Estar en la zona habitable no basta: los 'otros' peligros que acechan a la vida
Un nuevo estudio determina que muchos mundos potencialmente habitables podrían no serlo por las condiciones adversas de su entorno
Vega, el enigma de los planetas que no está ahí
![En la ilustración, el color verde marca la zona habitable de una estrella. Más cerca, hará demasiado calor para la vida, y más lejos, demasiado frío](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/ciencia/2024/11/10/illustration_of_planets_inside_and_outside_the_Habitable_Zonecopia-RvF7uMqPRB113StPQkYX1EK-1200x840@diario_abc.jpg)
A la hora de comprobar la habitabilidad de mundos lejanos, lo primero que suelen hacer los científicos es estudiar la llamada 'zona habitable' de las estrellas progenitoras, esto es, la estrecha franja orbital con la temperatura adecuada para que un planeta pueda tener agua ... en estado líquido en su superficie.
Sin embargo, un nuevo estudio aceptado para su publicación en 'The Astronomical Journal' y que ya está disponible en el servidor 'arXiv' acaba de sugerir que este concepto, por sí solo, simplifica en exceso los peligros que acechan a esos planetas aparentemente afortunados. De hecho, dice el estudio, no se trata sólo de estar en el lugar correcto, sino también en el momento correcto, el que permita evitar el caos estelar circundante.
Por supuesto, eso no significa que buscar planetas en la zona habitable haya dejado de ser importante, sino que, además de eso, también es necesario comprobar los alrededores. Los investigadores, dirigidos por Tisyagupta Pyne, de la universidad india Visva-Bharati, destacan en su estudio las distintas amenazas que acechan en los a menudo densamente poblados barrios estelares. Los sobrevuelos de otras estrellas o planetas errantes y las catastróficas explosiones de supernovas, por ejemplo, tienen el poder de alterar sistemas planetarios enteros, despojando atmósferas o expulsando planetas al espacio interestelar.
Reduciendo la lista
Pyne y su equipo analizaron 84 sistemas estelares en un radio de 10 parsecs alrededor del Sol (unos 32,6 años luz) y se centraron en averiguar cómo las estrellas cercanas podrían afectar a la habitabilidad de los exoplanetas. Utilizando métricas como el Índice de Similitud Solar (SSI) y el Índice de Similitud de Vecindario (NSI), la investigación evaluó hasta qué punto se parecen estos sistemas a nuestro relativamente tranquilo entorno solar.
Los exoplanetas habitables ubicados en regiones de alta densidad estelar, dicen los investigadores, son los que más peligros corren. Las estrellas masivas, por ejemplo, que pueden estallar como supernovas, amenazan a los planetas cercanos con una radiación letal capaz de arrancar atmósferas enteras, o de causar graves daños en el ADN de cualquier forma de vida existente. Los investigadores identificaron dos sistemas de alto riesgo (TOI-1227 y HD 48265) donde estrellas cercanas de gran masa podrían desencadenar este tipo de eventos devastadores.
Y aún más desconcertante, los encuentros cercanos con otras estrellas o mundos errantes podrían expulsar gravitacionalmente a los planetas de sus zonas de sustentación de vida. Un sistema en particular, HD 165155, destaca en el estudio por tener un alto riesgo de sobrevuelo estelar, que podría ocurrir aproximadamente una vez cada cinco mil millones de años. Estas perturbaciones ponen de relieve lo precaria que puede ser la habitabilidad, incluso en condiciones que parecen favorables.
Estabilidad a largo plazo
Pero Pyne y sus colegas no se limitan solo a las amenazas más próximas o inminentes, sino que consideran también la estabilidad a largo plazo necesaria para que la vida compleja evolucione. Las supernovas, aunque raras, son muy dañinas cuando ocurren cerca. Los científicos estiman que, en un radio de 50 años luz, la radiación de una supernova podría acabar con toda la vida en un planeta. Y eso, unido a las perturbaciones causadas por algún planeta o estrella pasajera indica que la habitabilidad podría ser un bien mucho más fugaz de lo que entendemos actualmente.
Los datos de la nave espacial Gaia, que mapea más de mil millones de estrellas de nuestra galaxia, respaldan este estudio al proporcionar información detallada sobre las vecindades estelares de estas zonas habitables. Aún así sigue habiendo lagunas, ya que las estrellas más débiles o distantes pueden haber eludido las observaciones de Gaia, lo que podría afectar la evaluación de riesgos.
Con todo, la investigación sirve a los científicos para comprobar si las condiciones favorables que rodean la Tierra son habituales en nuestra galaxia, o si por el contrario constituyen una excepción en medio de entornos en su mayoría muy poco favorables.
MÁS INFORMACIÓN
Misiones futuras, como el Telescopio Espacial Roman Nancy Grace, añadirán valiosos conocimientos sobre el número de planetas rebeldes y las perspectivas a largo plazo de habitabilidad en toda la galaxia. Pero queda claro que, por ahora, el Universo es un lugar mucho más peligroso para la vida de lo que nuestro confortable Sistema Solar podría hacernos creer.
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