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Tenis

Alcaraz vence a De Jong tras superar un apagón de confianza en el tercer set

El español, que acumuló dudas y errores con su derecha tras controlar el inicio del partido, prevalece sobre el neerlandés tras tres horas y 9 minutos y jugará la siguiente ronda contra Korda o Kwon

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Carlos Alcaraz, durante su partido de Roland Garros AFP
Laura Marta

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Carlos Alcaraz cumple con el segundo día de trabajo en Roland Garros. Cauto y preciso al inicio y con un apagón de fe en su golpe de derecha en el tercer set del que remontó con trabajo y paciencia ante Jesper de Jong, 23 años y 174 del mundo. Es solo una segunda ronda y pesa, porque no hay apenas glamur en lograr lo que es una obligación, y es el peaje que paga el murciano porque son tres horas y 9 minutos de rodaje, de potencia, de activación y motivación y de superar un bajón tremendo en el que encadenó error tras error. Suma puntos este triunfo ante De Jong, que deja buena mano y alguna brillantez, y ante sí mismo. Y habrá que minimizar los daños porque lo siguiente es o Korda o Kwon.

Roland Garros

Segunda ronda

  • Carlos Alcaraz
  • 6 6 2 6
  • Jesper de Jong
  • 3 4 6 2

    Se encauza el marcador y las sensaciones a los diez minutos, que el español ha empezado algo frío y perezoso, como en el estreno ante Wolf, y De Jong le roba su primer turno de saque. Nada que no se remedie de inmediato con cuatro golpes ganadores para marcar territorio ante el neerlandés, buena presencia, pero poco bagaje.

    El murciano, atuendo atípico, camiseta gris y pantalón amarillo, como dos atuendos en uno, ofrece protección en el brazo derecho y también en sus golpeos. Mesurado con el drive, no fuerza cuando no debe ni es necesario. Igual que en el estreno, tampoco De Jong exige algo más que cautela para mantener el antebrazo lo más sano posible el mayor tiempo posible, y concentración para evitar despistes que obliguen a algo más que el nivel de una segunda ronda contra el 174 del mundo, tres partidos de Grand Slam frente a 56.

    Pero incluso en ese momento de zozobra que permite a De Jong ganarse tres bolas de break en el primer set, muestra experiencia Alcaraz, un colmillo un poco más afilado y tres golpes ganadores, aquí ya no vale protegerse la derecha, y un saque a 217 kilómetros por hora para trastabillar al neerlandés y dejarlo con el 'casi'.

    Y practica el español, que no está para florituras, no todavía porque esto es solo un control parcial y no los exámenes finales. Por eso se inventa alternativas que pueden salir en rondas venideras, aunque no salgan (47 errores) porque la base está asegurada: serio y firme con el saque y el revés. Absoluto control sobre el inicio del partido y el rival, al que le apaga los destellos con 35 ganadores.

    El neerlandés atiende a una lección del maestro Alcaraz, impecable el murciano con las dejadas que levantan los 'oooh' del personal, Philippe Chatrier sin llenar, pero gargantas jóvenes porque los niños son multitud en esta jornada de miércoles pasadísima por agua. E intratable, él sí, en los puntos de break, que sabe muy bien ya cómo crear las oportunidades y cómo atajarlas a la primera.

    Es un 6-3 en 43 minutos de trabajo ordenado, de crear jugadas que desorienten a De Jong con esa derecha más alta y hacia delante que de costumbre, y que permiten soltar la suya, la de verdad, de vez en cuando. Que hay que darse caprichos también cuando uno se los merece.

    También se los da De Jong, que ahora sí tiene una montaña por subir, así que se dedica a deleitar al personal y a disfrutar, que es buen momento y la mejor plaza. Intenta sorprender a Alcaraz con dejadas y subidas a la red, se lo pasa bien el neerlandés.

    De pronto, un fantasma atraviesa la Chatrier y la cabeza de Alcaraz. El brazo se encoge, la pelota ya no fluye tan rápida y las piernas se quedan trabadas. Hay un gesto hacia ese brazo derecho vendado más por convicción que por tratamiento, y se desorienta el número 1 más joven de la historia. Errores ya no por intentar cosas sino porque se ha perdido la fe en los golpes. Las derechas van largas, los reveses se quedan en la red y son 15 errores no forzados en el tercer set que se lo lleva De Jong para jolgorio del neerlandés, que está viviendo su mejor día y ve que le están regalando mucho más de lo que esperaba.

    Ya no está Alcaraz serio para frenar los ímpetus del rival, sino porque no salen las cosas, por mucho que Juan Carlos Ferrero le grite una y otra vez que se mantenga positivo, que siga, que continúe, que crea. No hay fe en la derecha y se ha evaporado la fortaleza con el revés y vuelve el neerlandés a despertar las dudas y los aplausos cuando logra otro break en el tercer juego del cuarto set.

    Sufre el español una pérdida de fe en sus golpes, sobre todo la derecha. Encadena una caña en un resto, una bola al pasillo en una contradejada, otra bola a media altura que se le marcha muy larga. Una sucesión de errores que empiezan a pesar en la cabeza, ni una sonrisa y atenazado sin remedio.

    Se sabe, no obstante, que es pasajero. Así se lo inculcan desde el palco. Que es superior a De Jong, por mucho que se esfuerce en parece mucho mejor de lo que es, porque Alcaraz se lo ha dejado creer. Pero la madurez de Alcaraz se nota en estos momentos, cuando todo está negro aunque por teoría sea mucho mejor que el rival. «En estos torneos todos los rivales te pueden poner en aprietos. Por eso tienes que estar centrado al cien por cien, aunque tú estés en el top y el resto esté fuera de los mejores cien jugadores. Jesper ha mostrado que no importaba el ranking, que lo que importa es el nivel que muestras», admitía el murciano después de superar esos momentos negros de los que comienza a salir con paciencia, con más mesura que potencia, con más experiencia que florituras. No era el día.

    También De Jong, que se ha encontrado de pronto con un set en la mochila cuando ni él se lo esperaba, sufre el vértigo de qué puede pasar si esto sigue así. Poco acostumbrado a estas tardes tan largas, pide la asistencia del médico en dos ocasiones y comienzan a apagársele las pilas. Se le junta todo al neerlandés, y se une el Alcaraz trabajador y superior. Incluso el enfadado consigo mismo por todo lo que ha fallado.

    Al menos, se sale de esta con tres horas más experiencias. «Él ha hecho dejadas y voleas mejores que yo. Me hubiera gustado estar menos tiempo en pista, para estar preparado, aunque va bien para el rodaje», termina Alcaraz, sonriente por fin después de un apagón que sabe que no se puede permitir de ahora en adelante, que espera Kwon o Korda en la siguiente jornada.

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