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Cinco pueblos en Huelva que cautivan por su magia

Una atractiva ruta por los municipios de Higuera de la Sierra, Puerto Moral, Cortegana, Cumbres Mayores y Paymogo, que comparten la distinción de Pueblos Mágicos, por sus valores patrimoniales, tradiciones ancestrales y gastronomía, en medio de un entorno natural privilegiado

Joyas arquitectónicas de estilo victoriano en la provincia de Huelva

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Higuera de la Sierra B. M.

J. M. Brazo Mena

Huelva

Descubrir Higuera de la Sierra es viajar con los sentidos y el alma abierta a conocer y sentir la experiencia de un pueblo vivo en la serranía de Huelva. Un enclave con encanto, donde el visitante, además de una arquitectura blanca de calles escrupulosamente empedradas, va a encontrar a gente hospitalaria, con un proyecto común que compromete a todo el municipio, la centenaria Cabalgata de Reyes Magos, considerada como una de las más antiguas del país.

La esencia de esta fiesta reside en la participación de los propios vecinos tanto en la puesta en escena como en la confección de las carrozas, que incluyen personajes bíblicos acompañados de animales, que permanecen inmóviles durante las tres horas del desfile, conformando conjuntos escultóricos de gran belleza y singularidad. Tanto ha sido su alcance, que se catalogó como Fiesta de Interés Turístico Nacional de Andalucía.

Además de esta tradición secular, viva desde 1918, el viajero podrá conocer en Higuera de la Sierra un interesante caserío, declarado Conjunto Histórico Artístico, en el que destacan las fuentes-lavaderos; las ermitas renacentistas del Cristo y San Antonio, y la majestuosa iglesia de San Sebastián, de 1746, que alberga lienzos del higuereño Alonso Miguel de Tovar, discípulo de Murillo. A estas construcciones se une la singular plaza de toros, construida en 1.888.

No obstante, uno de los alicientes del pueblo es el senderismo por la red de caminos rurales. Así, el camino de Las Tobas, que se encuentra en la antigua carretera de la Estación de la Junta, lleva hasta un resalte rocoso de naturaleza kárstica, con cuevas y oquedades caprichosas por donde fluye el agua procedente de las huertas formando hermosas cortinas. Desde este balcón de la naturaleza se divisan las panorámicas más espléndidas de la serranía.

Sin embargo, el ascenso a la Sierra de Santa Bárbara, con más de 842 metros de altitud, será una de las actividades más sugerentes, tanto por las sensaciones que proporciona la subida de un kilómetro, como por los paisajes que se divisan desde la cima, donde se encuentran las ruinas de una ermita inconclusa, conocida como El Monumento. Al lado, se han instalado paneles astronómicos, que han convertido el lugar en un privilegiado mirador de estrellas.

En cuanto a la gastronomía, el municipio cuenta con una industria chacinera común en toda la zona, cuyos productos, chorizos, salchichones y morcillas, aliñados manualmente por mondongueras, constituyen la base de la comida serrana, y en algunas ocasiones, como en las romerías y en vísperas de la Cabalgata, forman parte del relleno de la clásica empanada, que no es otra cosa que un pan grande con chacina cocida en su interior.

El blanco caserío de Puerto Moral se extiende alargado en la margen izquierda de la Rivera de San Pedro. En su casco urbano, el visitante puede contemplar viviendas e inmuebles de estructuras populares; una fuente-abrevadero, en la entrada del pueblo, y restos de molinos en la rivera próxima al lugar, donde se ha creado el área de recreo de La Madrona. En este bonito paraje se monta cada año uno de los belenes vivientes más visitados de la provincia.

Puerto Moral B. M.

No obstante, en la pequeña localidad, se conservan reliquias arquitectónicas como la iglesia de San Pedro y San Pablo, una auténtica joya de la transición del gótico al renacimiento, declarada Bien de Interés Cultural, y la ermita de San Salvador, junto a un caserío del mismo nombre, a dos kilómetros del casco urbano. Ambas construcciones, de repoblación, fueron edificadas por leoneses, que en el siglo XIII se asentaron en la sierra.

Entre sus tradiciones ancestrales, destaca la feria de ganado de silla y tiro de arraigada tradición en la zona. En el barrio del Rodeo, cada primer domingo de abril, se reúnen numerosos tratantes para participar en el encuentro ganadero. Fundada en 1.893 por el alcalde Julián Navarro Flores, la feria ha cobrado un nuevo impulso en la actualidad gracias a la creciente popularidad de las actividades ecuestres en la zona.

Cortegana, entre el hechizo y la magia de sus «medievales»

En Cortegana, destaca el castillo medieval del siglo XIII, uno de los edificios más emblemáticos y atractivos de la localidad, no sólo por el destacado papel que desarrolló como bastión defensivo en la llamada «banda gallega» del alfoz de Sevilla, contra los ataques portugueses, sino también por el buen estado del baluarte, que permite la celebración de actos culturales, como el de las célebres Jornadas Medievales de agosto.

Castillo de Cortegana B. M.

Así, en torno a esta fortaleza, los corteganeses recrean el medievo en estas jornadas desde hace más de 25 años, en un escenario de tabernas de época, campamentos, animación musical, talleres gremiales, espectáculos teatrales, conciertos, conferencias, torneos, pasacalles, disfraces y mercadurías. Las «medievales» reúnen a más de 60.000 visitantes cada año y están consideradas como las más antiguas y reconocidas del territorio andaluz.

