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Luis Argüello, elegido nuevo presidente de la Conferencia Episcopal

El arzobispo de Valladolid sustituye al cardenal Juan José Omella, arzobispo de Barcelona, al frente del Episcopado español

El cardenal José Cobo elegido como vicepresidente en segunda votación

Juego de equilibrios en la Conferencia Episcopal con Argüello y Cobo en su cúpula

'El presidente de los obispos que corría delante de los grises', por José Ramón Navarro-Pareja

Los retos del nuevo presidente de los obispos: afrontar la secularización, gestión de los abusos y reducción de los seminarios

El nuevo presidente de los obispos, Luis Argüello, en primer plano, acompañado por José Cobo, en su primera comparecencia pública tras ser elegidos Tania sieira
José Ramón Navarro-Pareja

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No hubo sorpresas. Tal como prefiguraba la votación de sondeo de la tarde del lunes, los obispos españoles han elegido al arzobispo de Valladolid, Luis Argüello, como nuevo presidente de la Conferencia Episcopal. A las 10:18 la oficina de comunicación anunciaba el nombramiento, que se ha producido en primera votación con el respaldo de una amplia mayoría, 48 votos, ocho por encima de los necesarios para la mayoría absoluta. A las 11:30 comparecerá ante la prensa el nuevo presidente para hacer sus primeras valoraciones. El proceso electivo continúa en la Asamblea Plenaria que debe renovar a toda su cúpula, el siguiente en conocerse, será el nuevo vicepresidente.

Para Argüello, que cumplirá 71 años el próximo 16 de mayo, este será su único mandato al frente de la Conferencia Episcopal. Cuando finalicen los cuatro años estará cercano a cumplir los 75 años, la edad en que los obispos deben presentar su renuncia ante el Papa. En 2022, la Santa Sede, de la mano del cardenal Ouellet, entonces prefecto del Dicasterio para los Obispos, pidió al Episcopado español que se abstuviera de elegir para sus cargos a prelados que fueran a cumplir la edad de jubilación durante el mandato, como había hecho en 2022, al nombrar al cardenal Omella como presidente y al cardenal Osoro como vicepresidente. El primero ha acabado su mandato a punto de cumplir los 78 años, mientras que Osoro, ni ha llegado a finalizarlo por apenas tres días, al serle aceptada la renuncia, de forma sorprendente, el pasado viernes.

En segunda votación, y para la vicepresidencia, los obispos han elegido al cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid, con el respaldo de 39 votos. De esta forma, la Conferencia Episcopal configura un tándem presidencial de equilibrio, en el que están representadas las dos mayores sensibilidades episcopales.

Argüello llega a la presidencia de un organismo que conoce a la perfección. No en vano ha sido secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal desde 2018 a 2022, cuando se vio obligado a retirarse (le quedaba un año de mandato) al nombrarle el Papa Francisco como nuevo arzobispo de Valladolid. Es la diócesis en la que ha desempeñado toda su etapa sacerdotal y de la que era obispo auxiliar desde 2016.

«Moderado, intelectual, hombre de Iglesia y de consenso, capaz de dialogar con izquierda y derecha» son algunos de los apelativos con los que, desde su entorno, intentan explicar su figura. Los obispos han apreciado en Argüello el perfil que buscan para la cara pública de la Iglesia española de los próximos años, resistiéndose a las presiones del sector eclesial más progresista empeñado en aupar al arzobispo de Madrid, José Cobo, a la presidencia, al que han llegado a respaldar con el peregrino argumento de su nombramiento sería el único que permitiría manifestar la comunión de la Iglesia española con el Papa Francisco.

Una idea exagerada y distorsionada, pues nadie duda que cualquiera de los 49 candidatos (arzobispos y obispos residenciales menores de 71 años) que hoy optaban a ser elegidos están en absoluta comunión con el Papa Francisco, como lo estuvieron con Benedicto XVI o Juan Pablo II. A pesar de las distintas sensibilidades eclesiales, y las lógicas diferencias de criterio en una Iglesia que, como católica, es universal y no monolítica, no hay nada más parecido a un obispo que otro obispo.

Más aún si cabe, en el caso de Argüello, nombrado como obispo por el Papa Francisco, quien también lo promocionó a arzobispo. Es además, uno de los padres sinodales, elegido por sus hermanos obispos españoles con una amplia mayoría, que está participando en el Sínodo de la Sinodalidad, una de las grandes apuestas del Papa Francisco en estos últimos años de su pontificado.

La semana pasada, Argüello estuvo en Roma participando en los actos de conmemoración de los 520 años de los funerales que la ciudad dedicó a la reina Isabel la Católica. La visita sirvió también para corroborar que la causa de beatificación de la reina de Castilla no se encuentra paralizada, por lo que seguirá su proceso de canonización en la diócesis de Valladolid, donde le corresponde por haber fallecido, en 1504, en Medina del Campo. Argüello saludó al Papa al finalizar la audiencia pública del miércoles y prolongó su estancia en el Vaticano hasta la tarde del sábado.

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