Por mi vereda
Un faro que se apaga
Afirmaba Antonio Machado que, en España, de cada diez cabezas nueve embisten y una piensa
![Un faro que se apaga](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2023/09/23/amando-miguel-Rd0TyUFQi2hrAMdblhVZdzJ-1200x840@abc.jpg)
El obituario del presente mes de septiembre está viniendo cargadito en lo que a personajes públicos concierne. A la muerte de María Teresa Campos, gran comunicadora tan querida por su trabajo como conocida por sus omnipresentes hijas -y ahora también nieta-, le sucede días después ... la de María Jiménez, con un tiro de cuatro caballos tordos, que no blancos porque esa capa no existe, entre un cortejo fúnebre que detuvo el tráfico por las calles de Sevilla. Imagen que evoca el entierro del Espartero, que fue también el torero más popular de su tiempo, hace 130 años, pero con cuatro jacos más, y negros. También nos ha dejado Pepe Domingo Castaño, un maestro de las ondas que hizo de la simpatía y la naturalidad la bandera de su estilo para varias generaciones.
Entre esta lista de bajas, ha pasado casi inadvertido el deceso de Amando de Miguel, zamorano de Pereruela y considerado el padre de la sociología moderna en España, que falleció el pasado día 3 a los 86 años de edad. Mientras estudiaba la carrera, tuve la suerte de entrevistarle en el primer lustro de la década de los noventa en Madrid, cuando ya el tardofelipismo empezaba a hacer aguas a causa de la corrupción.
Decía que ese vicio nos llevaría al nivel de Italia, pero sin una conciencia de dimisión cuanto te pillan, y atizaba a los partidos nacionalistas presentes en el Congreso que condicionaban la política de un país, «cuando su lugar natural para estancia es el Senado, como cámara territorial». Recordemos el importante papel que tuvo Pujol en el último mandato de Felipe González, hasta que ya no pudo seguir haciendo de tacatá parlamentario y dejó caer al Gobierno. Además, clamaba por cambiar la Ley Electoral -que es donde está el cáncer por una representatividad injusta-, de manera que cualquier partido que aspire a sacar diputados presente listas en todas las circunscripciones, no solo en unas pocas, lo que refuerza su poder.
En estas semanas convulsas de ignominia por la negociación con un delincuente prófugo, sus atinados juicios vuelven a cobrar pleno sentido. Los vicios siguen enquistados en el sistema. Según confesaba De Miguel, la propia vida le hizo de derechas. Hijo de un modesto alcalde sin tierras, en una familia que emigró para proporcionar estudios a sus hijos. Su madre soñaba con ver a alguno catedrático, y lo consiguió.
Entonces, la educación premiaba el esfuerzo. Defensor de las humanidades y del tesoro de nuestro idioma. Fustigador de una clase política que es «un coladero de mediocridad» y solo sabe hablar desde el eufemismo, sin comprometerse, sin decir nada. Afirmaba Antonio Machado que, en España, de cada diez cabezas nueve embisten y una piensa. Pero las de esta última proporción, reflexionan con aguda capacidad analítica y marcan el camino a seguir. Como Amando, un faro que se apaga en una sociedad a la deriva en noche de temporal.
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