El error que cometen las familias que consultan en el grupo de WhatsApp los deberes que tienen sus hijos, les preparan la mochila o deciden por ellos
Hablamos sobre la importancia de marcar límites a los menores con Miriam Rodríguez Mechón, docente de la UNIR
Las tres lecciones de un padre a su hija para una vida más feliz: los expertos le dan la razón
«Para que un niño desarrolle su autonomía, hay que establecer límites y normas»
![El error que cometen las familias que consultan en el grupo de WhatsApp los deberes que tienen sus hijos, les preparan la mochila o deciden por ellos](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/familia/2024/01/19/educar-limites-hijos-RPIcZMXG5aLmcDXUgVj07HL-1200x840@abc.jpg)
La crianza no es fácil. Ser padres y madres hoy en día exige sacrificio, tiempo y dedicación. Y en la ardua tarea de educar, poner límites es clave para criar adultos responsables en el futuro. Sin embargo, muchas veces, los progenitores no saben cómo ... hacerlo y confunden poner límites con imponer.
Sin embargo, al poner límites a los niños estamos sembrando numerosos beneficios para su futuro. Aprenden a reconocer qué está bien y está mal y a respetar a los demás y a sí mismos, lo que les proporciona seguridad y les ayuda en su autoestima y confianza, tal y como señala Miriam Rodríguez Mechón, profesora del Máster en Intervención Psicológica en Niños y Adolescentes de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR).
- ¿A qué nos referimos cuando hablamos de límites?
Entendemos por límites ciertas normas que hacen que los niños lleven a cabo las conductas esperadas por la sociedad. Pero, si analizamos realmente su aplicabilidad, los límites hacen que los niños se mantengan seguros y protegidos y nos ayudan a enseñarles valores como la responsabilidad, el respeto o la honestidad.
- ¿Conllevan la palabra 'autoritarismo', 'autoridad' o 'el porque lo digo yo' ?
En absoluto. En las últimas décadas hemos acontecido a un cambio radical en lo que respecta a la educación de nuestros hijos. Hemos pasado de un estilo autoritario o lo que es lo mismo, «porque lo digo yo y punto» a un estilo basado en la sobreprotección o «lo hago yo porque no quiero que sufra». Como habremos escuchado en multitud de ocasiones, los extremos no son buenos, y es importante encontrar un equilibrio. Tanto exigir un comportamiento ejemplar en todo momento como intentar envolver a nuestro hijo en plástico de burbujas se relacionan con consecuencias muy negativas tanto psicológicas como sociales.
- ¿Cómo poner límites de manera respetuosa?
En primer lugar, debemos informar al niño qué se espera de él. Por ejemplo, si esperamos que haga sus tareas escolares antes de jugar debemos comunicarlo. Para ello es importante que demos las instrucciones de forma clara y sencilla.
En segundo lugar, el menor debe conocer con antelación qué ocurre al cumplir dicha «norma» o petición (por ejemplo, cuando hagas los deberes podrás jugar). Y este, bajo mi punto de vista, es el aspecto más importante. Al fin y al cabo, queremos fomentar la autorregulación. Por ello, si advertimos de una posible consecuencia (positiva o negativa), le damos al niño el poder de regular su comportamiento.
Otros aspectos importantes de cara a establecer límites son: intentar formular los límites en positivo y controlar las propias emociones. Con nuestro comportamiento, el menor debe entender que tratamos de modificar su conducta, no etiquetar su temperamento con frases del tipo «es que eres muy vago».
- ¿Por qué deben marcarlos los padres?
En la difícil labor de la crianza y la educación, padres y madres somos la base segura y refugio seguro de nuestros hijos. Esto quiere decir que debemos apoyar su exploración y fomentar que conozcan el mundo y experimenten diversas situaciones, pero con la certeza y seguridad de que les protegeremos y velaremos siempre por su protección. Los límites nos permiten enseñar a nuestros hijos valores como la responsabilidad, pero también nos permiten mantenerlos en un entorno de seguridad y protección.
- ¿Cuáles son los beneficios?
El hecho de establecer límites claros, promueve un desarrollo óptimo a nivel psicológico. Son niños con una mayor capacidad para regular sus emociones y su conducta, con mayores habilidades y recursos y, al fin y al cabo, más felices.
- ¿Cómo se desarrolla un niño que crece sin límites?
Un niño que ha crecido sin límites probablemente haya sido sobreprotegido. Estos niños suelen tener serias dificultades al enfrentarse a situaciones por sí solos, pues siempre han estado bajo la supervisión de sus padres. Suelen ser niños inseguros, miedosos, dependientes y con pocos recursos de afrontamiento. O lo que es lo mismo, pueden presentar ansiedad, depresión y baja autoestima.
- A medida que a los menores se les marcas límites (desde el cariño y respeto), ellos no se lo toman muy bien: lloran si son muy pequeños, se enfadan o muestran su ira cuando tienen más edad… ¿Cómo gestionar estas situaciones?
Las temidas rabietas en niños muy pequeños o la actitud desafiante en la adolescencia constituyen desafíos importantes para los padres y madres. Sin embargo, desde el punto de vista psicológico son reacciones normales, esperables e incluso saludables. Por tanto, debemos acompañar este proceso con naturalidad y mucha paciencia. Estas situaciones constituyen oportunidades únicas para que el niño comprenda que no puede conseguir siempre aquello que quiere; o para que el joven ponga en práctica su poder de reafirmación de su propia identidad. En cualquier caso, como padres debemos acompañar la emoción de tristeza o frustración transmitiendo amor a la par que firmeza.
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- Las nuevas generaciones de padres y madres huyen de esa crianza firme con la que fueron educados, pero ¿saben poner límites?
En los últimos años hemos pasado de una necesidad de controlar cualquier comportamiento de nuestros hijos (autoritarismo) a un miedo absoluto al verlos sufrir (sobreprotección). Por ello, en la actualidad muchas familias toman decisiones por sus hijos, se encargan de consultar los deberes en el grupo de WhatsApp, les preparan la mochila y les protegen de cualquier mínimo peligro o responsabilidad. Paradójicamente, este miedo a que sufran se convierte en una realidad un tiempo más tarde, pues de esta forma están criando niños inseguros, dependientes y sin recursos de afrontamiento. Por ello, es importante encontrar un equilibrio. Nuestra labor es acompañar, supervisar y establecer límites, a la par que ofrecer amor, afecto y estrategias de afrontamiento. Debemos permitir que nuestros hijos exploren el mundo a su manera y a través de sus propios ojos, pero acompañándoles de la mano como su principal guía.
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