Altri asegura la «viabilidad» del proyecto en Palas de Rei para obtener fondos europeos
Desde la compañía portuguesa reivindican su contribución a la descarbonización y a la «transformación de la industria europea» para que gane «competitividad»
Rueda insiste en que la oposición apoyó a Altri hasta después de las elecciones
![Representación virtual del proyecto de Altri en Palas de Rei (Lugo)](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/12/20/greenfiber-R8ECiNGTHxz7xael53lBmtM-1200x840@diario_abc.jpg)
Tras prácticamente una semana en la que desde el BNG y el PSdeG han acentuado sus críticas a la implantación de la fábrica de fibras textiles de Altri en Palas de Rei, motivados por la gran asistencia a la manifestación del pasado domingo en ... Santiago para detener el proyecto, la compañía responde a las críticas. A través de un comunicado publicado este viernes, los responsables de Altri afirman que cuentan con la certeza de que su proyecto es viable para la recepción de fondos europeos al responder a «una demanda social y del sector textil de ir ganando terreno a las fibras textiles de origen fósil para sustituirlas por otras fibras de nueva generación, sostenibles y 100% biodegradables, pero también a una exigencia normativa de la UE en ese sentido».
Así se manifestó Miguel Silva, director de finanzas de la compañía, que destacó la «solvencia» y «rigurosidad» de Altri a la hora de acometer esta iniciativa que, de llevarse a cabo, será el proyecto estratégico de mayor inversión para Galicia en las últimas décadas y el que más de la historia de la provincia de Lugo. «Y no lo hacemos solo con una perspectiva local, sino en un marco europeo, con el foco puesto en la competitividad empresarial, la descarbonización de la industria textil y la colaboración interterritorial», añadió Silva.
Una inversión «a fondo perdido»
Una determinación que contrasta con las dudas sembradas por el PSdeG sobre la viabilidad del acceso a estos fondos por parte de la compañía lusa. Como en anteriores ocasiones, el secretario general de los socialistas gallegos, José Ramón Gómez Besteiro, afirmó esta semana que ve «difícil encaje» al proyecto dentro del Perte de descarbonización, el programa de ayudas europeas que dotaría con 250 millones a la compañía portuguesa para la construcción de la fábrica (un 25% de la inversión total de 1.000 millones de euros). Además, Besteiro califico esta contribución europea de «fondo perdido» y se mostró convencido de que el proyecto, que consideró «en quiebra», no obtendrá acceso a esta dotación.
Unas declaraciones que no obtuvieron validación por parte del Ministerio de Industria. Según informó este martes la conselleira del ramo, María Jesús Lorenzana, la secretaria de Estado de Industria respondió tras ser cuestionada por la Xunta sobre las declaraciones del líder de los socialistas gallegos que «no hablaron con el señor Besteiro» y que se trata de unas «declaraciones particulares» que no representan la posición del Gobierno.
También desde el BNG, reivindicaron esta semana la «histórica» manifestación en Compostela, que justifica, a su juicio, el «rechazo de la mayoría social» al proyecto de Altri. Además, el diputado del Bloque, Luis Bará, denunció este jueves -sin pruebas- que los técnicos independientes que trabajan en los informes de impacto ambiental (a partir de los cuales la Xunta dará luz verde o no al proyecto) sufren «grandes presiones» por parte de la Administración gallega para que firmen informes favorables.
Reducción de la huella de carbono
Desde Altri no entran al trapo y se limitan a informar sobre las características del proyecto, que describen como «una modernización tecnológica que situará a Europa en la vanguardia de la industria textil y reducirá su dependencia de otros países otros países distantes, que producen fibras textiles con unos criterios ambientales muy alejados de las exigencias europeas», afirmó Bruno Dapena, director del proyecto Gama.
Una fábrica que contará con los dos procesos necesarios para la producción de lyocell, fibras textiles de base renovable, que permitirá reducir «enormemente» la huella de carbono, al evitar el transporte y sustituyendo fibras procedentes de combustibles fósiles (que actualmente son el 70% de las empleadas por el sector textil) y aquellas que consumen mucha agua.
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