El Vacie, el poblado de chabolas más antiguo de Europa, erradicado
En septiembre de 1961, el ministro Sánchez-Arjona prendía fuego a la última de las chabolas, para lo que se pidió ayuda a los estadounidenses

Se ha fijado la fecha de marzo de 2027 para la erradicación definitiva del poblado chabolista más antiguo de Europa, El Vacie, junto al cementerio de San Fernando. El alcalde Sanz ha anunciado también la colaboración de expertos del Bronx neoyorquino ... para el proceso de acompañamiento en el realojo de la última treintena de familias. Pero El Vacie ya se desmanteló una vez: fue en septiembre de 1961… con ayuda de los norteamericanos.
Aquella operación de levantamiento del poblado chabolista la encabezó el Real Patronato de Casas Baratas, que construyó la barriada de Torreblanca la Nueva para los residentes en la villa miseria. En aquel entonces, residían casi ochocientas familias, según el censo con el que el Ayuntamiento identificó cada hogar para proceder a su realojo. Se trataba de una chapa metálica que pendía de la fachada en la que se leía: «Autorización provisional de vivienda en suburbio» y un número. Cada cabeza de familia disponía también de una tarjeta de color rosa que lo identificaba como habitante de una «choza» en el sector denominado «Mato de San Joaquín o Vacie».
El final del Vacie había empezado a fraguarse en abril de ese mismo año. El lunes 24 de abril, Franco pisó el Vacie por la tarde. Le acompañaban los ministros de Vivienda, de Gobernación, de Obras Públicas, de Comercio y de Agricultura; los directores generales de Administración Local y de Obras Hidráulicas; el presidente de la Diputación, Maestre Lasso de la Vega; el alcalde Pérez de Ayala; el gobernador civil, Altozano Moraleda; el jefe de la Región Aérea del Estrecho y los jefes de las Casas Civil y Militar; y el párroco de San Leandro, a cuya feligresía pertenecía el poblado.
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Comido de moscas, con un olor nauseabundo, Franco quedó tan impresionado de la miseria alrededor que pidió acelerar el desmantelamiento del asentamiento. Franco inauguró esa misma tarde la barriada de Torreblanca, con 1.608 viviendas, que se había puesto en marcha a la par que el Barrio Alto de San Juan de Aznalfarache, para dar techo a los pobladores de 2.136 chabolas. El esfuerzo había sido ímprobo: 7.240 pisos de tipo social y renta limitada entre 1955 y 1961.
Así que las palabras del Caudillo se convirtieron en órdenes y en septiembre, el ministro José María Martínez Sánchez-Arjona, que había sido subjefe de Falange en Sevilla durante la guerra y luego delegado provincial del Ministerio de Trabajo en la capital hispalense tras la contienda, volvió a la ciudad para acabar con El Vacie. El 5 de septiembre fue la fecha elegida. Estaba presente «una representación de las Fuerzas Aéreas de los Estados Unidos destacadas en la base de Morón de la Frontera, dos unidades de cuyo parque de maquinaria habían empezado ya a explanar aquellos terrenos».
Después, el ministro arrojó, «con mucho gusto», varias antorchas prendidas a la gasolina vertida. Contaba la crónica de ABC que «los bomberos, que cumplían en verdad un insólito servicio, remataron la tarea, de modo que a poco las llamas acababan por completo con lo que fuera la vergüenza de Sevilla».
En noviembre de ese mismo año, la riada catastrófica del Tamarguillo dejó unos 30.000 damnificados sin hogar, arrasó 1.603 chabolas y multiplicó los problemas de alojamiento. La vergüenza de Sevilla volvió a reaparecer en El Vacie. Ahí sigue. ¿Hasta marzo de 2027?
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