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Reloj de arena

Antonio Jiménez «El Marsellés»: el swing de la flamencura

Su carisma y su bonhomía en los labios de los gitanos hace que su nombre sepa a caña de azúcar

El Marsellés, un genio y figura de la vida ABC
Félix Machuca

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¿Que qué te digo del Marsellés ? (risas), que me debe cincuenta euros desde hace dos meses, que es un gitano para comérselo y cogerlo a hombros del revés, que no se puede tener más arte ni flamencura. ¿Qué crees que te puedo ... decir del Marsellés para el periódico? Cosas buenas, cosas bonitas, cosas gitanas… La voz que escucho es grave, alambicada por aguardientes serranos y muchas madrugadas en paradero desconocido por esas ventas de España, empujado a cada una de ellas por los duendes que encaman el talento y el éxtasis. Manuel Brenes «El Chino» ha compartido todo eso y mucho más con El Marsellés, ese gitano que sin ser profesional ha sido luz de artistas sin haber pisado un escenario. Los consagrados han ido a aprender de lo que le enseñó su maestro El Chaqueta . Y pese a ser un fijo discontinuo del cante y el baile, lo adoraron los grandes: desde la Lola a Camarón , desde Juana la del Revuelo a Manuela Carrasco , desde Melchor Santiago al Boquerón . Con Dieguito Carrasco , en la taberna de José Lérida , invocaron a los ángeles del flamenco haciendo compás con los nudillos sobre la tapa del wáter. La situación es esta: ¿Cómo entender que un sacristán deje embobao a cuatro papas? Eso es el Marsellés. Un tipo que al nacer lo bautizaron con agua de estrellas.

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