Crujidos y chasquidos en las rodillas: cuándo pueden ser preocupantes
Pueden producirse ruidos en las articulaciones por cavitación o bien por cartílagos desgastados. La clave está en si causan dolor
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Los crujidos son frecuentes en algunos movimientos.
Al hacer una sentadilla en el gimnasio, al agacharse a atarse los cordones, al coger en brazos a un niño... A diario se viven decenas de situaciones con respuesta acústica en forma de crujidos o chasquidos en las articulaciones, sobre todo en rodillas, ... cuello, codos, tobillos o muñecas. Y aunque suelen preocupar, por la frecuencia o por la intensidad del sonido, los expertos destacan que si estos ruidos no van acompañados de dolor o inflamación, no tendrían por qué alarmar, si bien conviene atender a los matices.
Tal como aclara Pablo Herrera, vicedecano del Colegio de Fisioterapeutas de Madrid, existen dos tipos de ruidos que se dan en las articulaciones. Uno es el que se produce por cavitación, que se origina por una mínima burbuja de aire en el liquido sinovial, que rodea y lubrica las articulaciones.
El otro tipo de ruido es el que se ocasiona por un roce articular cuando hay cartílagos desgastados. Este tipo de chasquidos son más habituales en personas mayores y se asemeja más al ruido que provocan dos maderas cuando entran en contacto. En este caso la edad avanzada y el sedentarismo suelen ser determinantes debido al desgaste de las articulaciones, aunque también pueden producirse, según aclara Herrera, por una actividad muy repetitiva que genera aún más deterioro en una zona concreta del cuerpo y cuyo efecto puede derivar en artrosis.
Cómo diferenciar cada uno
Quizá para una persona acostumbrada a escuchar su cuerpo sea fácil distinguir ambos ruidos. Pero lo que no resulta tan sencillo es entender su origen, como aclara Mario Muñoz, doctor en Medicina del Deporte, máster Universitario en Fisiología del Ejercicio y experto de Fit Generation. Podría decirse, según plantea, que los chasquidos inofensivos son los que ocurren cuando se produce un cambio de presión y volumen en el interior de la bolsa sinovial de la articulación por un cambio repentino de su presión en el límite del recorrido de su movimiento fisiológico y sin superar el límite anatómico.
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«Un ejemplo típico sería el crujir de los nudillos o las prácticas manipulativas como la fisioterapia o la osteopatía», aclara. Lo que sucede es que al aumentar la tensión articular, los gases disueltos en el líquido sinovial crean burbujas que estallan haciendo un ruido similar al chasquido. Este puede volver a repetirse al poco tiempo y, en principio, no debería preocupar.
Otro caso es el de los crujidos «por afectación capsulo-ligamentosa y/o cartilaginosa », según detalla Muñoz, quien explica que las lesiones y retracciones de este tipo pueden provocar ruido y dejar molestias temporales o incluso una inflamación alrededor de la articulación. «Si la causa se debe a un cartílago desgastado, la crepitación es consecuencia del roce interóseo, como el caso de la osteoartritis (artrosis) y el ruido es más común en la rodilla y en el cuello. Además puede progresar», aclara.
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ContinuarLa integridad articular depende en gran parte de la distribución de las fuerzas que soporta, por lo que una alineación correcta sería esencial para su buen funcionamiento. Ante esto lo más aconsejable, según propone Muñoz, es la actividad física: «En el proceso degenerativo, el cartílago tiene un pobre suministro de sangre y el ejercicio ha demostrado mejorar el aporte de oxígeno a los tejidos blandos», precisa.
En este sentido y, aunque plantea que sería prudente priorizar las actividades de bajo impacto, aclara que esto no quiere decir que el alto impacto esté contraindicado, pues eso dependerá de cada persona y tendrá que ser prescrito por un profesional.
Por otra parte, también se dan ruidos en las articulaciones en los llamados «resaltes de tendones externos». Un caso que, según comenta el experto de Fit Generation, suele ocurrir cuando el tendón está inflamado por movimientos repetitivos y que, en ocasiones, suele cursar con dolor antes que con ruido. El ejemplo más conocido es la 'coxa saltans' o cadera en resorte que, según plantea Muñoz, requiere una visita al fisioterapeuta para obtener un diagnóstico adecuado.
En cuanto a los resaltes internos, que también provocan ruidos, el doctor Muñoz explica que se dan en momentos en los que las estructuras internas (meniscos, engrosamientos sinoviales) se encuentran con sobretensión por pellizcamiento y súbitamente se liberan. «No tienen por qué ser dolorosos y se dan con mayor frecuencia en personas laxas o con meniscos discoides», explica. Si bien aclara que el sonido del resalte no se debe confundir con el crujir de la cavitación, pues el primero sí que puede ser síntoma de lesión o de comienzo de una.
Para prevenir
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Evita el sedentarismo. Practica regularmente ejercicio (el trabajo de fuerza es fundamental) adaptado a tus características y procura seguir una vida activa a diario
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Cuida la alimentación. Debe ser rica en calcio, vitamina D, vitamina C (para formar colágeno) así como en magnesio y potasio, que ayudan al funcionamiento muscular
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Consulta a profesionales. Si existe dolor, inflamación o limitación de movimientos, debes consultar lo antes posible al traumatólogo o al fisioterapeuta
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Hidratación y descanso. Dormir las horas suficientes y atender a las necesidades diarias de líquidos contribuyen al buen funcionamiento de las articulaciones
En definitiva, el dolor y la inflamación serán sensaciones importantes para comprender mejor el grado del problema asociado al sonido articular. Mientras no exista esa molestia antes, durante o después del crujido, serán un síntoma al que no hay que temer.