Alexia Putellas: «Rubiales no paraba de relatarle los hechos como si ella no los hubiera vivido en persona»
La internacional relata que Jennifer Hermoso se derrumbó en la celebración en Ibiza: «Se puso a llorar, me dijo 'no sé qué hago aquí, no puedo más'»
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![Alexia Putellas, declarando por videoconferencia desde un juzgado de Sant Feliu](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/deportes/2025/02/06/Capturadepantalla2025-02-06101925-U603399659753Cp-Rha9Vya6l1qcEpAXzAwuucI-1200x840@diario_abc.png)
La jugadora del Fútbol Club Barcelona y la selección española Alexia Putellas ha detallado este jueves como testigo en el juicio por agresión sexual contra Luis Rubiales los efectos que tuvo sobre Jennifer Hermoso el beso que él le dio en la ... entrega de trofeos del mundial de Sidney y cómo se fue agravando su situación a medida que recibía «presiones» para grabar con él un vídeo exculpatorio, hasta el punto de derrumbarse antes de que partiese «la rua», el desfile callejero en autobús que hicieron al llegar a Ibiza para «celebrar con la afición».
Según su declaración, en el avión de vuelta a España «le piden que vaya a hablar detrás, donde están las bebidas, entre la cabina y los asientos, con Luis Rubiales». «Al volver nos explica que él no paraba de relatarle los hechos como si ella no lo hubiera vivido en primera persona, que lo hiciera por sus hijas, que saliera a desmentir que no hubiera consentimiento y ella decía que no hacía falta que le explicara los hechos, que lo había vivido y que no iba a salir y que la dejaran en paz», ha relatado.
En ese momento, de acuerdo a su punto de vista, Hermoso ya «no estaba ni enfadada», sino «agotada»: «lloraba de agotamiento». En el campo, justo antes de levantar la copa, le había dicho a Putellas «tía, que me ha besado Rubiales», con «la cara un poco rara», y ella, que estaba a su medalla, contestó «anda, calla», sin caer en lo que realmente le estaba trasladando, porque pensó que había sido la típica confusión al no acertar cuando se dan dos besos de cortesía. Fue luego ya en el autobús, porque no coincidieron en el vestuario, cuando le trasladó la situación.
«Me enseñó el vídeo y yo le digo, pensaba que había sido así y me dice 'no, que me ha agarrado la cara y me ha dado un beso, ¿cómo se le ocurre hacer eso?'», ha detallado. En ese momento, Irene Paredes ya había llamado al orden a las jugadoras que estaban haciendo bromas, avisando de que «esto es grave».
Putellas fue consciente de que llamaron a Jennifer Hermoso para que se bajase del autobús y que lo hizo con premura porque dejó sus cosas atrás, pero no supo quién la reclamaba y por qué. Ya en la terminal del aeropuerto de Sidney, la encontró «muy agobiada porque decía que no paraban, que no la dejaban». «A diferencia del autobús, donde estaba como alucinando por lo que había sucedido, en el aeropuerto estaba enfadada», señalaba la jugadora.
El siguiente escenario es ya el avión, donde Putellas también fue testigo del «ambiente un poco extraño» en torno a Rubiales y su gente de confianza en la primera fila, con «reuniones» de las que llegó a escuchar cosas como «esto se filtra mañana a la prensa, esto ya está, y cosas así, y luego también explicaciones del momento de agarrarse sus partes (en el palco, junto a la Reina y la Infanta Sofía)». «De ahí salió la reunión con Jenni que la llevaron donde las bebidas» y después, la vio «llorar de agotamiento».
Apenas 24 horas después las jugadoras estaban en Ibiza subidas a un autobús descapotado para emprender una ruta de celebración por la ciudad. «Subo, me siento y viene al lado y se me pone a llorar. Decía 'no sé qué hago aquí, que no puedo más tía, que no puedo más'. Y le dije aprovecha esto, vamos a disfrutar, olvídate y luego cuando estés en casa, lloras y lo que necesites, pero claro yo intentaba que disfrutara esa situación pero es que estaba llorando antes de empezar la rua, incluso se puso las gafas de sol», ha declarado.
Putellas no le preguntó a qué el llanto y el malestar, no hacía falta. «Entiendo que lo que está sucediendo es que le siguen presionando intentando que haga el video que le piden desde el primer momento desmintiendo que no fue consentido», ha afirmado, para aclarar que lo dedujo por «lo que había sucedido en el avión, las múltiples reuniones que había habido», los comentarios que escuchó de la prensa, «las justificaciones de los comportamientos, la reunión en la zona de bebidas... Yo entiendo que 24 horas después aunque estuviéramos en Ibiza esa insistencia en lo del vídeo seguía», ha zanjado.
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