entrevista
Pilar, la pediatra de Alcalá: «Algunas madres admiten que nos traen a los niños para quedarse tranquilas y deben entender que nosotros no somos la ITV»
Pilar Camacho Conde recibe el homenaje del Ayuntamiento de Alcalá de Guadaira, donde ha atendido a cuatro generaciones de alcaraleños a lo largo de 46 años: «Ir al médico era antes algo excepcional, como ir de excursión a un sitio maravilloso», dice
«Ahora es difícil encontrar pediatras y los traemos de Venezuela, Perú, Honduras y Ecuador»
«El afán de los padres por transportar a su bebé en brazos puede acabar mal»
Pilar Camacho Conde es una activista en la prevención de accidentes infantiles
Pilar Camacho Conde ha vivido casi todos los cambios que ha experimentado la sanidad pública en España, pues empezó a trabajar como pediatra a finales de los años setenta del pasado siglo, tras terminar la especialidad en el Hospital Infantil del Virgen del Rocío de ... Sevilla. Ha tratado en su consulta a cuatro generaciones de niños de Alcalá de Guadaira, cuyo ayuntamiento acaba de reconocer su inmensa labor en esta localidad sevillana con una medalla. Agradecida y orgullosa por este reconocimiento -también es «médico ilustre» del Colegio de Médicos de Sevilla-, no le duelen prendas en reconocer que hace falta más cultura sanitaria en la población, aunque responsabiliza de ello a los médicos.
-¿Son demasiado protectores con sus hijos los padres de ahora, comparados sobre todo con los nuestros?
-Sí, aunque en eso también influye en que el pediatra resulta hoy muy asequible. Cuando era pequeña, era excepcional llevar a los hijos a un pediatra. Entonces una visita al pediatra era como ir de excursión a un sitio maravilloso. Recuerdo perfectamente a aquel doctor y todas esas visitas con mis padres, a pesar de que fueron pocas en toda mi infancia. Cuando empecé a estudiar Medicina, iba los veranos a su consulta a aprender cosas de él.
-Los padres llevan a sus hijos al pediatra mucho más que en esa época. Macarena Muñoz, pediatra del centro de salud de Virgen de África de Sevilla, dice que hay niños a los que ve todas las semanas.
-Esta gran accesibilidad al sistema sanitario no siempre es buena porque muchas veces la gente se excede en la demanda. A Urgencias nos llegan muchas cosas que no son urgencias, cosas banales que podrían resolverse con su médico.
-¿Y qué explicación les dan esos padres?
-Que no podían ir a su médico, por el horario de trabajo o por montones de circunstancias.
-A veces porque les dan cita dos semanas después.
-Sí, eso también puede influir, especialmente en la sanidad pública. Pero en la época dura para nosotros, que empieza ahora en octubre y dura prácticamente hasta abril, estos servicios se colapsan a menudo por cosas muchas veces banales.
¿Falta cultura sanitaria en la población?
- Sí. Y yo creo que los responsables somos los médicos porque no sacamos tiempo para hacer pedagogía entre la población y modificar un poco esos hábitos. Y es algo fundamental porque no hay más pediatras en España que se puedan contratar. Algunas madres te reconocen que te traen a veces el niño para quedarse tranquila, no porque crea que les pasa algo que merezca una consulta. Las entendemos como madres pero esa intranquilidad no debe llegar a una consulta. Habría que ser más sensatos y traer a los niños cuando tengan algún problema: a veces los chiquillos que nos llegan están más sanos que una pera. Y entre nosotras comentamos en esos casos (sonríe) que no somos la ITV. Deberían entenderlo.
-Nuestros padres lo entendían perfectamente.
-Y tanto.
-¿Cuantos pacientes ve al día?
-Pues esta tarde (la entrevista se realizó el pasado lunes) tengo treinta citas concertadas. Y estamos obligados a atender a todos con el mismo esmero sin menospreciar ninguna consulta. Tenemos que poner la misma atención en todas, también en las últimas, que te cogen lógicamente más cansada. Hay que mantener la alerta, el «feeling», el cariño, todo el tiempo. Y alguna vez seguramente se me habrá escapado algo. Pero hay que esforzarse para que eso no ocurra.