vía pulcrhitudinis
Burbujas
No es una disyuntiva de bondades ni maldades, es simple diversidad
Ya vienen los lobos
Oportunidades perdidas
![Burbujas](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/10/14/periodico-RxrPz105TTlTl9a0fxbKwcO-1200x840@diario_abc.jpg)
Algunos de ustedes tienen entre sus manos las páginas grapadas de ABC y otros muchos estarán leyéndolas en su ordenador o en su teléfono móvil. Todos, absolutamente todos, están invirtiendo parte de su valioso tiempo en leer un periódico, información y opinión que tiene consecuencias ... positivas o negativas para sus protagonistas y que siempre tiene el respaldo de una empresa centenaria que si se equivoca tiene que hacerse responsable de todo lo publicado en esas páginas manchadas de tinta. Ustedes, los que leen, son unos tipos raros, una rara avis que viven en un ágora que muchas veces no somos capaces de comprender. Cómo es posible que con la que está cayendo se sigan diciendo las cosas que se dicen y, lo que es peor, haciendo las cosas que se hacen. Tras el paseo matutino y con el periódico entre las manos parece inconcebible que algunos sigan pensando que nos están fumigando desde las estelas de los aviones o que las mentiras ya no sean mentiras sino cambios de opinión.
Tras las puertas cerradas de los pisos hay tipos en calzoncillos estilo Gandhi con camisetas de tirantes modelo Urtain que beben cerveza en lata mientras reposan en un sillón de skay burdeos con remiendos de tapicero y tachuelas de latón. La burbuja del que paga por leer y la del que reposa en paños menores confluyen en nuestras calles y la polución las visela de tal forma que somos incapaces de percibir la diferencia. No es una disyuntiva de bondades ni maldades, de fracasos o felicidad, es simple diversidad.
Llega una hora del día en la que las calles se apagan y se vacían de paseantes uniformizados. Lo mismo pasa con las pantallas de los teléfonos y esas ventanas al mundo que son las redes sociales. Cuando eso ocurre, unos se quedan con las páginas grapadas de su diario en las manos y otros en paños menores en su sillón. La clave está en cuántos están en una tesitura y cuántos están en la otra. Burbujas de jabón idénticas en su forma y en su dignidad que cada día vuelan entre nosotros sin ni tan siquiera rozarse pero que, al final, acaban estallando y dejando ver lo que hay en su interior. Piensen lo iguales que parecen de día esas burbujas y cuántas hay de las unas y de las otras cuando se enciende la noche.
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