LAPISABIEN
Este azul que nos queda
Lloverá. Cada día despejado es un ejemplo de que asomarse a la ventana nos sitúa
El mariachi
![Un turista se fotografía desde las alturas de la Almudena](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2023/10/12/Almudenaperfilsigefredocamarero-R8d8ubLWwoqMoI6EbeYMaEJ-1200x840@abc.jpg)
Sí. Hay que mirar al cielo, al alero. Estos días azules son para eso. Para gozar de cómo el sol duro de Madrid da en la piedra y saca tonalidades perfectas. Ahora los atardeceres, antes de que lleguen las lluvias, son perfectos, de postal. ... Pareciese como si el meteoro nos hubiera dado esa primavera que nos debe.
Este otoño he visto desde las alturas abulenses el «skyline' que es familiar, sí, pero también se reconoce en aquellos pechos que son casi Gredos. Pasa, nos pasa, que tenemos la calle de 'Atascal', el tráfico lento, metido en el tuétano.
Que el tráfico es algo que nos va comiendo el vivir. Pero sucede que es otoño y que con las lluvias que tanta sangre dejaron, la ironía de la naturaleza, ha dejado un tapete verde.
Y lloverá, vaya si lloverá, pero cada día despejado es un ejemplo de que las miserias cotidianas son nada con sólo asomarse a la ventana. Y quien no tenga ventanas a este cielo azul, que es una bendición de Dios, puede salir a la calle y ver la sierra tan cercana y tan lejana: una promesa de domingo porque aquí, en esta tronera, el 'dominguero' no es un insulto. Es un producto de lo que hay, y bien hacemos en perdernos en las fragosidades serranas.
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Quiero que esta columna sea un homenaje a todos que, en los días laborables, levantan la testa y miran este cielo puro.
De un azul más denso conforme escampe noviembre y diciembre. Ahora que lo pienso, nunca le había escrito así al cielo de la ciudad. Y es él quien me hace tener los pies en la tierra. He dicho.
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