RUIDO BLANCO

El otro referéndum

Antes arrancaban los blasones de las fachadas y ahora los convierten en logotipos

Mañana, en la batalla

Infieles y leales

ical

En lo que el sanchismo perpetra la amnistía y comienza a intentar convencernos de lo constitucional y beneficioso para la convivencia que será un referéndum en Cataluña hay otro referéndum este diciembre que puede servirle de referencia. Esta sí que es una consulta contra la ... discordia después de año y medio de divorcio entre gran parte de la afición y la dirección del Real Valladolid. También será un ejemplo de espíritu democrático en una entidad privada no obligada a la democracia pero necesitada de respaldo social. En junio de 2022 se presentó el nuevo escudo del equipo que a pesar de defenderse como un homenaje a la historia del club ha cosechado desafección y críticas de las peñas, aficionados, exfutbolistas o periodistas. Sin entrar en pormenores de una guerra que se supone fratricida este es un caso paradigmático del lifting de tradición y solemnidad que el marketing impone a todo tipo de instituciones con la complicidad de gestores que no entienden el valor de las tradiciones.

Al escudo del Real Valladolid le quitaron la Cruz Laureada de San Fernando para volver a la pureza y porque se la otorgó Franco. También los castillos de Castilla y se rediseñó la corona real, ahora menos corona y menos real, que lo remataba. Les quedó un escudo inocente, cándido y poco hecho como el nuevo del Senado. Asistimos al siguiente paso del olvido cultural. Primero reescriben la historia y después directamente la suprimen.

Antes arrancaban los blasones de las fachadas y ahora los convierten en logotipos. Un escudo se hunde en el tiempo como un libro antiguo o los retablos de iglesia para contar su relato amontonado de conquistas y derrotas, de capitulaciones y desposorios. Lecciones que ya casi nadie sabe leer. Por eso para el Senado el antiguo causaba «estrés visual» y para el Real Valladolid este gana en «claridad». Claridad como sinónimo de simpleza. Este restyling por analfabetismo histórico termina en pobres diablos arrancando las flechas (¡por franquistas!) a los escudos de monasterios de los Reyes Católicos. Nadie saldrá a la calle por el escudo del Senado. El fútbol sigue siendo el fútbol.

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