Viajar
De Ayamonte al Algarve a través de sus playas
La arena es blanca, las aguas azules y los vinos verdes
Cortegana, un destino monumental único en el nacimiento del Chanza
Una escapada a Ayamonte, el exquisito sabor de la costa de frontera
![Restaurante Estaminé, en Faro](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/viajar/2023/06/21/estamine-faro-RA38XjYhXHQZvoZkCMjKQUO-1200x840@abc.jpeg)
En 1985 un pescador luso fue tiroteado por la guardinha. Su nombre era Juan Flores, y le habían cogido in fraganti con capturas ilegales. En su entierro, apareció María, una mujer desconocida por todos. A partir de esta historia, el cantautor Carlos Cano compuso la ... popular 'María La Portuguesa', por quien «Desde Ayamonte hasta Faro se oye este fado por las tabernas…». ¿Conoce el Algarve que inspiró al poeta? Su misterio, su nostalgia. El atardecer por playas y rías. La gastronomía ceremoniosa y la música triste.
Ayamonte es el municipio fronterizo. Separado, tan solo, por el Guadiana, que traza una línea y deja dos orillas que se miran, que se tocan, que se hablan, pero que encierran bastiones culturales propios. En tierras onubenses, la gamba va a la plancha o cocida en el Chiringuito de Antonio. En el Bar António portugués, el Dom Petisco, Sem Espinhas o la Associacao Naval do Guadiana, el marisco se sirve en cataplanas. Muchos vadean continuamente estos confines. Cambiando así el pequeño puerto de Ayamonte, las playas de Isla Canela y Punta del Moral, su campo de golf y las salinas más próximas por Vila Real, emporio de adoquines, azulejos y toallas que acogen al turismo internacional.
Las playas del Algarve presumen de buenos accesos. Hoteles de cuatro estrellas cerca de la primera línea costera y miradores como el del restaurante panorámico O Infante, en Praia Verde. El agua, a medida que avanzamos en dirección Oeste, parece más gélida. La arena es blanca y el vino verde. Los españoles no hacen esfuerzos idiomáticos y los portugueses, sí. En la zona de tumbonas reina el inglés y el español, a menudo, se queja de lo poco amistoso del carácter luso. El Algarve, sin embargo, es un lugar de acogida con, digamos, playas que podríamos dividir, a grosso modo, en cuatro grupos.
Cuatro tipos de playa al Sur de Portugal
Las primeras son las familiares. Muy extendidas por todo el litoral de este Sur peninsular. Las playas de Monte Gordo, Altura y Vila Nova de Cacela. A partir de Vila Velha, se inicia el segundo grupo: las playas al otro lado de la ría. Un barco cruza a los viajeros para que conozcan las bondades ocultas de Tavira, Olhão o Cabanas. Sus pueblos son bulliciosos e históricos, con patrimonio monumental. Sus costas, tranquilas. Y puestos a introducir la tranquilidad en los parámetros nos topamos con el tercer grupo: las playas paradisíacas, especialmente en fechas donde el turismo amaina. Playas como Do Castelo, más allá de Albufeira, donde el ocio nocturno termina antes. Playas, también, como las bellas Do Camilo, en Almeijeira, con una de esas bajadas de ensueño; o Doña Ana, en Lagos. Con acantilados y aguas turquesas.
![Playa de Amoreira](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/viajar/2023/06/21/turismo-portugal-U16228166424xtS-624x350@abc.jpeg)
Y el cuarto grupo, finalmente, es aquel que ocupa las proximidades de Sagres. Propias para el veraneante que busca temperaturas amables incluso en verano, orillas salvajes y condiciones propias para hacer surf. Las furgonetas tienen nacionalidades de lo más variadas en sus matrículas. El ambiente sosegado y el clima hace que muchos opten por la zona más próxima a Huelva, donde hace mucho más calor. Por eso es una zona de campings, actividades deportivas en plena naturaleza y pequeñas aldeas castigadas por el azote de la sal.
En torno al Cabo de San Vicente, apuntamos Beliche, Castelejo, Amado, Bordeira y Amoreira, más al Norte. Esta última, ya lejos de España, es una de las más singulares. Un río traza unas extensiones dunares muy amplias, en plena Ribera del Aljezur, por donde entra el mar en la tierra, y deja una especie de playa fluvial de grandes dimensiones que termina en el mar. E. Allí la playa se extiende, abranzándose a un océano Atlántico que está henchido de bondades.
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