Del Juicio de París al California Dreamin: vinos californianos que son piezas de culto en Europa
Es la región vitivinícola con mayor reconocimiento y proyección de Estados Unidos. Tempos Vega Sicilia acaba de incluirlos en su red de distribución
Las burbujas del champagne, en peligro: la amenaza silenciosa que afecta a los espumosos
![Maximilian Kast, en Madrid](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/gastronomia/2023/05/26/vinos-californianos-RBe1CRwrfuU7hXXWblfTz4L-1200x840@abc.jpg)
California representa el sueño americano, tierra de oportunidades donde el éxito se encuentra a la vuelta de la esquina. Se trata del estado más próspero gracias a la industria cinematográfica y al impacto de Sillicon Valley. A nivel vinícola también es la región con ... mayor reconocimiento y proyección de Estados Unidos. Al ser un país con una tradición reciente en cuanto a la elaboración, durante mucho tiempo sus vinos estuvieron infravalorados y se consideraba que nunca alcanzarían la calidad de los europeos.
Esto fue así hasta que en 1976 se celebró el famoso Juicio de París, organizado por Steven Spurrier y Patricia Gastaud, en el que nueve expertos cataron a ciegas dieciséis vinos de Francia y California, con triunfo tanto de blanco como tinto de los americanos para sorpresa del mundo. El blanco más votado fue Chateau Montelena, y el tinto ganador fue Stag's Leap Vineyard, ambos de la añada 1973.
Uno de los nombres propios responsables del cambio de percepción y que ha forjado la leyenda de los vinos californianos es H. William Harlan. Junto al enólogo Bob Levy fundaron Harlan Estate en 1984 con el propósito de crear un vino de gran calidad en las colinas de Oakville. Una década después, en 1996 el brillante tándem establecía su segunda bodega, BOND, en el Valle de Napa inspirados por los viajes realizados por Harlan a Burdeos y Borgoña. Su visión era construir un proyecto con carácter trascendental y capaz de forjar un legado.
Para ello, decidieron apostar por un modelo «grand cru» en el que toda la producción se basa en la cabernet sauvignon y la diferenciación parte del viñedo. A día de hoy cuentan con cinco «crus» diferentes, que han seleccionado de entre más de cien viñedos diferentes con los que llevan trabajando a lo largo de estas casi tres décadas.
El nombre de la bodega nace con la idea de enfatizar ese vínculo tan importante tanto con el viñedo como con las personas que lo trabajan, con las que tienen un contrato permanente que renuevan cada año. Los cinco vinos que producen de estos viñedos seleccionados son Quella, St. Eden, Melbury, Vecina y Pluribus.
![Los vinos californianos presentados en Madrid](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/gastronomia/2023/05/26/vinos-california-precio-U63871785806dwf-624x350@abc.jpg)
Cada uno de ellos cuenta con suelos, altitudes y características diferentes. St. Eden es el que se encuentra a menor altitud, cuenta con suelos volcánicos, exposición norte y gran amplitud térmica. Pluribus en cambio es el de mayor altitud, se encuentra rodeado por un bosque de coníferas.
Vecina es el más cercano a la bodega, en el que la presencia de la niebla tiene una gran influencia. Quella está situado en el antiguo cauce de un río cubierto por ceniza volcánica y Melbury cuenta con suelos arcillosos que expresan mayor elegancia en lugar de potencia. Un ejercicio fascinante comprobar cómo una misma variedad, cabernet sauvignon puede expresarse de formas tan diversas en función del viñedo.
Solo 6.000 botellas
Las uvas desechadas de los cinco crus forman Matriarch, un «blend» exclusivo vendido únicamente a clientes privados. La producción es muy escasa, en torno a 6.000 botellas de cada uno de los «crus», dado que las dimensiones de los viñedos no superan en ningún caso las cuatro hectáreas y media. El 85% no se exporta y permanece en Estados Unidos, lo que ha contribuido a que sean considerados vinos de culto.
