por mi vereda
Rabia en el hemiciclo
Ese estilo tan agresivo (de Óscar Puente) -propio de macarra- en el atril del Congreso no encaja con el perfil de impoluto abogado pijoprogre, que vuelve a ser palafrenero de Sánchez
Un faro que se apaga
Una sociedad pastueña
![Rabia en el hemiciclo](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2023/09/30/puente_20230930224743-RtZ26oAJYuPEt1tNgXXqDnO-350x624@abc.jpg)
Cabe suponer que Louis Pasteur le sonará al personal por la leche pasteurizada, aunque a uno le asaltan las dudas. Porque entre los estragos de la Logse y el alejamiento de la realidad del campo, mucho niños y adolescentes piensan que el brick se llena ... directamente. Vamos, que no sale de la ubre de la vaca. El científico francés confirmó que la aplicación de calor elimina las bacterias, reduce la actividad enzimática y no altera las propiedades, de manera que los productos resultan más seguros y duran más en condiciones adecuadas. Sin duda, un avance trascendental en materia de salud. Su incesante investigación como microbiólogo arroja también logros destacados. Se centró en enfermedades infecciosas y, a partir de lo observado con la fermentación, descubrió las vacunas contra el ántrax y contra la rabia. Este último hallazgo se considera uno de los grandes hitos sanitarios de la historia.
Tras ensayar en animales, en julio de 1885 inoculó una dosis atenuada del virus a un niño de nueve años mordido varias veces por un perro con rabia. Consiguió salvar su vida. Pasteur dirigiría el Instituto que lleva su nombre y falleció el 28 de septiembre de 1895. Con el fin de conmemorar su descubrimiento, esa es la fecha elegida para celebrar el Día Mundial de la Lucha contra la Rabia. A tenor de lo visto esta semana en el Congreso de los Diputados, con las sesiones de investidura fallida, el gesto bronco de un Pedro Sánchez mudo, el castellano penoso en el que se expresa Francina Armengol -con o sin vestido de tirantes- y, sobre todo, el discurso faltón de Óscar Puente, hay un ambiente muy crispado, bastante enrarecido, de ira creciente. De auténtica rabia. Un prólogo claro de lo que nos espera en el hemiciclo.
Del ex alcalde de Valladolid conocemos sobradamente su carácter lenguaraz, sus pinitos de actor, su afición al golf, su notable dificultad para escuchar-asumir la crítica, su hiperactividad en las redes sociales. Pero ese estilo tan agresivo -propio de macarra- en el atril del Congreso no encaja con el perfil de impoluto abogado pijoprogre, que vuelve a ser palafrenero de Sánchez. Hasta ahora, el referente de esas arengas aceradas era Gabriel Rufián, siempre con aire chulesco y tono de perdonavidas. Parece que tan feo estilo crea escuela. Atacar en lo personal a Feijóo e ir allanando el camino para «reducir la tensión en Cataluña y dar una salida a los que se han situado al margen de la legalidad». Lo sostiene un jurista. Es decir, tratar a mamporros a quienes defienden la España constitucional y tragar con las exigencias de un golpista huido. Ira, cólera, irritación, odio, rabia. No conviene volver a las Cortes de aquellos meses aciagos de 1936. No todo vale. El respeto al rival y a la ley son esenciales en democracia. Y, también, la mejor vacuna contra los extremismos, la política espectáculo y la rabia.
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