Tenis
Federer, Ferrer, Muguruza, Murray, Thiem: ¿por qué es tan difícil decidir la retirada?
Mientras unos pelean por darse otra alegría, otros son obligados por su cuerpo o por su motivación, pero nunca es fácil saber cuál es el mejor día para soltar la raqueta
Carlos Alcaraz - Jesper de Jong, en directo: resultado, ganador y última hora de la segunda ronda de Roland Garros hoy
Nadal, de París a París

Se despidió Rafael Nadal de la Philippe Chatrier al perder contra Alexander Zverev, pero se resistió en su discurso a decir que había sido su última actuación en París. «Disfruto de lo que hago y me siento competitivo. Si consigo estar sano, no ... me cierro puertas, y continuaré un tiempo. No sé cuánto. La lógica dice que no llego al año que viene, pero la realidad y el tiempo lo dirán», explicó quien el 3 de junio cumple 38 años y marca el ejemplo de perseverar para regalarse un partido más. Otros, como Dominic Thiem y Diego Schwartzman, han puesto día definitivo al adiós. No hay respuesta correcta ni dos caminos iguales.
Lo dicen los que pasaron por ahí: es muy difícil saber cuál es el mejor momento para el parón definitivo. Cada tenista, un adiós. A veces no es posible elegir. Es el cuerpo el que pone la fecha exacta de caducidad, como le pasó a Roger Federer, retirado en 2022 por la rodilla, y a Juan Martín del Potro, también un adiós entre lágrimas por la sucesión de problemas en las muñecas y las rodillas. «No creo que se pueda comparar una experiencia con otra. Lo único que puedes decir es que empiezas a sentir en un momento dado que la respiración ya no es tan larga...», explicaba Federer estos días en París. Y también hablaba de su rival y amigo Rafa Nadal y de la libertad que han de dejarle al balear de seguir el camino que él quiera en su recta final: «Últimamente ha sido bastante abierto sobre sus emociones, sobre cómo se siente. A partir de ese momento sabes que quedan unas semanas, unos meses o incluso unos meses; y me gustaría que acabara como él ha decidido, con su familia y su equipo. Y que permanezca en el circuito un poco más de lo que imaginamos. Escuché muchas cosas, que el final quizás sería durante este Roland Garros o después de los Juegos Olímpicos o que él todavía estaría allí el año que viene. Sigo siendo un gran admirador de Rafa, especialmente al final».
Pero sin grandes molestias físicas, la decisión suele pasar más por la motivación o por el nivel que se quiere ofrecer en la pista. Sin embargo, ahí está la duda: ¿cuándo poner el límite a intentarlo un poco más, un partido más, a ver si el sacrificio del día a día se torna por fin en otra alegría? Para Ivo Karlovic, tres años de intentos fueron suficientes. Confirmó su retirada en febrero, sin haber disputado un torneo ATP desde Indian Wells 2021.
Entre la obligación y la convicción está la despedida de Thiem, finalista de Roland Garros 2018 y 2019 (contra Nadal). A principios de mayo, el austriaco confesó que los dolores en la muñeca no eran compatibles con la carrera profesional, que acabará a finales de curso, con 30 años y 17 títulos (US Open 2020 y el Masters 1.000 de Indian Wells 2019), sin haber podido despedirse de París como él quería al no recibir una invitación y caer en la fase previa: «Primero, mi muñeca no se ha recuperado de manera adecuada. Y, segundo, debo escuchar mis sensaciones. Llevo mucho tiempo reflexionando. Debo valorar el increíble viaje que ha sido para mí ser tenista profesional».
Las lesiones también mermaron la capacidad y el juego potente y alegre de Jo-Wilfried Tsonga, que jugó su último Roland Garros en 2022, con 37 años: «Mi cabeza me dice que puedo jugar toda la vida, pero el cuerpo me recuerda que mis aptitudes para superarme ya no están ahí, ya no soy capaz de ir más lejos».
