El aviso que recibió el hermano de Jenni Hermoso sobre la RFEF: «Iban a salvar el culo al presidente y echarla a ella a los perros»

Esta conversación tuvo lugar, según ha relatado, justo después que el que era seleccionador nacional, Jorge Vilda, fuese a verle a su asiento en el avión y tras una conversación sobre fútbol y su hermana «en tono de peloteo», acabó sacando a colación que ella debía grabar un vídeo con Rubiales para exculparle públicamente por el beso que le había dado en la entrega de trofeos.

«Me manda el 'presi' que hable contigo para ver si puedes hablar con tu hermana y convencerla de que en Doha salga con el presidente en un vídeo conjunto explicando que ha sido un acto consentido de cariño y amistad, que ella estaba bien y no tenía ninguna importancia», ha detallado en una comparecencia de algo más de media hora.

Según ha señalado, el tono de Vilda «fue enrareciéndose» porque él no veía conveniente que su hermana tuviese que «salir dando explicaciones de algo que no había hecho». «Me dijo, 'es que es lo mejor, lo mejor para todos (...) y dejó caer que mi hermana tenía ya una edad y una carrera y que si colaboraba le iba a ir bien, que las puertas de la RFEF iban a estar abiertas y que si no, no se sabía lo que podría pasar».

Tras incidir en que las hijas de Rubiales estaban «muy mal» y «con un berrinche» sentadas en la parte trasera del avión y que el presidente podía perder su puesto, «aludió a la forma de ser» de Jennifer Hermoso y luego, a su futuro. «Con lo bien que se ha portado la Federación y los favores que le ha hecho, no crees que sería lo mínimo o lo justo que debería hacer», le dijo Vilda, según las palabras que ha citado ante la sala.

«La última frase que me soltó Vilda fue que tuviéramos en cuenta las consecuencias tanto personales como profesionales que todo esto podía tener para mi hermana. Palabras textuales», ha señalado.

El problema, como ha hecho ver la defensa de Vilda, es que preguntado por este mismo asunto en una entrevista en Antena 3, sostuvo que el exseleccionador no había presionado en modo alguno. «Lo único que te puedo decir es que se está diciendo que los familiares recibimos coacciones y demás y en ningún momento. Vilda, yo hablé con él en cuatro ocasiones y en ningún momento», se escucha en el bruto de aquellas declaraciones que se ha reproducido en la sala.

Sobre este punto, Rafael Hermoso ha sido tajante: «Mentí». Ya le habían recordado que el día de la final entró en un programa de televisión y quitó hierro al asunto. Según su versión, buscaba dos cosas: por un lado, «proteger» a su hermana, que le había pedido expresamente «que no hablase con nadie» de este asunto. Por otro, evitar que el beso fuese el centro de la conversación en detrimento de la victoria en el mundial. «Quería poner el foco ahí», ha subrayado.

En todo caso, sabía que a ella ni le había gustado ni le había sentado bien, porque la jugadora se lo contó justo después del partido, cuando los familiares bajaron a celebrar con ellas. «Cuando nos dejan bajar a ver a las chicas nos abrazamos la felicitamos y demás y en un momento, hizo una pausa y dijo: ¿Has visto que me ha dado un beso en la boca?», ha explicado.

Rafael Hermoso ha señalado que Jennifer le dijo que nada podía hacer porque Rubiales había «usado la fuerza». «Salió la palabra asco. Que le había dado asco y que según salió de la entrega se lo comentó a Alexia e Irene y en ese momento se la llevaron para hacer entrevistas. No habíamos visto nosotros nada», comentó.

Después, en el aeropuerto, ya la vio «con el morro torcido». «La estábamos esperando y preguntamos no sé si a Irene y nos dijo que la habían metido en una sala para hablar con ella y ya viene y yo, conociéndola sabía que algo le habían dicho. Y medio llorando medio no llorando nos dijo que la estaban presionando para salir, para que se posicionara y le restara importancia al hecho del beso», ha añadido.

A su salida de la Audiencia Nacional, Hermoso ha expresado su deseo de que «acabe todo pronto» y con buen resultado. A Rubiales, según ha dicho, «ni le ha mirado» pero no le desea mal porque «la justicia es divina y el karma, para todos». «Sólo ha sido sentarme y contar la verdad, mi verdad. Esperamos que se haga justicia con mi hermana, que es la principal perjudicada de todo esto y a la que han hecho daño de verdad».

A continuación, declaraba un testigo que podía dar fe de buena parte de este relato, el amigo de Jenni Hermoso Vitoriano Martín, que bajó con el hermano al vestuario a felicitarla y además, se sentaba junto a él en el avión y participó en la misma conversación con Jorge Vilda.

De acuerdo a su perspectiva, al llegar a verla tras el partido, ella le contó lo sucedido en la entrega de trofeos: «Me ha cogido Rubiales así (ha reproducido el célebre gesto de sujetar la cabeza) y ¡Me ha dado un beso, un pico! Me ha dado un asco... Pero mira soy campeona del mundo, vamos a celebrar'», ha relatado.

También ha ratificado que en el aeropuerto, antes de embarcar, la vieron con los ojos llorosos y les pidió «por favor» que no hablasen con nadie del asunto. Una vez en vuelo, se acercó Vilda. «En principio vino a agradecernos y a contarnos que estaban súper contentos con Jenni. Pero nosotros también evidentemente sabíamos que antes o después nos iba a contar lo del beso», ha apuntado, para añadir que él sacó la conversación aludiendo a la que se estaba «montando» en Madrid.

«Me acuerdo que nos dijo: 'El presi me ha mandado porque, porque queremos que haga un vídeo Jenni en Doha -hacían allí escala- y resulta que Jenni no quiere hacerlo. A ver si entre todos podemos convencerla de que podemos hacer un vídeo con él, porque eso ha sido una tontería y se está montando una en España tremenda y tal», ha detallado.

Su versión es que ante el comentario de Rafa Hermoso dando por hecho que su hermana no haría nada que no quisiera, Vilda les dijo que la situación era «muy problemática para todos» y subrayó que a Jennifer, a su edad, le quedaba poca carrera, «dando a entender que la Federación pues podría tener una consideración con ella de cara a cuando dejase el fútbol». Se puso «un poco pesado» y acabó avisando de que resistirse a grabar el vídeo «podría tener sus consecuencias y que no serían nada buenas».