Sectores del PP de Madrid piden reforzar el perfil político del Gobierno de Ayuso

En el partido ven clave la figura de un 'killer' que complemente a la líder frente a Sánchez: «En la gestión van como un tiro, pero fallan en la respuesta a los ministros»

Ayuso, Un año de dique liberal contra el sanchismo y con la gestión de Madrid como bandera

La presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, interviene en el último pleno de la Asamblea de Madrid TANIA SIEIRA

Isabel Díaz Ayuso genera muchos titulares al día en política nacional, madrileña e internacional. Pero la sensación de que en la Comunidad solo está ella contra el mundo, al menos contra el mundo sanchista, empieza a pesar. Su sobreexposición es un hecho, y ... el eclipse de muchos de los asuntos que se gestionan en Madrid cuando se ponen a competir con su potente mensaje político, también. Dentro del PP madrileño se extiende la opinión de que faltan otras voces influyentes dentro del Ejecutivo regional, expuesto al foco mediático en toda España a todas horas.

De momento se trata de fuentes del PP de Madrid y del ámbito autonómico pasado y presente que prefieren poner el debate sobre la necesidad de un cambio de Gobierno regional en un ámbito interno. Y lo que anhelan es un equipo autonómico donde Ayuso no esté sola para hacer frente a todo un aparato sanchista que la tiene en su punto de mira de forma permanente, y donde, al mismo tiempo, esa diversificación permita 'vender' la gestión de manera más eficaz. «Este Gobierno amaneció ya con amenaza de crisis desde el minuto uno», comentan fuentes autonómicas. La presidenta anunció su equipo el 22 de junio, tras lograr la mayoría absoluta y a un mes para el 23J, de las que pensaban que Feijóo saldría como presidente. El escenario que se pintaba para Madrid era inmejorable: una región pujante, de moda en el mundo, atractiva para inversores y motor económico del país, y encima con un Gobierno amigo en La Moncloa. El equipo se formó con esa visión: gestor, técnico, eficiente. Pero con poco peso político, más allá de Ayuso.

Lo que parecía que iba a ser un escenario idílico para el Gobierno madrileño se tornó en un campo de batalla política recrudecida, con un presidente en La Moncloa hostil hacia Madrid, aún más radicalizado por su dependencia hacia sus socios. La legislatura de gestión quedó tapada por el barro diario de la guerra política. Madrid se convirtió en la 'resistencia' frente al sanchismo.

En el primer aniversario del Gobierno regional, muchos en el PP y en la Comunidad se preguntan si ha llegado el momento de reforzar, desde el punto de vista político, el equipo de Ayuso. Coinciden en que los consejeros funcionan «bien» en la gestión. «Van como un tiro, pero falla la comunicación exterior y la respuesta a los ministros», dicen los populares. Pero hay niveles y matices.

El consejero al que las fuentes consultadas apuntan como el que tiene un perfil político más potente y más batallador frente al Gobierno central es Jorge Rodrigo, consejero de Vivienda, Transportes e Infraestructuras. Conoce bien el 'aparato' del partido, donde ha ocupado áreas relevantes, electorales y de organización, y también se desenvuelve bien en la Asamblea, donde fue vicepresidente. Dentro del Gobierno de Ayuso, tiene enfrente al ministro Óscar Puente, lo que le ha obligado a bajar al barro. A Rodrigo se le ve cómodo cuando tiene que enfrentarse a él y plantarle cara, y eso se aplaude dentro del PP.

