Insultos, motes y burlas siguen siendo la forma de agresión escolar más prevalente
Bajan por primer año las situaciones de acoso y ciberbullying según la percepción de los estudiantes
Acoso escolar: Así saben las víctimas que siempre hay una salida

La vuelta a clase reactiva rutinas positivas pero también, en muchos casos, situaciones de acoso escolar y ciberbullying que habían estado 'dormidas' durante el verano. Aunque, según el V Informe 'La opinión de los estudiantes', que realiza cada año conjuntamente la Fundación Mutua Madrileña ... y la Fundación Anar, la percepción de los alumnos es que estas situaciones se encuentran en su nivel más bajo de los últimos ocho años.
De hecho, llama la atención el descenso en alrededor de 20 puntos porcentuales (p.p.) con respecto al curso anterior en cuanto a la difusión de rumores (-21 p.p.) y las agresiones físicas (-19,4 p.p.) como formas de meterse con la víctima.
Pese a esta mayor conciencia social, advierte Benjamin Ballesteros, director técnico de Fundación ANAR, «no hay que relajarse y nos tiene que servir de estímulo para seguir en la lucha contra el acoso en cualquiera de sus formatos. No podemos bajar la guardia porque todavía, de cada clase de 30 alumnos, hay casi dos niños (1,8) que siguen sufriendo acoso. Esto supone un 6 por ciento, cuando no tendría que haber ninguno».
Tal y como se extrae de este último estudio, los insultos, motes y burlas siguen siendo la forma de agresión más prevalente, mencionada por un 88,1% de los alumnos preguntados. Tampoco han cambiado los motivos para meterse con la víctima, que siguen siendo su aspecto físico (64%) y las cosas que hace y/o dice (56%) en porcentajes similares a los años anteriores.
La conclusión es que desciende el daño físico, pero el psicológico toma protagonismo como vía de ataque y de daño a las víctimas. Hay que tener en cuenta, advierte Ballesteros, «que ese tipo de acoso puede llegar a ser más traumático que el que puede producir una agresión y dando lugar a un trauma complejo. Además, estamos hablando de que recibir a diario y durante mucho tiempo este tipo de ataques es algo que la víctima interioriza y normaliza, llegando a afectar la autoestima y provocando dificultades en la relación con los demás, ansiedad, agresividad, autolesiones e, incluso, ideas de suicidio».
Ese cambio en la forma de violencia suele ocurrir en Secundaria, indica el director técnico de la Fundación Anar, «donde por edad se elabora más la agresión y esta va tomando formas más sofisticadas gracias, en parte, al uso de nuevas tecnologías». Si bien es verdad que también desciende ligeramente la percepción sobre los casos de ciberbullying ( forma telemática de acoso escolar), situándose la percepción en un 7,4% (0,8 puntos porcentuales menos que el año anterior), sigue siendo la forma prevalente entre los alumnos de Secundaria. El mal uso del móvil antes de los 14 años estaría, según Benjamín Ballesteros, director técnico de Fundación Anar, entre los motivos principales.
«Antes de esa edad el menor, desde el punto de vista psicológico, no tiene plenamente desarrolladas sus funciones cognitivas, y tienen más riesgo tanto de no saber controlar como de no saber defenderse correctamente. A partir de los 14 sí son más conscientes de los riesgos, de cómo responder… Por eso si tienen que utilizarlo es muy importante darles una buena base y cierta formación que les ayude un poco a prevenir posibles situaciones de este tipo y poder así a afrontarlas correctamente». La recomendación de Ballesteros es que «es muy importante que se pongan de acuerdo varios padres y madres dentro de la misma clase para retrasar la entrada al uso del teléfono móvil y así su hijo no se quede aislado o se sienta diferente al resto. Eso funciona fenomenal».
El mensaje sigue siendo, concluye Diana Díaz, psicóloga y directora de las líneas de Atención de Fundación Anar, «el de no bajar la guardia y realizar prevención desde todos los ámbitos, empezando por la familia, que debe promover valores como la igualdad, la empatía, el respeto a la diferencia y el saber que todos somos únicos y que eso nos enriquece pero, sobre todo, no justificar ninguna forma de violencia». Al final, determina Lorenzo Cooklin, director de la Fundación Mutua Madrileña, «la lucha contra esta lacra es una tarea de toda la sociedad, no solo de los padres, ni mucho menos del niño, esto es una tarea de todos».
MÁS INFORMACIÓN
- ¿Qué lleva a un menor a autolesionarse?
- La conducta suicida, principal motivo de petición de ayuda de los menores por primera vez en casi 30 años
- Las 10 señales de riesgo y recomendaciones para prevenir la conducta suicida en adolescentes
- Los homicidios cometidos por menores superan el centenar por primera vez y se disparan un 46% las agresiones sexuales
- Vanesa Romero confiesa su peor trauma: «No tenía amigas y llegaron a tirarme por las escaleras»
- Piden la activación inmediata del coordinador de bienestar en los colegios
No puede haber una única medida para acabar con un problema tan grave -continúa-. Es responsabilidad de todos. Desde gobiernos a padres y profesores. Nosotros, como Fundación Mutua Madrileña decidimos en 2015 colaborar en la lucha contra el acoso escolar y lo hacemos a través de tres vías: estudios sociológicos como este que hacemos anualmente con la Fundación Anar y que nos sirve para ver la evolución y las tendencias y poder tomar otras medidas; talleres de prevención en colegios, que también hacemos con Anar y a través de campañas de sensibilización como la que este año hemos hecho para padres con la Policía Nacional para llamar su atención sobre el problema que pueden estar sufriendo sus hijos, no solo como víctimas, sino también como testigos o incluso agresores. No obstante lo anterior, nada serviría si en los colegios e institutos no se actuase con resolución contra este problema, que por desgracia ahora, con la irrupción de las redes sociales, no se restringe a sus aulas ni al horario escolar».
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete