El primer mandato de un lendakari no nacionalista es la legislatura de la oportunidad perdida. Obligado a adelantar las elecciones tras la ruptura del pacto con el PP, Patxi López ha gobernado apurado por la crisis, la presión del PNV, el «cese definitivo» de la «actividad armada» de ETA y el impulso político de la izquierda «abertzale». El PSE-EE deja así al País Vasco:
Oportunidad perdida
El primer lendakari no nacionalista entró en Ajuria Enea gracias al apoyo del PP. El pacto quedó roto en mayo de 2012 con un Patxi López haciendo oposición a Mariano Rajoy, como ariete contra las medidas económicas de Moncloa. El entendimiento con Antonio Basagoiti se disolvió además por las concesiones al entorno etarra, como su participación activa en la legalización de los herederos de Batasuna y la petición de acercamiento de presos. Sin socios y cediendo al sector del PSE-EE más afín al nacionalismo, dejó el camino abierto para el regreso de los nacionalistas al poder.
Economía
La economía vasca ha resistido la crisis mejor que el conjunto de España. La tasa de paro está en el 14,56%, con 164.139 parados, 48.000 más que en 2009. Sigue liderando el PIB por habitante en España, con 31.288 euros, según el INE. Sin embargo, su caída del PIB ha sido similar al resto de España, y previsiblemente cerrará 2012 con un -1,3%. Además, la recaudación fiscal ha descendido una media del 3,5%.
El País Vasco es una de las comunidades menos endeudadas, con un nivel del 10,8% de su PIB. Aún así, en 2009 era de tan solo el 1,5%. Es decir, se ha multiplicado por siete, en parte porque Patxi López no ha hecho los mismo ajustes que en el resto de España ya que se ha presentado a sí mismo como defensor del estado del bienestar. El Ejecutivo de López, no obstante, da por hecho que se cumplirá con el objetivo de déficit fijado en el 1,5%, lejos de solicitar al Estado el fondo autonómico pedido por otras comunidades. Deja pendiente, según insistió, una reforma fiscal y una modificación institucional para evitar duplicidades en el País Vasco.
Terrorismo
El lendakari no ha conseguido (y públicamente no ha querido) rentabilizar el «cese definitivo» de la «actividad armada» de ETA. Patxi López inició su legislatura sin concesiones contra los terroristas. Sin embargo, terminó por favorecer la conversión del problema policial en un problema de índole político, legitimando la negociación del proceso hasta celebrar la incorporación de los herederos de Batasuna en las instituciones. Esto es, la «normalización» de la política vasca, según sus propias palabras.
Izquierda «abertzale»
Patxi López comenzó su legislatura en 2009 sin ningún «abertzale» sentado en el Parlamento vasco y sin que ningún heredero de Batasuna gobernara en ningún ayuntamiento. En 2012, Bildu tiene una amplia representación parlamentaria (21 escaños) y con el mando en 125 consistorios. El lendakari se ha mostrado también partidario de la legalización de Sortu. El debate identitario, rebajado durante esta legislatura, tiene visos de regresar tras un paréntesis que solo ha conseguido esconder, pero no enterrar, los devaneos del plan Ibarretxe.
Política vasca
Patxi López poco o nada ha conseguido descoser la tupida red nacionalista en la sociedad vasca, tejida durante 30 años. El PNV no ha cedido el control directo o indirecto de diputaciones, ayuntamientos y organismos autonómicos. Los nacionalistas siempre le vieron como un intruso en Ajuria Enea y de tal forma lo han ninguneado con éxito.
El presidente socialista José Luis Rodríguez Zapatero no sirvió como ayuda para superar este obstáculo. Más bien al contrario. Zapatero saltó constantemente sobre el lendakari para poder pactar con el PNV en el Congreso. La puntilla fue el pacto con Iñigo Urkullu, a espaldas de López, para entregar las transferencias de las políticas activas de empleo. El PNV consiguió agitar así de nuevo su vitola de conseguidor para el País Vasco. Y ahora que han recuperado el Gobierno vasco se encargarán con toda probabilidad de cerrar y hacer olvidar el paréntesis de la oportunidad perdida.