Los populares miran de cerca a Miguel Ángel García, que acumula los cargos de consejero de Presidencia, Justicia y Administración Local y portavoz del Gobierno. De su gestión, solo se escuchan elogios dentro de su partido y en la administración autonómica. Otra cuestión es su faceta como portavoz, donde algunas fuentes creen que tiene un perfil «un poco bajo». «Es el vicepresidente 'in pectore', pero le falta pegada, más allá de la rueda de prensa tras el Consejo de Gobierno». Otros comentan que internamente tiene influencia y está muy valorado, pero «de cara a la sociedad le falta repercusión». Precisamente, uno de los cambios posibles sería darle más galones y nombrarle vicepresidente, para reforzar su mensaje. A las puertas del verano de 2022, un año después de las elecciones autonómicas, Ayuso nombró vicepresidente a Enrique Ossorio, que ya era consejero de Educación y portavoz, lo que fue un refuerzo evidente, aunque entonces se interpretó como una manera de quitar relevancia a Enrique López. Fue el único cambio de Ayuso en ese momento.

En primera fila, de derecha a izquierda, la presidenta Díaz Ayuso, el portavoz del Gobierno, Miguel Ángel García; y la consejera de de Economía, Rocío Albert; en la fila de arriba, interviene el portavoz del grupo parlamentario Popular, Carlos Díaz-Pache, y junto a él Alfonso Serrano, Elisa Vigil y Rafael Núñez Huesca TANIA SIEIRA

Otra de las consejeras más valoradas dentro del PP es Rocío Albert, titular de Economía, Hacienda y Empleo. Los datos avalan su gestión. «Combina guante de seda y mano de hierro. Se maneja muy bien en la discusión económica con el Gobierno». Hay, además, una consejera que algunas fuentes consideran una 'revelación': Fátima Matute, titular de Sanidad, médico especialista en radiodiagnóstico. «Nos ha sorprendido. Tenía gran valoración en el mundo sanitario y está aguantando muy bien el debate político, intenso en esta área».

Menos elogios recibe otra de las carteras más sensibles, la de Educación, que encabeza Emilio Viciana. Las fuentes consultadas coinciden en que es el que está teniendo más dificultades, no por la gestión, sino en el debate político, clave en un área así. Eso sí, algunos destacan que «progresa adecuadamente» y está mejor que cuando empezó.

Sobre el consejero de Medio Ambiente, Agricultura e Interior, Carlos Novillo, sorprende que esté «dando un perfil más bajo de lo esperado, sobre todo en Interior». Estas fuentes ponen como ejemplo la respuesta al delegado del Gobierno, Francisco Martín, muy activo contra Ayuso . «Le pedimos un poco más de 'punch' y una actitud más confrontativa frente al delegado». Novillo forma parte de lo que se bautizó como 'los tres tenores', junto a Rodrigo y García, y antes fue viceconsejero; esa es una clave que los populares subrayan, porque Ayuso suele fijarse en ese segundo nivel para hacer nombramientos. En este momento, se pone como ejemplo al viceconsejero de Presidencia, José Antonio Sánchez, o al de Vivienda, José María García Gómez, un experto que podría ascender si su jefe cambiara de área.

En las filas del PP de Madrid y en el Gobierno regional, había cierto nerviosismo antes del cierre de la lista para las elecciones europeas. Era buen momento hacer cambios. Pasado ese 'susto', las miradas están puestas ya en el verano, momento que se ve más propicio, aunque las fuentes populares y autonómicas consultadas creen que no habrá una gran crisis. Podría afectar a la estructura del Gobierno, con la creación de una vicepresidencia o algún ajuste en las consejerías. Y al buscar perfiles que refuercen ese cariz político del Gobierno, señalan nombres como el del portavoz en la Asamblea, Carlos Díaz-Pache, o el de sus adjuntos, Elisa Vigil y Rafael Núñez Huesca. Por supuesto, no podía faltar el nombre que está en todas las quinielas desde que Ayuso es presidenta: su número dos en el partido, Alfonso Serrano.

En general, en la Asamblea hay perfiles con más pegada política que en el Gobierno, Ayuso aparte. Y quizás su actividad en las redes sirva de ejemplo. Serrano tiene 31,2 mil seguidores en Twitter; Pache, 10,2 mil y Vigil, 21,4 mil. En el Gobierno, el portavoz se queda en 4.100. Aunque todos quedan muy lejos de su jefa, con un millón de seguidores en 'X'.

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