La Confederación del Júcar no implantó un sistema que anticipa el riesgo de catástrofe

Otras confederaciones hidrográficas como la del Ebro, el Miño o el Tajo sí tienen el Sistema de Ayuda a la Decisión

El organismo del Júcar admitía en enero de 2023 que considera «muy necesario» su «desarrollo e implantación»

La excusa de la Confederación del Júcar para no avisar: «Nuestra competencia son los grandes ríos»

Vista general del Barranco del Poyo, cubierto de escombros y lodos Reuters

Hoy el seguimiento de los caudales en ríos y barrancos de la Confederación Hidrográfica del Júcar se hace a través del Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH). Se trata de una red que aporta datos cada cinco minutos con la situación existente en las ... estaciones de control. Es decir, no es una «herramienta predictiva», han insistido desde el Ministerio para la Transición Ecológica cuando se les ha preguntado por qué no avisaron antes de la riada que ha causado una catástrofe nacional, en especial en Valencia. Y es cierto: el SAIH es un programa de vigilancia que funciona casi en directo, con muy poca antelación. La herramienta que sí es capaz de anticipar los riesgos se llama Sistema de Ayuda a la Decisión (SAD) y no estaba implantado en la Confederación del Júcar, a pesar de que sí funciona desde hace años en otras cuencas como la del Ebro, el Miño y el Tajo.

La Confederación del Júcar era consciente de la importancia de este sistema. De hecho, en la revisión y actualización del Plan de Gestión del Riesgo de Inundación, publicada en enero de 2023, reconoce que «se considera muy necesario el desarrollo e implantación del mismo en el próximo periodo de planificación». Es decir, se daba de plazo hasta 2027 para incorporar el SAD. Fuentes de la CHJ aseguran que el organismo se encuentra trabajando para integrar este sistema, pero que debe hacerse también «con Emergencias».

«En la Confederación Hidrográfica del Duero, y en más confederaciones, pero no en el Júcar, hay un Sistema de Ayuda a la Decisión. Lo hizo un ingeniero en 1998 y lo que hace es que con 72 horas de anticipación, modeliza los datos que tiene. Es decir, con 72 horas de margen hay un modelo matemático que pone datos de aforos [caudales], de las temperaturas del agua, de los pluviómetros, de la información de la Agencia Estatal de Meteorología, y con todo eso se puede maniobrar», explica el presidente de la Asociación de Ingenieros de Caminos, José Trigueros.

Utilidades

En un documento en el que la Confederación del Júcar detalla las medidas que prevé implantar en los próximos años explica el Sistema de Ayuda a la Decisión. Según contaba, debía incorporar el modelo meteorológico, hidrológico e hidráulico y de gestión de embalses adecuado para el SAD, creando un sistema «eficaz» que sirviera para mejorar del conocimiento del comportamiento hidrológico de la cuenca; el aviso temprano de avenidas y crecidas; así como el aviso temprano de riesgo de inundación, entre otros objetivos.

Lo mismo destacan otras confederaciones hidrográficas, como la del Ebro, que ya tienen el sistema. El SAD, indica en su página web la CHE, sirve para ayudar «a la gestión de los embalses con capacidad laminadora en situaciones de crisis por avenida» y para «poder ganar tiempo a la hora de identificar una avenida y sus posibles efectos, así como a la hora de avisar a Protección Civil y a la población afectada».

Es decir, el Sistema de Ayuda a la Decisión hubiera podido ser clave para la gestión de la presa de Forata, que centró buena parte de los recursos y esfuerzos de la CHJ la tarde del 29 de octubre, al entrar en riesgo de rotura. De hecho, el agravamiento de la situación en la presa de Forata coincidió con las horas en las que la CHJ dejó de informar sobre el barranco del Poyo. El SAD, además, habría aportado información sobre el aumento de los caudales en ríos como el Turia, el Magro y el barranco del Poyo, cuyo desbordamiento causó la mayor parte de las inundaciones en Paiporta, Catarroja o Benetúser.

Al tener la información y simulaciones con anticipación es más fácil actuar. «Si esperas que te llegue una riada de 'x' metros cúbicos dos días después por este modelo matemático, a lo mejor lo que tienes que hacer es desaguar la presa para que quepan y que no se desborde», ejemplifica Trigueros.

En general, ingenieros de caminos consultados coinciden en que hace falta mejorar los sistemas para traducir la información meteorlógica e hidrológica en riesgo de desbordamientos y riadas. Hoy, para calcular el caudal que circula por un río o barranco el proceso no es fácil. En la CHJ se parte de las cotas y calados registrados por los sensores de medida, que son traducidos a caudales mediante la denominada «curva de gasto», que relaciona cota y caudal. «Este procedimiento, en avenidas extraordinarias como la acaecida, tiene dos dificultades: la necesidad de extrapolar la curva de gasto ante niveles tan extraordinarios y la alta probabilidad de que el sensor sea puesto fuera de servicio ante el nivel extraordinario alcanzado por las aguas», apuntan desde la CHJ. Es la estimación del caudal de la crecida la que permite, mediante los correspondientes cálculos hidráulicos, establecer la lámina de inundación real, aunque el proceso requiere «un tiempo difícilmente compatible con la rapidez de respuesta hidrológica de una rambla», aseguran las mismas fuentes.

El plan de gestión del riesgo de inundación de la CHJ también reconoce la necesidad de mejorar los protocolos de información y coordinación de las autoridades. Y debían establecer umbrales [de riesgo] para las estaciones de aforo. «Todas estas actuaciones están en curso», punualiza la CHJ.

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