El Papa disuelve a plazos el Sodalicio: 15 expulsados en un mes
Otros cuatro miembros, dos sacerdotes y dos laicos consagrados, ha sido expulsados por «irregularidades e ilícitos» cometidos en empresas y el abuso sexual a un menor
El Vaticano expulsa a 10 miembros del Sodalicio de Perú por métodos sectarios, sadismo, abusos físicos y fraude
La misión especial de enviados al Perú por el Papa Francisco formados por el arzobispo de Malta, Charles Scicluna y el catalán, Jordi Bertomeu expulsaron a cuatro miembros más del Sodalicio; los sacerdotes Jaime Baertl y Luis Ferrogiaro junto a los laicos consagrados, Juan Carlos Len y José Ambrozic
A pie firme avanza la investigación ordenada por el Papa Francisco contra el Sodalicio de Vida Cristiana de Perú: se ha expulsado hasta hoy por «graves faltas» a quince de sus miembros incluyendo al fundador, Luis Fernando Figari y el cerebro de las finanzas de la agrupación, el sacerdote Jaime Baertl.
En el texto publicado el miércoles por la Nunciatura Apostólica en Lima se informa de la expulsión del sacerdote Jaime Baertl y del laico consagrado, Juan Carlos Len Alvarez y se añade que «para adoptar tal decisión se ha considerado la gravedad del abuso sexual cometido por uno de los acusados, así como la responsabilidad personal de estos dos consagrados en numerosas irregularidades e ilícitos cometidos por empresas vinculadas al Sodalitium Christianae Vitae».
En este caso se refieren a la acusación del ex sodálite Martin Scheuch contra Jaime Baertl al acusarlo que a los 16 años lo obligó a desnudarse y tener relaciones sexuales con una silla. Scheuch, indica además que este abuso era parte de su formación para convertirse en miembro del Sodalicio.
El documento también se refiere a la actividad empresarial del Sodalicio señalando que: «La doctrina social de la Iglesia no ha dejado nunca de insistir en la «noble tarea del empresario» (EG 203) que, desde el respeto de las diversas legislaciones estatales, promueve el bien común desde una justa jerarquía de valores en fidelidad a Cristo y a su Evangelio».
«En cambio, algunas gestiones económicas e inversiones promovidas por el Reverendo Baertl y el Sr. Len al interior del Sodalicio de Vida Cristiana, oportunamente detectados por la «Misión Especial» con ayuda de los organismos económicos de la Santa Sede, constituyen acciones pecaminosas que traicionan el Evangelio», explica el texto, al tiempo que agrega: «Además, son ilícitos canónicos intolerables que, más allá del escándalo suscitado a nivel internacional, desfiguran la misión evangelizadora de la Iglesia y merman severamente su credibilidad, poniendo también en peligro la sana cooperación que regula las relaciones entre la Iglesia y el Estado peruano».
También el texto de la expulsión de Baertl y Len señala que «el Papa Francisco junto a los Obispos del Perú y de aquellos lugares en los que está presente el Sodalicio de Vida Cristiana, entristecidos por lo ocurrido, piden perdón al pueblo de Dios y al conjunto de la sociedad civil».
El documento indica que «a partir de los principios de la justicia conmutativa (CatIgCat 2412) y con el objeto de reparar la injusticia cometida con la apropiación y uso privados de lo que tendrían que ser bienes sociales de algunas de las empresas vinculadas al Sodalicio (CatIgCat 2409), también anuncian que han dispuesto contundentes medidas para corregir tan reprobables acciones y evitar su repetición en el futuro».
«Urgen a esta sociedad de vida apostólica a que, sin más dilación, inicie con espíritu dócil y filial un discernimiento que le conduzca a un camino de verdad, justicia y reparación», finaliza el texto.
El pasado lunes 21, el Papa Francisco se reunió en el Vaticano con Charles Scicluna y Jordi Bertomeu, que investiga las graves acusaciones al Sodalicio sobre abusos contra los miembros de la organización y las irregularidades en sus manejos financieros. En la cita, el Papa le renovó el respaldo a la misión especial y ese día en la tarde, se retomaron las expulsiones; con la salida del laico consagrado, José Ambrozic y al sacerdote, Luis Ferrogiaro.
