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ruido blanco

Infieles y leales

El ciudadano se ha resignado a la naturaleza caduca e inútil de las promesas políticas

Segunda vuelta

Cuán largo lo fiáis

ical
Jorge Francés

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La devastación de prestigio que sufre la política se explica a través de sus fidelidades y lealtades. Más o menos igual le sucede al periodismo. El político debería ser fiel a los ciudadanos y leal a su partido y, sin embargo, a menudo sucede solo ... la segunda parte. La fidelidad, que implica mantener los compromisos, tampoco está de moda en la política. Porque se puede ser infiel y leal, sobre todo cuando solo de la lealtad depende mantener un buen sueldo y coche oficial. El ciudadano se ha resignado a la naturaleza caduca e inútil de las promesas políticas, las hagan cuando las hagan, en una de las más dañinas perversiones que sufre nuestro sistema democrático. Se da por descontado que sea infiel a sus votantes y se mantenga leal al líder de turno para no perder oportunidades.

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