Sin embargo, Tempos Vega Sicilia los ha incluido en su porfolio de distribución recientemente, que ya contaba con bodegas de fuera de España como Romanée-Conti o Petrus, lo que permitirá tener mayor presencia en nuestro país. Por este motivo, el director de la bodega BOND, Maximilian Kast, visitó Madrid el pasado mes de abril. Con más de veinte años de experiencia como sumiller, Kast aprobó el riguroso examen del Master Sommelier en 2018, convirtiéndose en una de las escasas 300 personas en el mundo que han logrado dicha certificación.
Desde hace dos años es el director de la bodega, y en su opinión «es importante dar la oportunidad de conocer los vinos y la historia para apreciarla». Al respecto de su concienzuda forma de trabajo y selección de viñedos, confirma que están ultimando la selección del que será su sexto y último viñedo, «es un largo proceso que conlleva mínimo diez años de trabajo con cada uno de los viticultores hasta que tenemos la certeza de que el viñedo cumple los requisitos».
![Valle de Napa, en California, con su 'tren del vino'](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/gastronomia/2023/05/26/napa-valley-train-U33861508418oLI-624x350@abc.jpg)
Estos requisitos parten de la diferenciación, y según Kast , «diez años es lo considerado suficiente para asegurar la progresión, potencial y la calidad deseada». Respecto a sus preferencias personales, «no es sólo una cuestión de diversidad, dependiendo de la añada cada uno tiene su propia expresión por lo que resulta imposible elegir». Para él lo que crea la magia es «la relación con los viticultores, es maravillosa, tienen una gran conexión con la familia y está basada en la confianza mutua».
Max está deseando ver la percepción y adaptación que tienen los vinos en España, cree que hay un espíritu similar con algunos de los mejores vinos de España como los producidos por Tempos Vega Sicilia, proviniendo de diferentes regiones, que es el concepto de «finesse», la elegancia y delicadeza. «Es genial ver como países con tanta tradición y cultura aprecian el vino californiano, resulta muy interesante ver como culturas que han crecido en contacto con el vino valoran el que se produce en otras partes del mundo».
El futuro de California según su opinión «es brillante pero complicado debido al cambio climático. Está siendo un cambio gradual, siendo el principal reto al que nos enfrentamos la sequía, las lluvias cada vez son menos frecuentes. Tenemos que acostumbrarnos a un cambio más drástico y entender qué necesita la tierra y cómo reaccionar ante esta situación». Sin embargo el futuro está asegurado gracias a «una nueva generación tomando el mando de las bodegas y utilizando nuevas variedades, con gran apertura de mente y mucho positivismo, características intrínsecas de California».
Otros vinos de culto californianos
Opus One: La unión de dos personalidades brillantes como el Barón Philippe de Rothschild, propietario del Chateau Mouton Rothschild en Burdeos, y Robert Mondavi ha permitido crear un vino que aúna la tradición francesa y la la personalidad californiana. Con la Cabernet Sauvignon como protagonista, cuenta con un porcentaje de otras variedades típicas bordelesas.
Screaming Eagle: Jean Phillips, una de las mujeres más discretas y humildes de esta industria, fundó Screaming Eagle a finales de los años ochenta tras adquirir varias hectáreas de viñedos. Vendió la mayoría, pero seleccionó cuidadosamente aquellas que permitieron que la primera añada en salir al mercado, 1992, alcanzará precios récord.
MÁS INFORMACIÓN
Sine Qua Non: Pocas bodegas conjugan misticismo, honestidad y pasión como la que poseen Elaine y Manfred Krankl. A pesar de que el valle del Ródano es su principal inspiración, siendo Syrah y Garnacha las protagonistas, su visión no conoce dogmas ni limitaciones, por lo que elaboran vinos únicos, cada uno de ellos una obra de arte, con diversidad de variedades.
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