El lado empresarial del Sodalicio
El Sodalicio fue fundado en 1971 por el laico consagrado Luis Fernando Figari con el objetivo de pelear en la orilla opuesta en la iglesia católica a la teología de la liberación, que optaba por la opción preferencial por los pobres, que proponía el fallecido teólogo peruano, Gustavo Gutiérrez. Su rápido crecimiento en la región y el apoyo de Juan Pablo II fue determinante para obtener el permiso pontificio en 1997.
El sacerdote Jaime Baertl dirigió el lado empresarial del Sodalicio desde mediados de los 90 usando el Concordato, el tratado firmado en 1980 entre Perú y el Vaticano que hace que no paguen impuestos las organizaciones de la iglesia católica. Es por esa razón que Baertl organizó el negocio de los cementerios que se donaban de modo ficticio a los obispados con el fin de usar el Concordato y no pagar impuestos y que los hizo acumular pingues ganancias. El Sodalicio tiene 9 cementerios en Perú, colegios, una universidad, empresas inmobiliarias y agroexportadoras, entre otros negocios que hizo que acumularan un capital de mil millones de dólares hacia el 2015.
Ese año se publicó el libro «Mitad monjes, mitad soldados» sobre los abusos del Sodalicio contra sus miembros y ese hecho causó que los líderes del Sodalicio teman perder sus bienes y busquen sacar del país el dinero de sus negocios a través de offshores como Providential Inc y Fundación Santa Rosa, que tienen su sede en Denver, Colorado; la sede más importante de la organización en la actualidad. La actividad económica del Sodalicio está siendo investigada en Perú por la Fiscalía y por esa razón se citó a los dirigentes sodálites que vayan a declarar en los próximos meses en un caso que se les sigue por lavado de activos.
El concordato
El sociólogo y teólogo, José Luis Pérez Guadalupe, dijo al ABC que «estas dos últimas expulsiones han demorado más por la complejidad del tema financiero. Es decir que se aprovecharon de una cláusula del concordato para hacer negocios que no eran para la Iglesia, sino para la propiedad privada de ellos y no al Sodalicio como institución. La Iglesia tiene que salvaguardar la institucionalidad y el diálogo con los gobiernos, es decir el Concordato.»
«Lo primero es salvaguardar a la Iglesia, porque en Perú, pueden decir denunciamos el concordato y por eso, buscan proteger el tratado firmado entre Perú y el Vaticano. La pregunta es por qué no se aplicó las mismas sanciones que se aplica al Sodalicio a los Legionarios de Cristo. En todo caso, lo que se aplica al Sodalicio es bien ejemplificador. Como dice el dicho, si ves las barbas de tu vecino cortar, pon las tuyas a remojar», finalizó Pérez Guadalupe.
Desde el 2 de abril pasado, se iniciaron las sanciones en el Sodalicio con la salida de José Antonio Eguren, como arzobispo de Piura y Tumbes. Siguió la expulsión del fundador de la organización, Luis Fernando Figari, el 14 de agosto pasado.
MÁS INFORMACIÓN
El 25 de setiembre, se expulsó de la organización a otros diez miembros del Sodalicio de entre los que se encuentran el ya mencionado ex Arzobispo de Piura y Tumbes, José Antonio Eguren; el prorrector de la Universidad San Pablo y representante legal, Miguel Salazar Steiger; el ex Superior General, Eduardo Regal; por graves faltas. También fueron expulsados los sacerdotes Daniel Cardó y Rafael Ismodes; los laicos consagrados, Humberto del Castillo; Óscar Tokomura; Ricardo Treneman; Erwin Scheuch y el periodista, exdirector de Aciprensa, Alejandro Bermúdez. Con los cuatro expulsados de esta semana; Ambrozic, Ferrogiaro, Baertl y Len hay quince miembros fuera de la organización.
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