entrevista
López Barneo: «No estamos lejos de evitar el envejecimiento reprogramando los genes»
El neurofisiólogo jiennense advierte de los avances en ese campo: «Cuando una mujer es madre logra ponerle el reloj a cero a su hijo y los científicos están tratando de aprender a hacer ese proceso en el laboratorio»
«El igualitarismo a la baja de nuestro sistema educativo perjudica más a los hijos de familias humildes»
«Hay que pagar mejor a los médicos pero exigirles más, como en Europa»
«Cuando cada uno va a lo suyo, el nexo de unión desaparece. Faltan líderes en España como Suárez, Felipe, Fraga o Carrillo»
José López Barneo en la sede del Instituto de Biomedicina de Sevilla
El neurofisiólogo José López Barneo es catedrático emérito de Fisiología de la Facultad de Medicina de Sevilla y fundó el Instituto de Biomedicina de Sevilla (IBiS) del que fue director entre 2006 y 2020. Profesor visitante en las universidades de Stanford y Columbia, ... sus líneas de investigación están relacionadas con las respuestas celulares a la hipoxia, la neurodegeneración y la terapia celular aplicada a la enfermedad de Parkinson. Ha sido presidente de la Sociedad Española de Neurociencias, presidente de la Sociedad Española de Terapia Génica y Celular y el primer director del Centro Nacional de Investigación Biomédica en Red sobre Enfermedades Neurodegenerativas.
También fue editor del «Journal of Physiology» «Physiological Reviews», «Pflügers Archiv-European Journal of Physiology», «Pulmonary Circulation», «Neurogenesis» y «Function», y asesor de numerosas instituciones y comités nacionales e internacionales. Ha ganado los premios Juan Carlos I de Investigación Científica y Técnica, Jaime I de Investigación, Maimónides de Investigación en Andalucía, Lilly de Investigación Básica, Focus-Abengoa de Investigación, FAMA de la Universidad de Sevilla y Cátedra Santiago Grisolía, entre otros. Medalla de la Orden del Mérito Civil de la Casa Real y Medalla de la Universidad Internacional de Andalucía, recibió hace pocos días de manos del Rey el Premio Nacional de Investigación 2023.
-Se está investigando mucho en Estados Unidos sobre los mecanismos que provocan el envejecimiento humano y la manera de frenarlo, incluso de revertirlo. ¿Cree que lo lograremos?
-No es mi campo pero estamos ante un cambio impresionante. Si usted me hubiera hecho esta pregunta hace treinta años, le hubiera contestado que no, que el envejecimiento es un proceso natural imparable, pero ahora conceptualmente es posible. Mi opinión es que no estamos lejos de evitar el envejecimiento reprogramando los genes. El óvulo de una mujer no envejece y cada vez que un óvulo se fecunda nace un bebé que tiene la piel como un algodón. Esto sucede porque ha habido una reprogramación genética. Piense que cuando una mujer es madre logra ponerle el reloj a cero a su hijo. Los científicos están tratando de aprender a hacer ese proceso en el laboratorio. Todo esto puede tener consecuencias insospechadas y ya se dio un premio Nobel en 2009 al científico que inició la reprogramación nuclear.
-¿Sería posible vivir 200 años reprogramando los genes?
-Ahora mismo le diría que no. Pero si lográramos algún día resetear a las personas, como se hace con un ordenador, cualquier cosa sería posible. Un niño es como un órgano creado por una mujer con unos tejidos que empiezan de cero. Ese proceso natural se produce con otro cerebro y por eso es otra persona. Pero imagínese que esto se pudiera hacer con el mismo cerebro.
-En la película «Pobres criaturas», que ha ganado varios Oscar, se trasplanta el cerebro de un feto al cuerpo sin vida de una mujer embarazada. ¿Ve que eso pueda lograrse en el futuro?
-El trasplante de cerebro, por razones técnicas, lo veo muy difícil. En el caso hipotético de que pudiera hacerse técnicamente, la posibilidad de que se desorganizase el cerebro con patologías múltiples es muy elevada. Veo más accesible rejuvenecer reseteando el proceso de envejecimiento.
-¿Los científicos saben comunicar, en general, lo que hacen?
-Hay de todo. He conocido a magníficos científicos que son malos dando clases a sus alumnos y otros no tan buenos que las hacen muy bien.
-¿Andalucía es de ciencias o de letras?
-Históricamente es de letras. Andalucía tiene una cultura artística y una historia y un folklore impresionantes. Pero poco a poco la investigación se abre paso y en Sevilla, Granada, Córdoba, etcétera, tenemos grupos de investigación en matemáticas, física y biomedicina de un gran nivel.
-Los científicos tienen sensibilidad artística, aunque no es algo de lo que presuman. Usted toca la guitarra eléctrica con un catedrático de Economía.
-Aprendí a tocar la guitarra con 10 años. Y toco muchas veces con Antonio Villar, que es catedrático de la UPO. Él toca mucho mejor la guitarra que yo pero quizá tenga más visión musical que él y un poco más de voz.
-¿Le preocupa la adicción de los jóvenes a las redes sociales?
-Es un peligro para los jóvenes y controlar el uso de dispositivos en los institutos. Aportan algunas cosas buenas y no hay que denostarlas, pero hay que usarlas bien. Cualquier adicción abole la racionalidad. Las redes sociales, en mi opinión, lían más de lo que aclaran. Las clases medias y altas norteamericanas están educándose sin redes sociales y sin móviles. Y eso es por algo.
-Tiene dos hijas gemelas que son matemáticas.
-Sí, las dos estudiaron en Sevilla. Una vive en Estados Unidos y se ha especializado en bioestadística aplicada a ciencias de la salud e imagen médica. Mi otra hija es profesora en la UPO y hace microeconomía. Mi mujer también es médico y científica y también le gustan mucho las matemáticas. Su padre impartía esa asignatura en un instituto y era muy buen matemático.
-¿Se le daban bien las matemáticas en el colegio y el instituto?
-Sí, pero no era mi asignatura predilecta. Siempre me ha gustado mucho más la Física y la Historia.