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desinformación

Más de la mitad de los adolescentes en España tienen dificultad para identificar cuándo una noticia es falsa

Aunque sospechen de que no es cierta, uno de cada cuatro jóvenes no contrasta las informaciones, mientras que un 56% recurriría a familiares y amigos para comprobar su veracidad

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Irene, creadora de contenido digital, comenta los ataques que recibe en sus perfiles save the children

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Save the Children publica una nueva entrega de su investigación sobre el uso de las redes e internet que hacen los jóvenes. La campaña sobre #DerechosSinConexión analiza cómo reciben y actúan ante el aluvión de desinformación y la exposición a discursos de odio que tienen los niños y adolescentes en el entorno digital.El resultado es que más de la mitad de la población adolescente (un 51%) no distingue verdaderamente cuándo una noticia es 'fake' y una cuarta parte de ellos no se detiene a contrastarla, mientras que un 56% recurriría a familiares y amigos para comprobar su veracidad.

Según el mismo informe de la entidad, que se presenta hoy 26 de septiembre, 48 horas antes de que se celebre el Día Internacional del Acceso Universal a la Información, el 60% de los adolescentes utilizan las redes sociales como principal medio para acceder a la información, al mismo nivel que la televisión y por delante de otros medios de comunicación como la prensa digital (un 32%), la radio (9%) o la prensa en papel (un 5%).

La organización denuncia que la exposición a ciertos contenidos de odio (publicó su análisis sobre el consumo de pornografía y el acceso a ella hace dos meses) vulnera de forma directa el derecho de la infancia y adolescencia a una información veraz y segura, un derecho esencial que cada vez está más en juego.

«Si bien internet ha democratizado el acceso a la información, también ha facilitado la proliferación de contenido erróneo y perjudicial, que perpetúa estereotipos negativos, modelos irreales de vida y fomenta discursos de odio. Esta exposición, junto a la deshumanización que caracteriza a menudo las relaciones en el mundo digital y que provoca comportamientos que no se tendrían en el entorno físico, hace que chicos y chicas sean especialmente vulnerables a estos contenidos», señala Catalina Perazzo, directora de Incidencia Política y Social de Save the Children.

En lo que respecta a las redes sociales y los creadores de contenido, un 16% de los adolescentes considera que son siempre una fuente fiable de información, porcentaje que asciende al 70% que piensa que pueden serlo en determinadas ocasiones. Si se desagrega por género, se aprecia cómo los chicos confían más en estos perfiles: un 23% considera que son una fuente fiable de información frente a un 9% de las chicas.

Los bulos inquietan a los expertos de Save the Children: «Nos preocupa que los familiares y amigos a los que recurren esos jóvenes también se estén informando a través de las mismas fuentes, lo que podría crear un efecto burbuja y ampliar el riesgo de perpetuar información falsa», afirma Perazzo.

El análisis también señala otro riesgo que afecta a la infancia y adolescencia en el entorno digital y que impacta de forma directa en su salud mental: es la exposición permanente, a través de las redes, a representaciones ideales de determinados estilos de vida, estándares de belleza y, en el caso de las chicas especialmente, la sexualización del cuerpo femenino.

De acuerdo con el informe, las chicas suelen seguir a personas con las que sienten afinidad, dan consejos o para conocer la vida privada de ciertos perfiles, mientras que los chicos tienden a interactuar más con personas relacionadas con el mundo de los videojuegos o el deporte.

«La validación pública de la autoexposición que realizan los 'influencers' puede provocar que los jóvenes repliquen estas conductas y que acaben compartiendo aspectos más personales o fotos íntimas o sexualizadas. Esto tiende a ocurrir en mayor medida en el caso de las niñas y adolescentes, que debido a los estereotipos sexistas pueden sentir que tienen que amoldarse a los cuerpos públicamente deseables», señala Perazzo.

'Streamers' sexistas

El documento publicado hoy por Save the Children recoge también un análisis de diversos perfiles de hombres y mujeres 'streamers' para comparar las diferencias en los discursos en base al género, también entre sus comunidades de seguidores. En el caso de los creadores de contenido varones se observa que tienen más seguidores por norma general y muestran diferentes tipos de conductas de riesgo, como son compartir comentarios sexuales recurrentes, hacer referencia habitual a la pornografía o realizar reseñas de videojuegos de contenido erótico o pornográfico. Además, en los chats de sus canales de 'stream' son frecuentes las referencias misóginas, los mensajes que banalizan el consumo de drogas o las actitudes de acoso ante quienes muestran rechazo hacia lo que dice el protagonista. Es la llamada manosfera.

En el caso de las creadoras de contenido, tienen por norma general un número de seguidores más bajo, y todas se han tenido que enfrentar a ataques en sus redes por diversos motivos: por defender a víctimas de abusos, visibilizar malos tratos de una expareja o por no cumplir con ciertos estereotipos estéticos.

«Me llegan a desear que sea agredida»

Irene Fields, creadora de contenidos de videojuegos, afirma en conversación con Save the Children que ella ha sufrido este tipo de acoso en sus redes. «Yo he recibido muchos comentarios violentos en este mundo sólo por ser una chica del tipo 'vete a la cocina', 'qué haces jugando si deberías de estar limpiando' o incluso me han llegado a desear que sufriera una agresión sexual, algo que cruza los límites. Es necesaria una educación digital para aprender a utilizar las nuevas tecnologías, ya que todo avanza muy deprisa y no nos podemos quedar atrás, y ya no sólo para saber usarlas, sino también para otras cosas como por ejemplo dónde buscar bien la información, porque mucha parece real y no lo es», asegura.

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