Belarra, en plena tensión con Díaz: «Podemos no será un adorno del PSOE»
En un mitin en Zaragoza por la 'Fiesta de la Primavera', Pablo Iglesias denuncia «el enésimo intento de matar a Podemos»
ERC y Bildu se atribuyen el 'mérito' de la ley de Vivienda
![Podemos celebra la 'Fiesta de la Primavera' en Zaragoza](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/espana/2023/04/15/podemos-RVni5ljZ17bIWDLbr6FWkcP-1200x840@abc.jpg)
La líder de Podemos, Ione Belarra, ha proclamado este sábado que Podemos sigue fuerte ante los que quieren que la «izquierda vuelva a ser como la de antes», «relegada a una esquinita del tablero» y un «adorno del PSOE sin capacidad de influir en la política». En plena tensión con Sumar, la plataforma liderada por la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, Belarra ha insistido en que «nosotros no somos eso ni lo vamos a ser», durante el mitin central de la 'Fiesta de la Primavera' del partido.
Es más, Belarra ha pedido a las bases del partido que se movilicen para construir «esperanza» en el país, pero no como un «artificio» o «un discurso primaveral que no cambia nada», sino con «hechos concretos», informa EP. Durante el acto y rodeada del grueso de los candidatos autonómicos de la formación a los comicios del 28M, Belarra ha desglosado que desde 2015, en las primeras elecciones a las que se presentaron, el partido «ha visto encuestas y titulares de prensa sobre desplome de votos y apoyos, pero la realidad es que han sido la fuerza de izquierda que ha obtenido los cuatro mejores resultados de la izquierda en las generales».
«Repiten como un mantra que Podemos se hunde», ha exclamado para trasladar a sus simpatizantes reunidos en Zaragoza que eso no es mas que la expresión de un deseo, el «deseo de acabar con Podemos» porque la realidad es que han sabido transformar la «indignación» en medidas políticas concretas.
Asimismo, ha reivindicado que su partido ha sobrevivido a las «cloacas», a la «guerra judicial» contra ellos y a las «fake news», porque son los que soportan más que nadie la «presión», tienen las mejores propuestas y convierte en «posible lo imposible».
Y un ejemplo, según ha relatado Belarra, es la titular de Igualdad, Irene Montero, que ha llevado más lejos que nunca las demandas del feminismo y «resistió todos los ataques a pecho descubierto» por la Ley Trans, de la que «ahora todo el mundo progresista presume».
La líder de Podemos ha vuelto a recurrir al mantra de atacar a la clase empresarial: «Aquí estamos, por mucho que le pese a Antonio Garamendi (CEOE), a Juan Roig (Mercadona), a Ana Patricia Botín (Banco Santander), a Rafael del Pino (Ferrovial), a las élites económicas apoltronadas sin hacer nada más que vivir del cuento a la frente humilde», ha exclamado.
La líder de Podemos ha presumido de hoja de servicios, como su insistencia por impulsar el tope al gas o la Ley de Vivienda, donde tuvieron además que aguantar en solitario que se les llamara «demagogos» y que no se metieran en cuestiones técnicas, en alusión velada al PSOE.
Durante su intervención también ha dirigido varios reproches a los socialistas, al garantizar que su partido no va a abandonar al pueblo saharaui, por mucho que el PSOE «se arrodille ante el reino de Marruecos», en referencia al giro de su socio al avalar el plan de autonomía para la zona propuesto por Rabat.
El líder en la sombra
También ha intervenido en el mitin Pablo Iglesias, quien ha afirmado que Podemos debe tener «altura de miras» y «defender la unidad» de la izquierda, pese a los «ninguneos» y «insultos» que reciben de cara al proceso de frente amplio en el espacio progresista que se ha abierto con el lanzamiento de Sumar.
De hecho, el exvicepresidente ha sentenciado que es consciente de que hay militantes que se sienten «ofendidos» y «dolidos», o que exijan «respeto» para la formación morada, pero ha emplazado a «defender la identidad» del partido. Así lo ha trasladado el exlíder del partido durante su intervención en una de las mesas de debate, dedicada a la geopolítica internacional.
La cita llega marcada por la tensión entre Podemos y Sumar tras la ausencia de los morados al acto de lanzamiento de la candidatura de la vicepresidenta segunda el pasado 2 de abril, tras no suscribirse antes un pacto básico y bilateral de confluencia con Sumar sobre primarias abiertas. Iglesias, que en ningún momento ha citado a Yolanda Díaz y su plataforma o a otras formaciones, ha entendido que haya cierto malestar en bases del partido cuando ven que se les «insultan» y se les «menosprecia» desde todos los «cañones mediáticos».
Pese a ello, Iglesias ha llamado a Podemos a «demostrar que caminar juntos es condición de posibilidad de que cambien las cosas» y su papel clave para propiciar las grandes transformaciones pendientes de país, sobre todo cuando hay «portadas» y voces que «invitan a esa ruptura».
Tender la mano
«Hay que seguir tendiendo la mano pese a los insultos, los ninguneos y los desprecios, porque hay algo mucho más importante que la dignidad de toda esta militancia, seguir tratando de transformar y frenar, pese a todas las dificultades, un proceso de involución en Europa», ha sentenciado.
Iglesias, que ha sido recibido entre aplausos por los asistentes, ha ensalzado que la formación sufre desde los últimos meses una estrategia de «desgaste» en el «enésimo intento de matar a Podemos» y de tratar de «conseguir» que no exista.
Unos ataques que, a su juicio, radican en que Podemos es ejemplo de afirmar cosas «donde es incómodo decirlo», en el Gobierno, porque hablar a los «capitalistas despiadados», como el presidente de Mercadona Juan Roig -otra vez-, de la salida de Ferrovial o que la OTAN sirve a los intereses de Estados Unidos adquiere «valor» cuando se dicen desde el Ejecutivo.
Y en este punto ha destacado que la actual líder de Podemos, Ione Belarra, ha demostrado la «importancia política» de decir lo que piensa dentro del Ejecutivo y no en ámbitos de partido, en línea con el vídeo promocional de la formación de hace unos días donde aludía a que otros ministros se ponían de perfil.
También ha elogiado que Belarra es capaz de lanzar su postura sobre la guerra de Ucrania y a la vez fomentar un acuerdo para desplegar la mejor ley de vivienda de la historia, consciente de la importancia de la relación con Bildu y ERC para lograr un pacto que, bajo su criterio, al PSOE «no le gusta» y prueba de ello es que el exministro socialista Joan Clos es el presidente de la patronal inmobiliaria.
Por tanto, ha disertado que lo ocurrido el viernes debe llevar a «muchos compañeros» a entender que aunque Bildu y ERC «no son aliados electorales, sí son aliados estratégicos» para seguir cambiando las cosas, frente a los «cantos de sirenas» de asumir una geometría variable en el Congreso.
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