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El Camino Sinodal alemán pide al Papa Francisco que «reconsidere» la obligación de celibato de los sacerdotes

La asamblea también acuerda la bendición para parejas homosexuales y divorciados vueltos a casar

El celibato y la doctrina sobre moral sexual amenazan con provocar un cisma en la Iglesia alemana

El presidente de la Conferencia Episcopal de Alemania, Georg Bätzing EP
Rosalía Sánchez

Rosalía Sánchez

Corresponsal en Berlín

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A partir de marzo de 2026 habrá celebraciones oficiales de bendición para parejas homosexuales y divorciados vueltos a casar de vida probada en la Iglesia Católica en Alemania. Así lo ha decidido la asamblea sinodal sobre la reforma de la Iglesia católica el viernes en Frankfurt. A favor del documento 'Bendición de celebraciones para parejas que se aman' han votado 176 de 202 asambleístas, incluida la necesaria mayoría de dos tercios de los obispos.

El texto, una versión debilitada respecto a la original, afirma que «negar la bendición a dos personas que quieren vivir su pareja en amor, compromiso y responsabilidad mutua y con Dios es discriminatorio y despiadado, especialmente porque no puede justificarse convincentemente desde un punto de vista teológico de la Gracia». Este tipo de ceremonias, que la Congregación Romana para la Doctrina de la Fe prohibió expresamente en una carta de 2021, se celebran de hecho en muchas parroquias alemanas, pero hasta su introducción oficial dentro de tres años será elaborada su forma litúrgica oficial con la participación de los obispos. Solo los obispos Stefan Oster de Passau y de Ratisbona Rudolf Voderholzer reconocieron abiertamente haber votado en contra.

Además, con una gran mayoría del 95%, los obispos y representantes laicos participantes en esta última asamblea del Camino Sinodal alemán, que se prolongará hasta el sábado, han votado a favor de un texto básico sobre el Sacerdocio en los Tiempos Modernos, que pide al Papa que revise el deber de celibato de los sacerdotes.

El texto reconoce, en todo caso, que la relajación del celibato de los sacerdotes sólo puede regularse a nivel de la Iglesia universal. Los sesenta obispos presentes votaron con la mayoría requerida de dos tercios a favor —44 a favor, 5 en contra y 11 abstenciones— del texto que determina que la asamblea sinodal pedirá al Papa Francisco «reconsiderar la conexión entre la concesión de las ordenaciones y la obligación de ser célibe».

«La tensión en la quinta asamblea sinodal es perceptible para todos los involucrados, desde la bienvenida», comenta Felix Neumann, editor en catholic.de. «Todo el mundo sabe que esta asamblea sinodal final decidirá el destino de todo el camino: ¿terminará con éxito o terminará con un estallido? Y por ahora los miembros del sínodo optan por el camino difícil y cuidadoso del compromiso. Nadie quiere la explosión».

Hasta ahora, los textos del foro de sacerdotes han superado las votaciones sin problemas. La cuestión más controvertida fue si sólo se le debería pedir al Papa que «reexamine» la cuestión del celibato de los sacerdotes, o si se debería pedir que se levante de inmediato. Ambas partes han presentado argumentos prudentes para evitar un ritmo demasiado temerario, «con la variante de una solicitud de derogación propuesta por el presidente de la Federación de las Juventudes Católicas Alemanas (BDKJ), Gregor Podschun, en la que se perderían importantes votos de obispos», describe Neumann, «los miembros del sínodo eligieron el camino que reconocieron como sabio» y 44 de 60 obispos presentes votaron sí.

Tono combativo

El presidente de la Conferencia Episcopal Alemania, Georg Bätzing, mantiene sin embargo un tono combativo y en su discurso de apertura abordó abiertamente el conflicto con Roma, que recientemente se ha intensificado aún más: «Se ha hecho evidente la gran preocupación y el escepticismo con el que se percibe nuestro Camino Sinodal y sus resultados y perspectivas en Roma», dijo, y señaló que la escala varía desde un rechazo de largo alcance hasta una «preocupación benevolente y comprensiva». Bätzing enfatizó: «De ninguna manera estamos descartando nada de la mesa, sino tomándolo muy en serio».

Pero durante los intensos debates, todas las partes han insistido en evitar una «ruptura», aunque nadie oculta que los documentos suponen «un desafío para la Iglesia universal». «El camino de la reforma en Frankfurt no es una apostasía, sino una salida necesaria», afirma el redactor jefe de Dom Radio Ingo Brüggenjürgen , «un paso importante para una Eclesia Semper Reformanda, una Iglesia que ha vivido de reformas, éxodos y nuevos comienzos desde el principio». El obispo de Eichstätt, Gregor Maria Hanke, ha advertido sin embargo sobre un conflicto dentro de la Iglesia. Daniel Kosch, Secretario General de la Conferencia Central Católica Romana de Suiza (ICR) que participa como observador, declaró que «encuentro impresionante la curva de aprendizaje que aporta este proceso» y señaló que «no podemos imaginar diferentes sinodalidades paralelas en la Iglesia; si somos una sola Iglesia, también debemos continuar juntos este camino sinodal».

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