En la visita al recinto fortificado no se puede dejar de ver la ermita de Ntra. Sra. De la Piedad, conocida también como Santa María del Castillo, construcción de origen medieval, de cuya época apenas se conservan elementos, habiendo sufrido varias reformas en los dos últimos siglos. En la actualidad, en los aledaños del fortín existe un área ajardinada, desde donde se puede apreciar la estructura del pueblo casi a vista de pájaro.

En la zona central del casco urbano, declarado Conjunto Histórico Artístico, el visitante se encuentra con la iglesia parroquial del Divino Salvador, edificada a principios del XVI, para sustituir a un primitivo edificio mudéjar del XIV, del que aún se conserva la Puerta del Perdón. Junto a esta construcción religiosa, destaca la ermita gótico-mudéjar de San Sebastián, en la calle del mismo nombre y la del Calvario, redificada en 1.974 sobre otra anterior.

Ocupa un lugar destacado la arquitectura popular que dispone de un rico patrimonio, y las construcciones cultas de finales del XIX y principios del XX. Entre los edificios representativos de la época, destacan una casa palacio de cinco plantas con dos fachadas de estilo clásico y árabe, y como ejemplo de la arquitectura-modernista regionalista se encuentran los dos casinos, situados las plazas de la Constitución y Divino Salvador.

Los amantes del senderismo disponen de una red de caminos señalizados que relacionan a Cortegana con sus aldeas de La Corte y Puerto Lucía y con las poblaciones próximas. En estos caminos se pueden contemplar las formaciones de bosques galería asociadas al curso del Chanza, que nace en una fuente dentro de la localidad, o ir a la vertiente meridional de la Sierra Pelada, paraje natural donde se puede avistar una importante colonia de buitres negros.

Cumbres Mayores, en las lindes entre Andalucía y Extremadura

En el camino hacia Cumbres Mayores el viajero intuye el final de una tierra y el comienzo de otra. La frontera está marcada por un enorme escalón orográfico, donde la serranía de Huelva se asoma a las grises ondulaciones de los montes extremeños. Justo en estas lindes se encuentra Cumbres Mayores o Cumbres Altas, lugar de viejas tradiciones y excelentes productos de cerdo, que compiten en fama y calidad con los de Jabugo y Cortegana.

Cumbres Mayores B. M.

Algunas calles, conducen al excursionista, a través de empinadas cuestas, a los pies de una fortificación, ubicada en lo más alto. Allí, un muro almenado va formando con sus ocho lados un impresionante castillo que fue mandado a construir por Sancho IV el Bravo, en el año 1243, con la idea de defender sus fronteras de los ataques de los portugueses. La fortaleza fue declarada Monumento Nacional en 1895.

Junto al castillo, sobresale la iglesia de San Miguel Arcángel (s.XV), mientras que en las proximidades del paseo, el visitante encontrará un pórtico de piedra, de estilo gótico ojival, que daba entrada al convento de las Franciscanas Clarisas, del que sólo queda el citado arco, que ha dado nombre a la calle de «La portá». Destacan además, las ermitas de la Virgen de la Esperanza (XIV), y la del Amparo(XV), en bellos parajes situados en las afueras de la población.

Durante las fiestas del Corpus, los mozos corren por las calles del casco antiguo vaquillas al estilo navarro, bajando entre las empalizadas de madera montadas para la ocasión, para las capeas. Además en la festividad actúan dos grupos de danzantes de orígenes medievales, los del Santísimo Sacramento y los de la Virgen de la Esperanza, los cuales, ataviados con indumentaria tradicional, bailan diferentes mudanzas al son de las tonás.

Paymogo, antigua tierra de chamanes y contrabandistas

La localidad de Paymogo, situada en la comarca onubense del Andévalo, haciendo frontera con Portugal, constituye una excursión única, donde el visitante podrá escuchar antiguas leyendas de chamanes famosos en la comarca, de ahí que el pueblo fuese conocido como «país del mago»; excitantes aventuras de contrabandistas, por las aguas fronterizas del Chanza, además de disfrutar de los atractivos paisajísticos y gastronómicos que ofrece el enclave.

Paymogo B. M.

Así, cuando el viajero llega a la población, después de atravesar las vastas dehesas de encinares, se interna en un caserío de resonancias antiguas, con edificios singulares como la Casa del Pósito, (del siglo XVII) reconvertido en la actual biblioteca pública, y la vivienda del escritor Manuel María de Soto Vázquez, construida en la misma época, con una portada apoyada sobre pilastras, característica de la arquitectura popular paymoguera.

En el recorrido por el pueblo, destacan edificios emblemáticos como la iglesia parroquial de Santa María Magdalena, una construcción del siglo XVI que se levanta en el recinto del castillo; la capilla de San Sebastián, de siglo XVII, en la que se venera la imagen del patrón, así como la ermita de la Santa Cruz, ubicada en la dehesa del Cabezo de la Becerra, a escasos kilómetros de la localidad, que acoge una multitudinaria romería a principios del mes de mayo.

No obstante, en la visita no se puede eludir uno de los grandes alicientes del pueblo en esta época del año (meses de febrero y marzo), como es la gastronomía del gurumelo (Amanita Ponderosa), una seta propia de la zona, que produce una importante actividad económica, tanto en su recolecta y comercialización como en su consumo, generando riqueza en bares y restaurantes, donde el hongo se prepara de muy diversas formas.

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