Los ataques del lobo vuelven a subir y superan los 1.700 durante el primer semestre
Las cabezas muertas caen ligeramente por el menor número de ovejas fallecidas y casi la mitad de todas las 2.400 víctimas son terneros
«Los ataques del lobo están arruinando a muchas familias»
![Imagen de archivo de un lobo en Castilla y León](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2024/08/11/lobo_20240811124235-RS0pOUILVdgHSGvB3pK1WHP-1200x840@diario_abc.jpg)
En el vacuno en extensivo, asegura Antonio, ganadero en la provincia de Zamora, «no hay ninguna medida a no ser que estén encerradas» para frenar los ataques del lobo. Lo sabe por experiencia. Una veintena de terneros muertos ya llevaba él contabilizados sólo ... hasta mayo. Son parte de los números que engordan la cada vez más abultada nómina de víctimas entre el vacuno que deja el cánido, que a dentelladas se lleva también corderos, ovejas, cabras, potros, algún cerdo y hasta algún ejemplar canino. En el primer semestre de este año, según los datos de la Dirección General de Patrimonio Natural de la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio facilitados a ABC, 2.393 animales han muerto entre las fauces del canis lupus en Castilla y León y sobre los que los técnicos han podido «confirmar» la causa de la muerte. Aunque «no todos» los ataques de lobo logran certificarse, se quejan de forma general los ganaderos que, coinciden también en denunciar: «Nunca había habido tantos ataques como ahora».
Entre enero y junio, 1.762 incursiones mortales en la ganadería protagonizó la especie silvestre, un 7 por ciento más que en el mismo periodo de 2023 -entonces la Junta certificó 1.648-, cuando los ataques ya habían subido un 17 por ciento respecto al ejercicio previo. Y si las últimas cifras disponibles se comparan con las de 2021 -año en el que el lobo era cazable mediante cupos al norte del río Duero hasta que en septiembre fue excluida de las cinegéticas por su inclusión en el Lespre (Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial)-, un 30 por ciento superiores.
El número de cabezas muertas, 2.393, son un 6 por ciento menos que en el mismo periodo del año anterior, «fundamentalmente» asociado a la reducción de ejemplares de ovino y caprino que perecieron por ataques del lobo, explican desde Medio Ambiente con los datos en la mano. En total, en este periodo 773 ovejas y corderos, frente a las 924 de los seis primeros meses de 2023. También, 59 cabras (108 el año antes). Ovino y caprino suman casi el 35 por ciento de la cabaña ganadera devorada por el cánido.
Con gran diferencia, el vacuno es la principal víctima del lobo en Castilla y León y acaparó cerca de seis de cada diez ejemplares muertos (57,5 por ciento), con 1.376 terneros fallecidos por esta causa, superando los números del año anterior. Con los animales en campo abierto, pastando en grandes extensiones, aseguran los ganaderos, es complicado poner coto al lobo al que ni vallas de piedra ni alambres de espino ponen freno. Y da igual el punto de la Comunidad -de norte a sur y de este a oeste-. Hace tiempo que el cánido cruzó esa raya divisoria que trazaba el Duero, advierte Carlos, ganadero en la provincia de Segovia y que tampoco se libra de los ataques. Hasta 80 al año, entre los que logra certificar y los ejemplares de los que no vuelve a saber nada, puede perder. «¡Y es mucho dinero!», lamenta.
ÁVILA, LA QUE MÁS DE EUROPA
De hecho, Segovia es una de las provincias que más daños acumula por el lobo, especialmente en el vacuno: 262 reses muertas y certificadas en el primer trimestre de las 329 totales, contando también algún caballo (5) y oveja (62), en 282 ataques 'oficiales'. Es la segunda cifra más elevada de la Comunidad. Y es que Ávila, «la provincia con más ataques de Europa. ¡De Europa!», clama Jonatan, la que más sigue acumulando, se mire casi la especie que se mire. Con el vacuno también aquí como principal víctima: 570 cabezas muertas de las 692 totales en 597 ataques. Además de 88 cadáveres de ovino, 19 de caprino y 15 de equino. En total, un 13 por ciento menos de víctimas que en 2023.
Entre Ávila y Segovia, provincias al sur, donde la especie nunca ha sido cazable, acaparan la mitad de los ataques del cánido a la ganadería en el primer semestre y casi el 43 por ciento de los animales que han podido certificar que han perecido por esta causa.
Y hay dos territorios en la orilla norte del río que cruza y divide Castilla y León, en las que la convivencia entre el lobo y la ganadería arroja cifras que evidencian la dificultad. Son Zamora y Burgos. Entre ambas contabilizan casi uno de cada tres animales víctimas del lobo. Es en tierras burgalesas donde las cifras más se han incrementado, tanto en número de ataques, hasta los 183 ataques -un 106 por ciento más-, como en animales a los que segaron la vida: 361, un 93 por ciento a mayores, de los que 213 fueron de ovino. En Zamora, 384 reses muertas -con 216 de vacuno y 150 ovejas y corderos- la cifra apenas varió, pero es la segunda más elevada de Castilla y León.
MÁS DE 2,7 MILLONES
Los ganaderos denuncian que los ataques crecen porque «hay más» lobos. Aseguran que ya «no es difícil» ver al animal. Y que el número de manadas y ejemplares es superior ahora que el del último censo oficial también es lo que sostiene la Junta de Castilla y León, que ultima el recuento 2019-2024 con que el demostrar que la especie no está en retroceso, pese a lo que sostiene el Gobierno para su inclusión en el Lespre y base para las sentencias que han tumbado la ley de caza de 2019 que permitía la captura de un cánido al norte del Duero mediante cupos que nunca se llegaban a cumplir.
En lo que va de año, desde la Junta se han abonado casi 2,4 millones de euros en concepto de indemnización por los daños del lobo, correspondientes tanto a expedientes de este ejercicio como pendientes de tramitar de anualidades anteriores.
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