A veces no es el físico; a veces, es simplemente una sensación de querer y no poder. Y que el intentarlo a pesar de todo no conduce a satisfacción alguna. Diego Schwartzman señaló en abril la fecha para su último partido: Argentina Open, febrero de 2025. «Quiero que mis últimos torneos sean una decisión propia. Que este 2024 sea de esa manera, ojalá teniendo la oportunidad de competir en los torneos que más disfruto. Y en 2025, en Argentina, tener el más hermoso cierre que pueda imaginar», explicaba quien llegó a ser 8 del mundo. No hay lesiones graves de por medio, pero sí una mala racha de resultados en la que no gana desde octubre del año pasado y, fuera del top cien, observó que su nivel ya no da para los logros que le compensen el trabajo diario.
Una situación por la que pasó Marat Safin. Fuera de las posiciones que quería, se le esfumó la energía para ir a entrenar: «No quería seguir jugando siendo el 11, 12 o 20. No tenía motivación alguna y comencé a perder con algunos tenistas desconocidos. Si ya no puedes ganar a jugadores como Federer, Nadal o Djokovic, ¿para qué estás ahí?».
Con fechas y torneos precisos decidieron su adiós David Ferrer, en 2019, y Feliciano López, en 2023. «Yo he dejado de jugar cuando yo lo he querido y como lo he querido, y eso es un privilegio», explicaba el toledano a ABC. Y decía esto cuando se le preguntaba sobre la situación de Nadal: «Son cosas muy personales. Cuando llega este momento en tu carrera, es muy difícil saber cuándo va a ser, cómo va a ser, dónde va a ser. Una retirada puede llegar de la forma más inesperada: una lesión, tu nivel baja de repente y no sabes si seguir o no. Yo lo pude planificar, me retiré jugando bien, feliz por mi nivel. No es fácil».
Cuando ya no compensa
Andy Murray quiere lo mismo, pero todavía no se atreve a anticipar. Porque ya protagonizó una retirada por problemas físicos en 2019, después de una operación de cadera en la que le instalaron una pieza de titanio, pero consiguió que el intento por volver lo llevara de vuelta a las portadas. Sin embargo, ya con 37 años cumplidos, y después de una racha negativa, el escocés reconoce que le quedan pocos partidos por jugar más allá de los Juegos Olímpicos, donde es el único tenista masculino con doble medalla de oro: «No voy a hablar más hasta que llegue el momento, pero no planeo jugar más allá de este verano».
A pesar de todas las tardes de gloria, el jugador a veces también atiende a su forma mental por encima de la física, y de toda la exigencia de este deporte. No les compensa. Así dijo adiós, decidida, convencida y feliz, Ashleigh Barty en 2022, con 25 años, número 1 y los Grand Slams de Roland Garros (2019), Wimbledon (2021) y Australia (2022). «Ya no tengo el impulso físico, las ganas emocionales ni todo lo que se necesita», simplificó. «Cuando vi que llegaban los Grand Slams o el momento de entrenar y no tenía la chispa ni las ganas de ir, vi claro que las cosas habían cambiado», resumía Garbiñe Muguruza este pasado 23 de abril, otra número 1, con Roland Garros 2016, Wimbledon 2017 y Maestra en 2021 que observó que, con 30 años, quería empezar una nueva etapa alejada de la raqueta.
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Se habla ahora de atender a la salud emocional por encima de todo lo demás, pero ahí estuvo Bjorn Borg, retirado con 26 años tras alcanzar todo lo que quería en la vida dentro de la pista y que empezaba a no ser el mejor porque había un tal John McEnroe que consiguió derribarlo. «Cuando sales a la pista deberías decirte 'voy a intentar ganar cada punto'. Pero si no piensas ni sientes eso, es muy difícil jugar», escribía después de su adiós en 1983. No hay una decisión correcta, pero todas son difíciles de tomar.
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