten: 3 euros
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Pizza con gluten: 1,5 euros; sin gluten: 4 euros
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Galletas con gluten: 1,7 euros; sin gluten: 4 euros
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Pan con gluten: 1,2 euros; sin gluten: 3,2 euros
En marzo, las asociaciones de afectados se manifestaron a las puertas del Ministerio de Sanidad al grito de 'Sin gluten y sin pasta'. En torno a 3.000 celíacos se agolparon a las puerta del ministerio para pedir ayudas económicas para el colectivo. Cinco meses más tarde, Roberto Espinosa, director de la Asociación de Celíacos y sensibles al Gluten, explica a ABC que nada ha cambiado. «Hay muchas familias que no llegan a final de mes, pero el Gobierno hace oídos sordos».
El 1% de la población
El problema de las personas celíacas es que la dieta sin gluten no es un capricho, sino una necesidad. «Si no pueden pagar se ven obligados a consumir alimentos con gluten, lo que les provoca vómitos, diarrea y malestar general durante dos o tres días», explica Espinosa. Elena de Miguel antes de ser diagnosticada siempre se encontraba cansada, de mal humor y con dolores de tripa constantes. «Yo era una niña apagada, sin motivación y con un carácter explosivo», menciona la joven de Valladolid.
Desde que nació era celíaca, pero no fue diagnosticada hasta que cumplió cuatro años. «A mis padres les costó muchos esfuerzos poder permitirse hacer la compra sin gluten. Yo no fui consciente de los precios hasta que crecí y me tocó a mí pagar». De Miguel, después de tener que hacer malabarismos para comer y llegar a fin de mes con su presupuesto de estudiante, decidió hacer su propio pan en una panificadora, porque así «es más sano y mucho más barato». Según la FACE, en España alrededor del 1% de la población es celíaca (450.000 personas). Porcentaje que aumenta hasta el 2% si se tiene en cuenta a aquellos que son sensibles al gluten -aquellos que tienen cierta tolerancia al gluten, pero que de igual manera les afecta negativamente al organismo-. Desde la federación apuntan que otro problema por el que no se les tiene en consideración es porque en España no se puede saber con certeza la incidencia de esta enfermedad en la población.
«En la Sanidad no existe un código único para la celiaquía, este varía por comunidad autónoma, lo que hace imposible que se elaboren estadísticas a nivel nacional, y solo podamos hablar de aproximados», explica Santana.
Productos con receta
Las asociaciones de celíacos de España buscan que se repliquen en nuestro país las medidas que tienen el resto de países vecinos. Por ejemplo, en Reino Unido o Italia, los médicos de cabecera emiten recetas para que los pacientes afectados puedan comprar algunos productos alimenticios y dependiendo de la edad éstos resultan totalmente gratuitos.
En otros lugares como en Suiza, un celíaco recibe una ayuda anual que le permite cubrir esos gastos extra hasta que cumple los 20 años, y a partir de esa edad la ayuda se convierte en una deducción de los impuestos que se pagan, dependiendo de los ingresos que presente el intolerante. «Nosotros queremos una fórmula, una solución, sea cual sea, pero que haya una», sentencia Santana.
Cajas de ayuda
Al no existir una media gubernamental, la asociación de afectados comenzó en 2020 una iniciativa altruista para ayudar a las familias con varios miembros intolerantes y en una situación precaria.
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El proyecto, bautizado Contigo 2020, consiste en el envío mensual de una caja de productos básicos sin gluten. «Para que la gente pueda acceder a dichas ayudas tienen que ser recomendados por los Servicios Sociales y nos tienen que enviar su expediente médico para que nosotros comprobemos que realmente sufren la enfermedad», indica Espinosa. En total, ya han repartido más de 2.000 kilos y han ayudado a más de 63 familias. «Al final hablamos del bienestar de las personas. La salud no puede reducirse a un puñado de euros», afirma el director de la ACSG.
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